El dinero mexicano que se ha multiplicado en España
En el peor momento de la crisis, el dinero mexicano encontró una oportunidad de oro para invertir en suelo español a precio de ganga.
Operaciones tan sonadas como las de FCC, Colonial, Zena, Avanza o Panrico tuvieron como protagonistas a Carlos Slim, Alberto Torrado, Carlos Fernández… Sin embargo, aunque el flujo sigue abierto, el contexto ha cambiado de manera radical. Mientras los chollos entre las empresas españolas escasean, las prisas por salir de México han aumentado por dos motivos: el poder del narco crece (como demuestra la liberación del hijo del Chapo) y la llegada de López Obrador (con promesas de una reforma fiscal) genera incertidumbre.
El ejemplo de la constructora Caabsa, de los hermanos Amodio, es el último caso. Su disposición a entrar en OHL con el 20% del capital demuestra el interés del dinero mexicano por llegar a España, más allá de cuál sea la inversión.
La sabe bien el despacho Chévez Ruiz Zamarripa, la firma fiscal más importante de México, que hace meses abrió oficina en Madrid para dar servicio sobre el terreno a su cartera de clientes corporativos y grandes fortunas. Millones de pesos hacen cola para encontrar activos en euros, bien sean productivos (negocios) o simples trofeos inmobiliarios (refugio). El caso es cruzar el charco antes de las próximas elecciones de EU.
Mientras tanto, algunos apellidos ilustres amplían su artillería en el país, como ocurre con Mariasun Aramburuzabala, la mujer más rica de Latinoamérica como heredera del Grupo Modelo (Corona), que tras pinchar hueso en la compra de Informática El Corte Inglés (IECISA) a través de KIO Networks está probando suerte ahora con su brazo inmobiliario Abilia.
Aunque esa primera gran operación se hace esperar, su vinculación y nivel de relación en España es muy fluido, como demuestra que uno de sus hijos (Santiago Zapata) haya estado trabajando durante unas temporadas en el fondo de capital riesgo GPF, dirigido por algunos de los cachorros del Ibex.
Otros, como Carlos Slim, que llegó en las añadas buenas, sigue enfocado en sus principales inversiones, en este caso FCC y Prisa. En el grupo editorial, el magnate ha ampliado su peso hasta el 4% tras convertir en acciones un tramo de deuda, en una jugada que recuerda a los pasos que ya dio cuando fue accionista de referencia del estadounidense The New York Times.
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Respecto al grupo constructor, el ingeniero de origen libanés, que mantiene con vida (financiera) a las herederas Esther Koplowitz, sigue madurando la exclusión de bolsa de su filial inmobiliaria Realia, donde controla cerca del 70% y mantiene un pulso a cara de perro con varios ‘hedge funds’.
Y si no vienen, hay quien hace por traerlos. Estas semanas, por ejemplo, Borja Ortega (responsable comercial de JLL) está de gira por México con una cartera con medio centenar de posibles inversiones bajo el brazo. Y lleva de todo un poco: retail, residencial, logístico, oficina, hoteles…
En este segmento, el precio más caro del mercado corre a cuenta del mexicano Sanginés-Krause tras comprar el año pasado el Hotel Villa Magna por 210 millones de euros, un cinco estrellas recién rehabilitado que ahora quiere alquilar a una gran marca internacional para que lo opere y compita en la liga del superlujo que tendrá la capital con el próximo estreno de Four Seasons y Mandarin.
El constante flujo mexicano a suelo español hace que en algunos casos compita dinero del mismo origen entre sí. Ocurrió hace poco en la compra de Vips, el gigante de la restauración de la familia Arango que se llevó la mexicana Alsea (Torrado) para imponerse a su competidor AmRest (Fernández).
Y si la tendencia sigue como hasta ahora, con Madrid desarrollándose como megaurbe equivalente al resto de grandes capitales europeas, cada vez será más frecuente que estas grandes fortunas tengan una tercera residencia (la europea) en suelo madrileño, siguiendo la estela que abrieron hace años los venezolanos. Los siguientes en llegar serán argentinos.
* (Contenido publicado con autorización de El Confidencial)