OPEP desafía a EU y apuntala altos precios petroleros
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y Aliados (OPEP+) decidió recortar su producción en un contexto de Inflación global presionado aún más por las tensiones energéticas.
El cartel petrolero y sus aliados anunciaron el pasado miércoles que recortan la producción de petróleo en 2 millones de barriles por día, el mayor recorte desde el comienzo de la pandemia, en un intento por mantener alto el precio del barril que actualmente es de 92 dólares por barril para el caso del Brent y 87 dólares para el WTI.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quién desde el inicio de la revalorización del petróleo luego de la pandemia, ha pedido a la organización apoyar la normalización de los precios en un intento de reducir las presiones inflacionarias en su país, consideró una agresión la decisión de la OPEP.
En entrevista con CNN, Biden admitió que su gobierno está revisando la relación con Arabia Saudita tras la decisión del cartel petrolero, que además de afectar a Estados Unidos una semana antes de las midterm elections -donde se renovarán las cámaras legislativas- representan un espaldarazo a Rusia, la otra cabecilla de la organización y el segundo mayor productor global, que ha sido severamente castigado por la invasión a Ucrania.
Aproximadamente el 43% de la producción mundial y el 81% de las reservas mundiales de petróleo están en países miembros de la OPEP, mientras que su dominio en el mercado de exportación ronda el 34.9% y concentra prácticamente la totalidad de la capacidad de producción de crudo mundial, por lo que cualquier decisión de la organización puede influir fácilmente sobre los precios internacionales.
La reducción, que equivale a aproximadamente el 2% de la demanda mundial de petróleo, se dió durante la primera reunión presencial de los ministros del grupo desde la pandemia, lo que favorece el argumento de Estados Unidos sobre la motivación política de esta decisión.
Durante la pandemia, el bajo consumo de combustibles debido al confinamiento justificó la decisión de los recortes, sin embargo en esta ocasión las proyecciones de la OPEP, que bajó sus pronósticos de demanda petrolera global para 2022 y 2023, no parecen ser consistentes con la intención de mantener el equilibrio del mercado.
“Creo que la decisión de la OPEP es poco útil e insensata; no se sabe qué impacto acabará teniendo, pero sin duda es algo que, para mí, no parecía apropiado en las circunstancias a las que nos enfrentamos”, dijo la secretaría del Tesoro Estadounidense Jannet Yellen en una entrevista telefónica con el diario británico Financial Times.
Según explica la OPEP en su informe mensual de octubre publicado esta semana, la demanda subirá este año 0.5 millones de barriles diarios (mbd) menos de lo estimado previamente, mientras que para 2023 la revisión a la baja es de 0.36 mbd.
Así, la demanda global se situará en 2022 en 99.67 mbd, 2.7 % más que el año pasado mientras que para 2023 se prevén 102.02 mbd, 2.35 % más que este año.
Sin embargo, advierten que "cualquier nueva perturbación de suministro energético en la Unión Europea podría conllevar a una ralentización de la economía de la región durante el invierno y más allá, incluso una recesión anual el año que viene".
México formalmente limitado por acuerdos previos con la OPEP+
A primera vista parecería que México saldrá beneficiado indirectamente por la decisión de la OPEP+, a la que no pertenece. Durante el año pasado, los ingresos petroleros sostuvieron las arcas públicas gracias a un precio promedio por barril de 65 dólares, 30 dólares por encima del 2020 y que siguió creciendo hasta alrededor de los 97 dólares promedio a los que se espera cierre este año.
Para 2023, los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) -que definen las expectativas bajo las que se regirá el presupuesto- estiman que el precio de la mezcla mexicana de petróleo será de 68.7 dólares, ligeramente por encima del promedio de 2021.
No obstante, el director de la consultora energética Ursus Energy, Santiago Arroyo, explicó recientemente que los acuerdos a los que México se adhirió como medida de contención de los precios petroleros durante el desplome de 2020, limitarán la capacidad de aprovechar estos beneficios e incluso podrían traer mayores dificultades.
La consecuencia principal sería limitar los ingresos petroleros, el segundo tipo de ingreso más importante para el gobierno solo por detrás de la recaudación tributaria del ISR e IVA.
El acuerdo aún vigente con la OPEP+ consiste en no subir su producción de petróleo por arriba de 1.7 millones de barriles diarios, lo que en 2020 y 2021 fue respetado con una producción promedio de 1.66 y 1.69 millones diarios.
No obstante que, según los CGPE, desde 2022 este acuerdo será incumplido con una producción promedio de 1.83 millones de barriles diarios y de 1.87 millones proyectados para 2023; así, los nuevos ajustes de recorte hasta diciembre de 2023, condicionan formalmente a México a mantener su límite de producción durante más de un año.