Confianza, factor esencial para integrar vehículos autónomos a las ciudades
Para integrar vehículos autónomos a las grandes ciudades, el factor más importantes para las personas es la confianza.
En este contexto, un grupo de científicos sociales del Human-Centered System Group, de Nissan, desarrolla investigaciones para crear sistemas tanto confiables como seguros. Para este fin, son conscientes de que sus esfuerzos deben orientarse a comprender la forma en que las personas se relacionan con los entornos urbanos.
Su objetivo es identificar prácticas sociales claras y repetitivas que caractericen a los peatones para convertirlas en algoritmos y softwares implementables a la tecnología de los coches autónomos. Así, de acuerdo con investigadores de Nissan, “la clave está en el comportamiento humano”.
Y es que el principal reto al que se enfrentan aquellos interesados en desarrollar e integrar vehículos autónomos a las ciudades es lo impredecible de las acciones humanas.
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Según el doctor Maarten Sierhuis, director del centro de investigación de Nissan en Silicon Valley, los carros autónomos necesitan entender las interacciones no solo de los pasajeros, sino también de los peatones. Para él, llegar a ese punto es lo realmente difícil.
El director de la Unidad de Sistemas Inteligentes en Vehículos, del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil, Felipe Jiménez, mencionó para la revista El Motor que “la inteligencia artificial recoge cientos de miles de datos a gran velocidad, pero todavía no sabe transformarlos en reglas de actuación real”.
El problema parece claro, por eso Nissan ha trabajado en la tecnología de Movilidad Autónoma Continua, la cual combina la inteligencia artificial del auto con el trabajo de un controlador remoto humano, quien entra en acción cuando el sistema no pueda tomar una decisión que requiere del juicio de una persona.
Aunque suena a un avance hacia la autonomía vial, esta tecnología tiene limitaciones respecto a la inmediatez de los sucesos, ya que solamente funciona para situaciones como un obstáculo o una vía cerrada, mas no se podría enfrentar a accidentes propios, pues el tiempo de reacción no sería suficiente para que el humano que controla remotamente ponga a prueba este sistema.
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No cabe duda de que este paso tecnológico puede dar mayor confianza a más gobiernos para dar permisos de probar estos carros en sus calles; sin embargo, Sierhuis tiene en cuenta que para la implementación de este tipo de vehículos, la intervención humana debe ser mínima. “Entre mejor sea la inteligencia del carro, se acudirá menos al factor humano”, sentencia.
Otro factor de suma importancia que se debe tomar en cuenta para que la gente acepte y confíe totalmente en los vehículos autónomos es que su integración debe ser paulatina. El lado obvio de esto es que los conductores no van a cambiar sus vehículos de inmediato.
Pero, aunado a ese punto, se deben tomar en cuenta la convivencia de los autos tradicionales con los autónomos, si ambos funcionan en un mismo terreno, la confianza crecerá y su implementación total podría ser una realidad en los próximos años.
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