Conagua falla, sobreexplotación de acuífero en Chihuahua se multiplica 13 veces
Hace cinco años se prendió una alarma que no logró evitar el desastre.
En menos de una década, el abatimiento de agua en el acuífero Los Juncos, ubicado al este de Chihuahua, lo convirtió en el segundo más sobreexplotado del país de entre los 653 existentes.
La escasez de agua entre los habitantes de Camargo, una de las ciudades que se nutren del acuífero, no es ninguna novedad. En diarios locales los vecinos se quejan porque el agua llega “a chorritos”, tardan hasta tres horas en completar una carga de lavado.
El acuífero Los Juncos tiene un déficit de 470.7 millones de metros cúbicos anuales sobre su capacidad de recarga, 13 veces mayor que en 2010, cuando era de 36.3 millones de acuerdo con el registro de disponibilidad media de agua publicado en el Diario Oficial de la Federación en enero de 2018.
Un déficit cercano al registrado en el acuífero Zona Metropolitanas de la Ciudad de México, que con 561 millones de metros cúbicos anuales es el más sobreexplotado del país, pues abastece a más de 20 millones de personas; en contraste, la población que suman los cinco municipios sobre los que se extiende Los Juncos no sobrepasa a los 104 mil habitantes.
Ningún otro acuífero en México tiene niveles de sobreexplotación semejantes a los que registran Los Juncos y Zona Metropolitana, los ocho acuíferos que les siguen registran déficits que van de los 142 a los 266 millones de metros cúbicos anuales.
El acuífero Los Juncos está ubicado en una región donde el escurrimiento y la infiltración de agua son reducidos, pues el clima es muy seco y la escasez de agua es natural. En la región se evapora mucho más agua de la que cae a través de la lluvia, la precipitación media anual es de 286 milímetros y la evaporación potencial media anual de mil 765 milímetros.
Las autoridades locales comenzaron a advertir sobre el alto nivel de sobreexplotación que sufría el acuífero desde 2012, pero sin éxito, pues en aquel año el acuífero no fue incluido en la cartografía hidráulica en situación crítica de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Nosotros hemos estado mandando información a México del abatimiento de los niveles freáticos que es muy fuerte, a tal grado de que hay productores que han abandonado sus tierras porque no pueden sacar agua de sus pozos”, declaró Sergio Cano Fonseca, delegado de la Conagua en Chihuahua en 2012.
Hasta ese año el agua de Los Juncos conservaba el libre alumbramiento declarado por la Constitución de 1971, una disposición legal que establece que cualquier interesado puede extraer el volumen que requiera sin necesidad de contar con un permiso o concesión.
“Los productores violan la disposición ambiental y no se apegan a los límites del uso máximo de suelo, hasta donde hubiera disponibilidad de agua, y abrieron tierras al cultivo ilegalmente, de tal manera que están extrayendo más agua de la capacidad que tiene el acuífero apelando al libre alumbramiento” explicó Cano Fonseca.
El libre alumbramiento en Los Juncos fue suspendido en 2013 por decreto del presidente de México, Enrique Peña Nieto, así se prohibió la perforación de pozos y la ejecución de cualquier obra que tuviera por objeto la extracción; también el incremento de los volúmenes autorizados o registrados de agua en tanto se emitiera un instrumento jurídico que permitiera hacer un uso sustentable del acuífero, por ejemplo una veda, un reglamento o una reserva.
Pero la suspensión llegó tarde, para 2013 el déficit de Los Juncos había crecido siete veces respecto de 2010 con 270.6 millones de metros cúbicos anuales, dejando al acuífero sin volumen disponible para otorgar concesiones o asignaciones, de acuerdo con el estudio técnico elaborado en 2015, el más reciente.
El acuífero “ya presenta un abatimiento del nivel de agua subterránea, por lo que persiste el riesgo de que se agraven los efectos perjudiciales causados por la sobreexplotación: la inutilización de pozos, el incremento de costos de bombeo, la disminución e incluso la desaparición de los manantiales, así como el deterioro de la calidad del agua subterránea”, advertía el estudio técnico hace tres años.
Sin embargo el déficit siguió creciendo. Cuando se suspendió el alumbramiento en 2013 se extraían 404.2 millones de metros cúbicos anuales, el triple del volumen del agua que se recarga; en 2018 se extraen 604.3 millones, 4.5 veces más agua que los 133.6 millones de metros cúbicos anuales que se recargan.
90% del agua en Los Juncos se extrae de la zona donde se suspendió el libre alumbramiento, un volumen de 539.2 millones de metros cúbicos anuales, según el reporte de disponibilidad media de agua de 2018.
Ya sea por omisión o incapacidad, Conagua no logró contener la sobreexplotación de un acuífero donde –desde 2012- se advirtieron los peligros para el suministro de agua que representaba seguir por el mismo camino de uso ineficiente. Los números lo dicen todo.
Menonitas, protagonistas de la sobreexplotación
El principal causante de la sobreexplotación en Los Juncos es la agricultura, el sector extrae 99% del agua, el restante 1% se destina al uso doméstico y pecuario.
Los menonitas fueron actor preponderante en el abatimiento del acuífero. Se trata de una etnia anabaptista que se agrupa en colonias dedicadas a labores agrícolas en diversos países. Chihuahua alberga a la comunidad menonita más grande del mundo con cerca de 90 mil habitantes, de acuerdo con Fundación UNAM.
El mayor nivel de abatimiento en Los Juncos para el periodo 2005-2010 se ubica en la porción central, justo donde se concentra las grandes superficies agrícolas de las comunidades menonitas, “quienes han perforado gran cantidad de pozos sin control alguno”, asegura el estudio técnico de 2015.
La alfalfa verde y el trigo en grano fueron los cultivos que ocuparon la mayor superficie del acuífero, principalmente en Ojinaga, municipio donde se ubica El Oasis, uno de los campos menonitas más grandes de Chihuahua con más de 97 mil hectáreas.
El problema –según la Conagua- es que cuando los agricultores que extraen agua de Los Juncos registran un ahorro producto de la tecnificación de sus hectáreas crecen sus cultivos para utilizar el excedente, en vez de conservar el ahorro para equilibrar la extracción del acuífero.