México será el principal perjudicado si el TLCAN se disuelve
Siempre se debe estar preparado para todo, incluso para perder.
Y México debe prepararse en caso de que el TLCAN perezca en su intento por renegociarlo.
No se trata de ser pesimistas, sino de evitar ser sorprendido con la guardia baja de llegar un golpe inesperado.
Incluso el exsubgobernador del Banco de México, Manuel Sánchez, recomienda estar atentos pues, aunque es poco probable “tal evento no puede descartarse”, comenta.
Las virtudes del TLCAN han sido exaltadas a más no poder, los expertos describen como de una manera u otra ha sido benéfico para los tres países que lo integran, en especial para México, que gracias al tratado pudo formar parte de un grupo de élite económica a pesar de ser un país en vías de desarrollo en 1994.
Pero así como su creación fue una bendición económica para México, el fin del TLCAN podría acarrear duras consecuencias para el país, explica el investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Fausto Hernández.
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La razón es que su economía tiene un alto grado de integración con la estadounidense, México “depende del crecimiento de Estados Unidos”. Si en la actualidad ya crece poco la economía -alrededor de 2%-, de disolverse el tratado “creceríamos a tasas todavía más mediocres” comenta el economista.
La crisis de 2008 dió cuenta de la dependencia de la economía mexicana hacia Estados Unidos, en 2009 el PIB de México cayó 6.6% anual; mientras que en Estados Unidos, país donde se originó, disminuyó solo 2.4%.
Promedio de crecimiento anual del PIB en México y Estados Unidos, 1985-2009.
Al ser socios comerciales de Estados Unidos era de esperarse que también Canadá se viera afectada por la crisis de 2008, pero su PIB tuvo una contracción de 2.5%, muy similar a la estadounidense, un reflejo de que mientras Canadá está integrada a EU, México dependen de este.
Promedio de crecimiento anual del PIB en Norteamérica con proyecciones para 2010 y 2011. Fuente: Servicio de Investigación del Congreso de EU, septiembre de 2010.
Si el TLCAN se desintegra en los tres países “se desaceleraría el comercio y la inversión, también podría debilitarse la producción compartida”.
“Así como nuestro país fue el principal beneficiario del TLCAN, es de esperarse que sea el principal perjudicado con su abolición”, comenta el exsubgobernador Manuel Sánchez en su columna del 11 de octubre.
La abolición del TLCAN elevaría las tasas arancelarias que actualmente se mantienen en cero, construiría barreras no arancelarías para el comercio y entorpecería los flujos internacionales de capital, pues dicho tratado hizo más que solo modificar aranceles, creó todo un sistema para facilitar las transacciones económicas, puntualizó Sánchez.
No obstante, el exsubgobernador de Banxico también asegura que “el grado de daño dependería, entre otros factores, de las políticas económicas que posteriormente se aplicaran” en México.
Al respecto, el economista Fausto Hernández advierte que es momento de repensar en políticas que procuren un desarrollo regional equilibrado dentro del país, que generen mayor infraestructura y que impliquen una fuerte inversión en investigación y desarrollo de ciencia y tecnología.
Pues desde la creación del TLCAN México se enganchó al tratado y se dejó arrastrar por éste, en lugar de agarrarse y caminar en paralelo.
MÁS INFORMACIÓN: Defender el TLCAN para repensar México, Fausto Hernández, 13 de junio de 2017.
MÁS INFORMACIÓN: La economía mexicana después de la crisis financiera global, Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, septiembre 2010.
MÁS INFORMACIÓN: Las implicaciones de una salida del TLCAN, Manuel Sánchez González, El Financiero, 2017.