México necesita cambiar de clase política, no solo de partido: Javier Garciadiego
No hay que hacerse ilusiones para no terminar desilusionados, advierte Javier Garciadiego.
"Y los mexicanos cometieron un error inicial: pusieron demasiadas ilusiones en el 2000" y ahora están sufriendo las consecuencias, recuerda en entrevista el expresidente del Colegio de México y uno de los investigadores más destacados sobre la revolución mexicana.
Es ahora cuando la población se dio cuenta que cambiar al partido político, como lo hicieron al inicio del siglo, no fue suficiente para cambiar por completo la conducción política del país; sin embargo, fue un inicio.
Algo mítico se incrustó en el 2000, al grado que mucha gente pensó que el cambio de siglo se llevaría los discursos revolucionarios y la época del PRI, por lo que era tiempo de lanzarse por otros derroteros, que terminaron siendo los políticos del PAN, representados por Vicente Fox.
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Sin embargo, en ese momento los mexicanos no se dieron cuenta de que estaban cambiando de partido mas no de clase política o cultura política, que era el cambio que debieron de haber hecho, comenta Garciadiego, también miembro del Colegio Nacional.
Ahora, el sentimiento de frustración y de escepticismo que se percibe entre la población ante las instituciones como los partidos políticos es normal. Así es el curso de la historia: la desilusión se presenta después de los momentos felices.
La misma historia mexicana lo ejemplifica. Cuando terminó la independencia eran momentos de enorme regocijo, pero en pocos meses eso terminó. Ese cambio que se hizo implicó dificultades que no estaban previstas, como la falta de reconocimiento de España, la selección en el tipo de gobierno, los conflictos entre los gobernantes.
Los mexicanos le atribuyeron cuestiones míticas al cambio de siglo, que los hizo cambiar de partido pero no de clase política.
Esto mismo paso con la Revolución -explica Garciadiego quien posee dos doctorados, uno en Historia de México por el Colegio de México y otro en Historia de América Latina por la Universidad de Chicago. "Un movimiento que acabó con un gobierno dictatorial pero que no supo decirle a la población cómo construir un gobierno democrático", comenta. No obstante, dice, este movimiento trajo a la vida pública a sectores sociales y populares que habían estado relegados anteriormente.
Cuando se tienen estos ejemplos, "no se le puede pedir al mexicano que sea fiel a las instituciones que se han agotado, el escepticismo es parte de la modernidad".
Clave se encuentra en la sociedad
La población ya se dio cuenta que aún faltan muchas instancias democráticas en el país y que es necesario cambiar a la clase política para que se encuentre a la altura de las necesidades de la sociedad mexicana.
En la actualidad "carecemos de seguridad, nos da miedo salir a la calle, desconfiamos de todos los políticos y le urge al país retomar un rumbo de ley, de orden, de seguridad y de progreso". La presencia de un líder podría ayudar, pero "hoy no los hay", expresa el doctor Garciadiego.
Y ese es uno de los espacios en los que debe entrar la sociedad; en la construcción de líderes, porque es de la sociedad de donde surgen estos personajes.
MÁS INFORMACIÓN: Lea y vea la entrevista completa con Javier Garciadiego.