Defensores de animales enfrentan maltrato de gallinas en granjas de Jalisco

La batalla de Igualdad Animal se librará en más de un frente, además de enfrentarse a una industria con un valor de producción mayor a los 130,000 millones de pesos anuales -huevo, pollo y pavo- los defensores de animales tendrán que lidiar con la regulación laxa y los arraigados hábitos de consumo en México.

11 Octubre, 2016 Actualizado el 11 de Octubre, a las 13:52

Una gallina en vida silvestre es capaz de poner hasta 40 huevos al año, pero con el método de jaulas de batería, los animales ponen hasta 300 huevos por año.

Arena Pública

Jalisco se vende al mundo como la capital del Tequila y el Mariachi.

Lo que a ningún extranjero presume la secretaría de Turismo, es que el estado al occidente del país también es famoso por otro tipo de producción: la de huevo en jaulas de batería, una práctica prohibida en países como Suiza o Bélgica.

Una gallina en vida silvestre es capaz de poner hasta 40 huevos al año, pero con el método de jaulas de batería utilizado en granjas de producción intensiva -como las que hay en los Altos de Jalisco- los animales ponen hasta 300 huevos por año.

El método produce descalcificación y osteoporosis en las gallinas, se les quiebran las patas y las alas. “Su sufrimiento es tremendo,” explica Dulce Ramírez, la directora ejecutiva de Igualdad Animal en México, una organización internacional que llegó al país para enfrentar éstas prácticas en empresas que tienen más de 60 años produciendo huevo y pollo.

Igualdad Animal México documentó el maltrato que sufren las gallinas ponedoras en 10 granjas de Jalisco. Con las imágenes inéditas hizo un video del interior de las granjas en la región donde se produce más de la mitad del huevo del país. Así, se ha propuesto visibilizar el problema.

La vida en una jaula es el nombre de su campaña. Arrancó la primera semana de octubre y pretende recolectar -por lo menos- 100 mil firmas.

El apoyo ciudadano será la base para sentarse a negociar con las empresas y algunas instancias de gobierno, Igualdad Animal va por la eliminación de las jaulas de batería y la muda de plumas forzada, un método habitual en México que consiste en dejar de dar agua y alimentos a las gallinas para reducir su peso y acelerar el ciclo de postura de huevos. En algunas granjas se practica hasta dos veces por animal.

La batalla de Igualdad Animal se librará en más de un frente, además de enfrentarse a la millonaria industria del pollo y el huevo -con un valor de producción mayor a los 130,000 millones de pesos anuales en México- los defensores de animales tendrán que lidiar con una regulación laxa y los arraigados hábitos de consumo de los mexicanos.

La poderosa industria del huevo

“Cuando hablamos de la industria, definitivamente estamos hablando de grandes corporaciones que ven a los animales como máquinas de producción, y no conciben implementar cambios de bienestar animal porque les implica mayores costos,” señala la directora ejecutiva de Igualdad Animal en México, Dulce Ramírez.

Hay cerca de 200 productores de huevo a nivel nacional, principalmente concentrados en Jalisco y Puebla, sin embargo, el duo de empresas Proteína Animal (PROAN) y Bachoco, sobresalen del resto por tener una participación de mercado mayor a 10% -cada una- en términos del número de aves.

PROAN es el principal productor de huevo en México, opera desde 1954 en el municipio de San Juan de los Lagos, Jalisco. Cuenta con 25.2 millones de gallinas ponedoras para producir su principal marca, Huevo San Juan, un número que casi iguala a marcas estadounidenses como Cal Maine Foods, que tiene 28 millones.

De la mayor productora de huevo en el país se conocen pocos detalles, pues la empresa es privada, es decir, no cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores. El presidente de PROAN es Manuel Romo Muñoz.

El segundo mayor productor de huevo es Bachoco, propiedad de la familia Bours, también dueños de Megacable. Se trata de una empresa pública con ingresos mayores a 2,600 millones de dólares, la cual es presidida por Francisco Javier Robinson Bours Castelo.

Bachoco es el mayor productor de pollo en México y el sexto a nivel mundial, con presencia en Estados Unidos. En su Consejo de Administración se encuentra el gobernador de Sonora entre 2003 y 2009, Eduardo Robinson Bours Castelo, uno de los señalados como responsables del caso de la guardería ABC, el incendio que cobró la vida de 49 niños el 5 de junio de 2009, del que luego sería exonerado.

Legislación laxa

“Hay empresas en Estados Unidos que cumplen normas muy estrictas de bienestar animal y cuando vienen al país no tienen la obligación de cumplir con ellas, por esa razón es más barato producir en México,” aseguró la directora ejecutiva de Igualdad Animal en México, Dulce Ramírez.

La producción en jaulas de batería y la muda de plumas forzada son prácticas legales en México. El delito de crueldad animal -vigente ya en algunos estados de la República- excluye a los animales para consumo humano.

En el país no se regula el proceso de producción, solamente los temas sanitarios, básicamente evitar la gripe aviar, la influenza, entre otras, “las políticas de bienestar animal no se ven por ningún sitio y eso es lo que queremos transformar,” explica Ramírez.

Imagen: Igualdad animal

La normatividad que regula la producción de huevo en México no es obligatoria, son sólo recomendaciones para el bienestar animal, dice la animalista, pero no se cumplen.

Una de las recomendaciones de las autoridades es que haya solamente tres o cuatro gallinas por jaula de batería, la investigación de Igualdad Animal documentó que en las granjas industriales de los Altos de Jalisco hay de siete a nueve gallinas por jaula.

“Bachoco no aplica las mismas normas aquí que en Estados Unidos. En México se trata más de una visión de comodidad de estas empresas de que sale más barato no atender a los animales, no buscar su bienestar,” señala Dulce Ramírez.

El gobierno no sólo permite la producción de huevo con jaulas de batería, sino que lo promueve. El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias -dependiente de la Sagarpa- elaboró un manual dirigido a los beneficiarios del programa de apoyos para la agricultura familiar, que tiene por objetivo asistirlos para que produzcan huevos mediante éste método.

Luchar contra el consumo

Las gallinas en jaulas de batería no pueden echarse, ni extender sus alas, se pican y se pisan entre ellas porque no tienen suficiente espacio. Son sometidas a ciclos de luz que las alteran para acelerar la postura, les dejan muy pocas horas de oscuridad para dormir. El 90% de los huevos que se venden en México proceden de gallinas que viven en éstas circunstancias.

Como si no fuera suficiente remar contra la marea de una industria que genera el 1.79% del Producto Interno Bruto en México, la apuesta de Igualdad Animal es disminuir el consumo de huevo.

Los mexicanos son los mayores consumidores de huevo a nivel mundial. Cada mexicano consumió 22.4 kilos de huevo en promedio durante 2015, de acuerdo con las cifras de la Unión Nacional de Avicultores, organización que representa los intereses de los productores de huevo y pollo más poderosos de México, presidida por Cesar Quesada Macías.

La organización defensora de animales, con presencia en ocho países, propone un cambio de hábitos: eliminar paulatinamente la ingesta de proteína animal para reemplazarla por productos de origen vegetal.

Entre los empresarios hay avances en el proceso de concientización, actualmente Bimbo, Sodexo y Alsea decidieron no comprar huevos provenientes de jaulas de batería.

En China, Igualdad Animal -tras una década de trabajo- ya logró cerrar 33 mataderos donde se consumía carne de perro. En México, la negociación acaba de comenzar.

A FONDO: La vida en una jaula, documental, Igualdad Animal.