Tan opaco como el refresco de cola, el destino del impuesto a bebidas saborizadas
Tan opaco como el refresco de cola, es el destino de los recursos recaudados por el cobro del impuesto a las bebidas saborizadas.
El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas saborizadas se implementó en 2014, hijo de la reforma fiscal cuyos recursos se destinarían a combatir la obesidad, un tema que encendió las alarmas en 2013 cuando México lideró la lista de las Naciones Unidas como el país con el mayor número de población obesa.
Desde que entró en vigor a la fecha, el IEPS a bebidas saborizadas ha recaudado 53,295 millones de pesos, pero ninguna dependencia puede definir en que se han ocupado. La Hacienda no ha ofrecido datos ni conclusiones sobre el uso y efectos preliminares en la salud de la población.
Mientras crece la recaudación del impuesto, los programas para combatir la obesidad sufren de recortes presupuestales.
La recaudación del IEPS a bebidas saborizadas fue de 15,663 millones de pesos de enero a julio de 2016, un incremento de 11.6% real en comparación con el mismo periodo de 2015, cuando ingresaron a las arcas públicas 13,668 millones, de acuerdo con las cifras de la secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Mientras que en el presupuesto de egresos para 2017 se recortó en 25.6% real el programa de la secretaría de Salud para la prevención y control de sobrepeso y diabetes, quedó en 452.9 millones de pesos, después de que en 2016 ascendiera a 608.5 millones.
Pero el impuesto podría crecer más.
Actualmente el impuesto a las bebidas saborizadas es de un peso por litro, pero diversos partidos políticos han planteado iniciativas para crecer el gravamen. Recientemente el partido Movimiento Ciudadano ha anunciado que presentará una iniciativa para elever el IEPS de refrescos a 8% como base, misma que se incrementará gradualmente dependiendo del contenido calórico de cada producto hasta en 10% y 12%, entre más calorías, más impuestos.
Sea que se aumente el impuesto o que continúe como hasta hoy, los resultados tangibles aun no se dejan ver.
El promedio del índice de masa corporal de los mexicanos -asociación entre peso y talla- registra una trayectoria ascendente desde 2011, que no se frenó ni en 2014, ni en 2015, años posteriores a la implementación del impuesto a las bebidas saborizadas, lo revela un estudio realizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Hasta hoy el impuesto no ha tenido un efecto detectable, sugiere el estudio, aunque, acepta que los resultados de las medidas contra la obesidad se observaran mejor a mayor plazo.
Mientras tanto, los mexicanos siguen consumiendo refresco como si fuera agua. De enero a julio de 2016 el volumen de ventas de refresco tuvo un crecimiento acumulado de 2%, en comparación al mismo periodo de 2015, de acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC).
El IEPS que se aplica desde 2014 a las bebidas azucaradas y a la ‘comida chatarra’, se inscribe en la Estrategia Nacional para la Prevención de la Obesidad y la Diabetes, que también incluye programas como la eliminación de la publicidad de productos con alto contenido calórico en horarios infantiles.
A FONDO: Presenta Lomelí Bolaños iniciativa que combate la obesidad con educación alimentaria, “semáforo nutricional” e impuestos escalonados a “comida chatarra”. Cámara de diputados, octubre de 2016.
A FONDO: Impuesto a las calorías en México, "Taxing Caloriesin Mexico", Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
A FONDO: Salud, "Implicaciones del Paquete Económico 2017", Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP).
MÁS INFORMACIÓN: 70 mil millones más en impuestos para enfrentar la obesidad ¿Y los resultados?, Arena Pública, Marzo de 2016.
