Vacunas nasales, el próximo paso en la lucha contra la Covid-19
Las vacunas contra la COVID-19 se desarrollaron en tiempo récord, sin embargo sólo ofrecen protección a nivel sistémico, por lo que ahora se apuesta por vacunas intranasales, pues además de actuar a nivel mucosa y sistémico, podría limitar la transmisión del virus.
“La ventaja que tiene (la vacuna nasal) es que induce una protección, una inmunidad a nivel local, a nivel de la nariz, de las vías respiratorias y esto es importante porque es el sitio de entrada natural del virus”, dijo Leopoldo Santos Argumedo, doctor en Ciencias en Inmunología e investigador titular del Departamento de Biomedicina Molecular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), en entrevista con Arena Pública.
Dado que no hay necesidad de personal médico capacitado para administrar la dosis de este tipo de vacunas serían más fáciles de administrar, brindando la eficacia deseada. Esto es ventajoso, particularmente en los países en desarrollo, se lee en el artículo COVID-19 intranasal vaccines: current progress, advantages, prospects, and challenges, publicado en marzo de este año por Taylor & Francis Online, empresa internacional que divulga artículos académicos revisados por pares.
Además, este tipo de vacunas permite la autoadministración e incluso podrían ser resistentes a la temperatura ambiente, señala el artículo. Lo anterior facilitaría su transporte y almacenamiento.
“No hay diferencias en cuanto a la implementación del sistema, más bien depende de la plataforma que se utilice. Si son vacunas de RNA, como Pfizer o Moderna, forzosamente se requerirá un sistema de ultra congelación, si es una vacuna de vector viral, por ejemplo, como las de Astra o como la misma patria, que está supuestamente en desarrollo, pues éstas requieren fundamentalmente refrigeración”, añade Santos Argumedo.
Actualmente hay 10 vacunas intranasales en etapa clínica, es decir, es aplicada en personas como parte del ensayo clínico, de las cuales tres se encuentran en fase 3 (aplicación masiva). Estas utilizan una plataforma basada en vectores virales y subunidades de proteínas. Sin embargo, ninguna ha sido autorizada todavía.
Entre las vacunas autorizadas intramusculares para uso de emergencia, se encuentran Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Novavax's NVX-CoV2373 que muestran una eficacia del 95%, 94.1%, 70.4% y 89.3%, respectivamente. La fortaleza de las vacunas intranasales radica en su robusta respuesta inmunológica como refuerzo a personas previamente inmunizadas con inyecciones.
“La inmunidad de la mucosa tanto en la parte superior y las vías respiratorias inferiores podría inhibir la multiplicación viral y disminuir la excreción del virus a través de la mucosa nasal que actúa como barrera de primera línea para la entrada del virus antes de la diseminación a los pulmones, evitando así la transmisión y propagación del SARS-CoV-2, así como lograr la inmunidad de rebaño en la población”, señala el documento publicado en Taylor&Francis Online.
Esta respuesta cobra relevancia puesto que “todas las vacunas autorizadas actualmente están diseñadas con base a la cepa reportada por primera vez y exhiben una neutralización cruzada deficiente contra las variantes”, señala Nasal delivery of thermostable and broadly neutralizing antibodies protects mice against SARS-CoV-2 infection, publicado hace unos meses por la revista Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial.
Si bien la vacunación ha disminuido el número de nuevas infecciones, han surgido diversas variantes con mayor potencial de aumentar la transmisibilidad, la virulencia o evadir las respuestas inmunitarias, Beta y Ómicron han disminuido la eficacia de la protección incluso en personas completamente vacunadas.
"Estamos lidiando con una amenaza diferente a la que teníamos en 2020”, dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale quien dirige uno de los grupos de investigación de vacunas nasales en Estados Unidos, citada por Scientific American, la revista con publicaciones de divulgación científica más antigua de Estados Unidos. Añade que “si queremos contener la propagación del virus, la única forma de hacerlo es a través de la inmunidad de las mucosas”.
Buscando una respuesta inmunitaria duradera
Las vacunas nasales pueden prevenir la infección, la replicación, la diseminación y el desarrollo de enfermedades del virus, así como posiblemente limitar la transmisión del virus. Además, “la inmunización intranasal puede inducir anticuerpos panreactivos (autoanticuerpos), lo cual es particularmente atractivo debido al aumento de variantes de COVID-19”, de acuerdo con Intranasal COVID-19 vaccines: From bench to bed, publicado en el sitio web ScienceDirect, una fuente mundial de investigación científica y médica en febrero.
“Teniendo en cuenta que la subprotección inducida por la vacuna puede ser la base de la transmisión asintomática, los virus de escape inmunitario y la reinfección, una vacuna eficaz debería inducir inmunidad en las mucosas para la prevención nasal de la infección por SARS-CoV-2. Esto es muy relevante para la situación humana, especialmente cuando hay decenas de miles de casos que muestran infecciones de avance de vacunas”, dice Nasal prevention of SARS-CoV-2 infection by intranasal influenza-based boost vaccination in mouse models, publicado en ScienceDirect en enero de este año.
Sin embargo, señala el estudio que el mayor desafío en el desarrollo de este tipo de vacunas es lograr que el antígeno utilizado permanezca en el tracto respiratorio durante un tiempo adecuado para permitir la absorción de éste y pueda provocar una respuesta inmunitaria duradera. Además, el antígeno debe ser lo suficientemente estable para resistir la degradación enzimática.
La cantidad de dosis requeridas, la vía de administración y el tiempo para adquirir la máxima protección son temas latentes sobre las vacunas contra la Covid-19, pero también los efectos adversos y las vacunas nasales no son la excepción.
En 2004, se reportaron 46 casos de parálisis de Bell tras el uso de la vacuna antigripal intranasal. “Al final del día, la eficacia va a triunfar sobre todo”, concluyó Wayne Koff, epidemiólogo, director ejecutivo y fundador de Human Vaccines Project, asociación público-privada destinada a acelerar el desarrollo de vacunas para Scientific American.
Más del 50% de ingresos de Pfizer por ventas de vacuna Comirnaty
Las acciones de Pfizer, una de las farmacéuticas más importantes en el mundo, aumentaron 1.97% para cerrar en 49.29 dólares cada una en la Bolsa de Nueva York. Lo anterior tras reportar ingresos por 25 mil 700 millones de dólares (MD) en su primer reporte trimestre de este año, lo que representa un crecimiento operativo de 82% (11 mil 900 MD) y de 77% en sus ingresos en comparación con el primer trimestre de 2021. No obstante, se encontró por debajo de la estimación de consenso de Zacks de 26.49 mil millones de dólares.
“Los impulsores de crecimiento clave para el trimestre incluyeron a Comirnaty, Paxlovid (medicamento oral contra la covid leve), Eliquis (anticoagulante) y Vyndaqel y Vyndamax (medicamentos contra miocardiopatía amiloide) a nivel mundial, y nuestra familia de vacunas Prevnar y nuestra cartera de biosimilares oncológicos en Estados Unidos”, señaló Alberto Bourla presidente y director ejecutivo de la farmacéutica en un comunicado.
“Hasta fines de marzo, producimos más de 6 millones de cursos de tratamiento, todos los cuales se enviaron poco después de su producción. Debido a que el trimestre del calendario financiero para los mercados internacionales finaliza en febrero y la mayoría de estos 6 millones de tratamientos se produjeron en marzo, solo una pequeña parte de estos envíos se registró en nuestros ingresos del primer trimestre. De hecho, hasta el día de hoy, hemos enviado aproximadamente 8 millones de tratamientos”, dijo Alberto Bourla, presidente y director ejecutivo, durante la llamada de ganancias de este martes.
Los ingresos por vacunas ascendieron a 14 mil 941 MD, frente a 4 mil 894 MD obtenidos en el primer trimestre de 2021. Del total, 13 mil 227 MD corresponden a Comirnaty, su vacuna contra la Covid-19. Además, reportó una utilidad neta de 7 mil 864 MD, en contraste con los 4 mil 877 MD del primer trimestre de 2021. El beneficio por acción fue de 1.62 dólares, contra 0.95 dólares en 2021, por debajo de la estimación Zacks de 1.66 por acción.
Para 2022, Pfizer espera que sus ingresos estén en un rango de 98 mil a 102 mil MD, lo que significaría un crecimiento operativo de 27%. Así mismo, esperan que los ingresos por vacunas sean de 32 mil MD y para Paxlovid esperan ventas por 22 mil MD.