Recortes a elecciones no generan ahorros, pero arriesgan la democracia
Reducir al mínimo el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE) puede hacer peligrar la integridad de las elecciones en México, para regresar a etapas ya superadas.
“Estamos tan acostumbrados a que las elecciones salgan bien, […] que ya tenemos muy asimilado que el voto va a contar, y que es muy difícil que ocurran fenómenos como las urnas zapato o las casillas embarazadas. Esas prácticas ya están desterradas, es imposible que se hagan. La discusión [sobre el presupuesto para el INE] debería ser en ese sentido: ¿Quieren que regresen esas prácticas?”, asegura Edwin Ramírez Lemus, especialista en temas electorales.
El tema del costo de las elecciones, y en general cuánto dinero se invierte en el proceso democrático mexicano, ha tomado fuerza en las últimas semanas a raíz de la propuesta de Reforma Electoral de la actual administración. Entre las propuestas del proyecto legislativo enfocadas al gasto está el recorte del presupuesto al INE, integrar las labores de los organismos locales al Instituto Nacional para ahorrar recursos, recortar legisladores plurinominales.
Incluso el mismo López Obrador ha dicho que el INE “es el organismo electoral más caro del mundo”, y sugiriendo que este dinero no se está aprovechando adecuadamente porque no hay confianza en los resultados de las elecciones.
Sin embargo, los ahorros que se podrían lograr con los recortes al INE serían mínimos, si se toma en cuenta el peso que tiene el Instituto en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Desde 2017 el dinero que se le concedía al INE representaba apenas una séptima parte de lo que se destinaba a los ramos autónomos en su conjunto, y solo 0.3% de todos los recursos aprobados para el Gobierno federal como un todo. Para 2022, los 13 mil 914 millones de pesos (MP) que le fueron aprobados al INE representan apenas 0.001% de los 7.08 billones de pesos de todo el PEF.
“El costo de la democracia en México es baratísimo con respecto al Presupuesto de la Federación”, asegura Raúl Zepeda Gil, investigador de la Universidad King’s College London. “¿Podrían ahorrar dinero quitando 100 diputados? Pues sí, porque van a quitar 100 salarios. Pero la verdad es que eso, en términos reales, no va a ahorrar mucho en términos reales. El costo del INE en 2017 no fue ni la mitad del fondo de reconstrucción después del sismo del 19S […]. La austeridad no ahorra mucho dinero”, agrega.
Esto no quiere decir que no haya formas de generar eficiencias dentro del organismo electoral. Se pueden modernizar muchos procesos dentro del INE y en la forma que arma elecciones federales y locales, incluyendo “que el empadronamiento sea 100% digital, que la capacitación [electoral] sea mucho más eficiente, que los procesos de fiscalización puedan ser vía blockchain, que se puedan usar urnas electrónicas […] para reducir el costo destinado a las elecciones para ese día”, entre otros, señala Cynthia Valeriano López, profesora de Economía del Tecnológico de Monterrey (ITESM), Campus Toluca.
Pero las propuestas que ha hecho hasta ahora el partido en el poder no solo no generarían muchos ahorros, sino que hasta podría poner bajo custionamiento la solidez de la democracia.
De acuerdo con la especialista del ITESM, la propuesta de reducir a los legisladores plurinominales no generaría un ahorro alguno desde el punto de vista electoral porque “son calculados a partir de los resultados de la jornada electoral. No va a impactar en lo más mínimo en los costos de la organización. Lo que sí puede suceder es que exista una sobrerrepresentación de partidos políticos dominantes en la arena pública y se limite la visión de otras alternativas, debilitando el ejercicio democrático”.
Por otro lado, la propuesta de incluir métodos más modernos para hacer más baratas las elecciones podría afectar la solidez de la jornada misma. De acuerdo con Edwin Ramírez Lemus, “elaborar una boleta electoral, es igual de complejo que elaborar un billete. La piedra angular de nuestra democracia es la desconfianza […]. Y la desconfianza cuesta, y cuesta mucho […]. En otras democracias, como Inglaterra, puedes ir a votar hasta con tu credencial de conducir, te dan una boleta de papel de estraza, y ya. Y aparte los comicios los organiza el gobierno. En México, ¿estamos dispuestos a confiar ciegamente en nuestras elecciones? Si sí, entonces eliminemos al INE y que Gobernación vuelva a organizar las elecciones. Pero recordemos de dónde venimos”.
Incluso la propuesta de integrar al INE federal con los Organismos Públicos Locales (Oples), que organizan a nivel local las elecciones dentro de estados y municipios, para reducir el gasto total en las elecciones sería sacrificar la solidez del proceso a cambio de ahorros mínimos.
“Se ha depositado en el INE unas expectativas irreales”, asegura Raúl Zepeda Gil. “Es notable que hayan logrado lo que han logrado con los recursos que tienen […]. Con cada reforma, parece que se está creando una profecía autocumplida, dándole más funciones al INE y menos dinero para que falle y se pueda desmantelarlo […]. Hay una deslealtad de toda la clase política a las reglas electorales que ellos mismos diseñaron […]. Lo hizo Vicente Fox como presidente en su campaña contra López Obrador, lo hace el PRI usualmente con la compra de votos [y en este sexenio] se cubre esta deslealtad a la democracia en el discurso de la austeridad presupuestal”, concluye.