En invierno se acabaría el efecto positivo del tope al gas LP
A finales del año, los precios máximos del gas licuado de petróleo (LP) podrían volver a impulsar la inflación en México.
De acuerdo con Adriana García, coordinadora de análisis económico en el colectivo México, ¿Cómo Vamos?, “será muy interesante ver cómo se comporta el mercado de gas LP hacia el inicio del invierno, cuando se incremente la demanda de este bien en Estados Unidos. México importa la mayor parte de su gas LP de Texas, entonces vamos a ver los efectos y cómo el gobierno ajusta los precios máximos”.
Esta declaración es consistente con el comportamiento de los precios del gas LP en los últimos cinco años. Los precios spot del propano Mont Belvieu, un indicador clave para el nivel de precios del gas LP en América del Norte, ha consistentemente mostrado un comportamiento al alza entre los meses de noviembre y febrero en los últimos cinco años.
En 2016, 2017, 2019 y 2020 se comenzó un ciclo de alza de precios que en ocasiones no se modificó a la baja sino hasta bien entrado el año siguiente. Para 2018, el invierno parece haber detenido en seco una baja sustancial en los precios del gas LP en los Estados Unidos. A eso se debe sumar que, desde abril pasado, se ha visto un incremento continuo en los precios de este combustible en los mercados internacionales.
Este fenómeno podría cortar con una tendencia positiva que los topes máximos al gas LP habían logrado cimentar en el nivel general de precios al consumidor. En las últimas dos mediciones quincenales del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se ha destacado el impacto que han tenido los límites al precio de este combustible en el comportamiento general de la inflación.
Pero aún si el invierno en Estados Unidos no tiene el efecto que esperan los especialistas en el precio del gas LP en México, tarde o temprano desaparecerá su efecto positivo sobre el INPC. Desde que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publicó su primer tope a los precios máximos del combustible en la primera semana de agosto, estos topes se han hecho cada vez más altos.
En la semana del 12 al 18 de septiembre, el precio promedio nacional para la modalidad tanque fue de 23.87 pesos por kilo ($/kg), 5.59% por encima de los $22.61/kg en los que se fijó del 1 al 7 de agosto pasado.
Y los mercados internacionales sugieren que esta tendencia no cambiará en el largo plazo. Los precios de los contratos futuros del propano Argus de Saudi Aramco (un referente internacional para el precio del gas LP) muestran una tendencia de precio a la baja para todos los activos que se vencen hasta abril del 2024.
Sin embargo, el precio de los contratos futuros que se vencen en meses posteriores muestra una clara tendencia al alza; lo que podría interpretarse como una señal de los participantes del mercado a que los precios del gas LP continuarán escalando en el largo plazo.
Mercado negro de gas LP
Adriana García admite que, “mientras estos precios máximos no distorsionen los mercados de gas LP, no vamos a tener afectaciones y resultados negativos”. Sin embargo, desde antes incluso que se implementara la nueva norma de CRE para estos topes, agentes externos advertían que este tipo de medidas muy probablemente llevarían a distorsiones del mercado.
En julio del 2021, un análisis sobre el mercado de gas LP en América Latina de la firma de consultoría IHS Markit aseguraba que, “en una región con gran necesidad de nueva infraestructura, cualquier modificación al precio real de lo que ahora es una mercancía internacional desincentivará futuras inversiones en logística e infraestructura, y podría reducir la calidad general del servicio”.
La analista de México, ¿Cómo Vamos? confirma que, en el “momento que existan distorsiones porque el precio internacional del gas LP es mayor a lo que está proponiendo el gobierno, vamos a empezar a tener problemas de escasez y proliferación de mercados negros. Ninguna de las dos es deseada frente a una recuperación económica”.
La escasez, explica García, se desataría a raíz de que ningún agente privado adquiriría gas LP con los precios más altos del mercado internacional solo para venderlo a precios más bajos en México. Y ésta situación de baja disponibilidad de gas LP en el mercado oficial llevaría a la creación de mercados negros, potencialmente alimentados por fenómenos similares a lo que existe ahora en el sector de gasolinas con el huachicol.
Tal vez podrían limitarse o retrasarse estos escenarios si la petrolera estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), pudiera redoblar esfuerzos en la producción y distribución de gas LP. Sin embargo, se ve como una posibilidad lejana.
Con las mismas cifras de Pemex, la elaboración de gas LP se ha reducido consistentemente desde al menos la segunda mitad de la década pasada. El promedio de producción de este combustible en lo que va de 2021 es de 91 mil 100 barriles diarios, una caída importante de los 100 mil 500 barriles diarios promedio registrados el año pasado.
A eso se debe sumar que, de forma constante desde abril pasado, Pemex ha vendido cada vez más barriles diarios de gas LP en el mercado interno. Esta tendencia le ha exigido a México reforzar la importación del producto desde Estados Unidos. En datos de la Administración de Información Energética norteamericana (EIA), luego de reducir sustancialmente la exportación de gas LP a México desde su pico en diciembre pasado, las ventas empezaron a crecer de nuevo a partir de abril del 2021.
En este sentido, Adriana García concluye que “no existe una infraestructura nacional por parte de Pemex para proveer gas LP” que le permita mantener el precio del combustible debajo de las referencias internacionales sin causar disrupciones en el mercado interno.
No solo eso, agrega que si el actual gobierno eligiera subsidiar el producto por un tema social, se arriesgaría a asumir “una carga adicional a las finanzas públicas”. En este sentido, parece inevitable que los beneficios inmediatos de los topes máximos del gas LP a la inflación general de México se desvanezcan más temprano que tarde.