El enigma del crecimiento de las remesas II

Existen otros factores que también parecen haber incidido en el comportamiento de las remesas.
5 Agosto, 2021

En 2020, las remesas del exterior registraron su mayor crecimiento (12.6%) desde 2006, sobrepasando los 40 mil millones de dólares. Este aumento fue aún más notable considerando la recesión originada por la pandemia del Covid-19 en los Estados Unidos. Durante la recesión global previa, en 2009, las remesas recibidas por el país disminuyeron en 15.5%.

Más aún, en los primeros seis meses de este año el flujo de remesas continuó acelerándose, mostrando un crecimiento de 22.4% sobre el año ya récord de 2021.

La principal explicación que se ha dado para este dinamismo es que los programas masivos de apoyo a las familias del gobierno estadounidense también beneficiaron a los migrantes mexicanos, quienes aumentaron los envíos de remesas a sus familias.  

Es indudable que este ha sido un factor que ha contribuido al aumento de las remesas pero, como se señaló en un artículo publicado en octubre pasado en este espacio, existen otros factores que también parecen haber incidido en su comportamiento.

En particular, señalamos que en buena parte “se puede deber al envío de dinero ilegal en forma fraccionada con el fin de evitar su detección”. Además, el cierre de la frontera terrestre entre los dos países puede haber alentado el envío de este dinero a través de medios alternativos como los electrónicos.

Evidencia más reciente parece reforzar esta hipótesis. Por un lado, se encuentra el hecho de que el número de operaciones de los envíos ha seguido creciendo en forma sostenida.

En los 12 meses pre-pandemia (marzo de 2019 a febrero de 2020) el promedio mensual de operaciones fue de 9.373 millones, mientras que de marzo a diciembre del año pasado el promedio pasó a 10.273 millones (900 mil más) y en el primer semestre de 2021 se registraron 10.71 millones (435 mil adicionales). Así, desde que inició la pandemia ha habido, en promedio, 1.336 millones de transacciones adicionales.

Si bien una posibilidad es que este aumento de transacciones podría obedecer a la recuperación del empleo de nuestros connacionales en los Estados Unidos, de acuerdo con datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), el número de inmigrantes mexicanos empleados en junio pasado fue apenas superior en 28,626 trabajadores al observado en febrero de 2020. Indudablemente es una buena noticia que se recuperaron todos los empleos perdidos por nuestros compatriotas durante el año pasado, pero el incremento sobre el nivel pre-pandemia fue de sólo 0.4%.

Es decir, prácticamente no ha aumentado el número de inmigrantes mexicanos empleados con relación a su nivel pre-pandemia; sin embargo, el número de operaciones de envío de remesas ha crecido 14.2%.

Por su parte, el monto promedio de cada remesa sólo ha pasado de 326 a 366 dólares entre 2019 y 2021. Es decir, lo que explica el incremento del flujo de remesas es la cantidad de operaciones mensuales, más que un aumento en su monto individual.

Por otra parte, recientemente el INEGI dio a conocer la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de las familias (ENIGH) correspondiente a 2020, en la cual presenta el desglose de los ingresos de los hogares por diversos conceptos, destacando el de “Ingresos provenientes de otros países”, lo que representa fundamentalmente los ingresos por remesas.

De acuerdo a estas cifras, el total los hogares reportó haber recibido en 2020 el equivalente a 2,751 millones de dólares, lo que significa únicamente el 6.8% de lo registrado por el Banco de México como el flujo de remesas familiares (40,601.2  millones de dólares).

Es indudable que la posibilidad de que muchos hogares hayan sub-reportado sus ingresos sea elevada, en especial cuando son de divisas, por diversas razones (entre ellas, por seguridad personal).

Sin embargo, la diferencia entre ambas cantidades es tan grande que difícilmente se puede atribuir exclusivamente al sub-reporte en la encuesta.

En consecuencia, considerando el aumento inexplicable en el número de operaciones de envío de remesas a México desde el año pasado y lo reportado por las familias en la ENIGH, la hipótesis de que “se puede deber al envío de dinero ilegal en forma fraccionada con el fin de evitar su detección”, parece reforzarse.

 
Oscar Vera Oscar Vera Doctor en Economía con especialidad en Finanzas Públicas por la Universidad de York, en Inglaterra. Director general de Asesoría y Estrategia Económica, S.C. Director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) entre 1991 y 1996. Economista en Jefe para México y América Latina de Deutsche Bank entre 1996 y 1999. Funcionario de las secretarías de Programación y Presupuesto y de Energía, Minas e Industrias Paraestatales entre 1981 y 1984.

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