Terrorismo: Otro golpe de Trump a la economía
El próximo lunes 3 de febrero, se cumple el plazo para que Marco Rubio, el secretario de Estado de Estados Unidos, anuncie medidas para la designación de los cárteles de las drogas como organizaciones terroristas.
De cumplirse esta amenaza del presidente Trump, habría importantes consecuencias sobre las empresas y bancos que operan en México, pero también pesaría sobre la economía mexicana que ya coquetea con la recesión.
En su primer día de mandato, el 20 de enero, Trump firmó una orden ejecutiva (un decreto) para iniciar el proceso de designación de cárteles de la droga como organizaciones terroristas, porque -según el documento firmado por Trump- “constituyen una amenaza a la seguridad nacional más allá de la que plantea el crimen organizado internacional”.
Evidentemente la orden va dirigida principalmente a los cárteles mexicanos de la droga, entre ellos el cártel de Sinaloa o el de Jalisco Nueva Generación, como parte de su plan de seguridad fronteriza a fin de designarlos como “organizaciones terroristas extranjeras”.
Trump ordenó que en un plazo de 14 días el secretario Marco Rubio, en consulta con otras dependencias, dé a conocer las medidas para recomendar la designación de cualquier cártel internacional de drogas como organización terrorista. La fecha fatídica es el lunes 3.
De implementarse como se prevé, se detonarán de inmediato una serie de medidas judiciales -además de militares- enfocadas principalmente en las estructuras económicas y financieras de los cárteles y de todas aquellas empresas, instituciones financieras y personas que se sospeche de tener vínculos con los cárteles. Incluso cuando las empresas o personas no estén al tanto de estos vínculos.
Las leyes estadounidenses, de aplicación extraterritorial, son severas con aquellos que proveen apoyo material, con conocimiento o no, a una organización terrorista con sanciones civiles, penales y con duras consecuencias reputacionales. Y los bancos, casas de cambios, aseguradoras, sofomes, uniones de crédito, empresas de juegos de azar, comerciales, agrícolas, de servicios, entre muchas otras, estarían en el radar de las autoridades estadounidenses.
La amenaza de Trump tiene muy preocupados a banqueros y empresarios, y con razón. No solo se tiene que redoblar los filtros antilavado y anticorrupción en el sistema financiero del país, comenzando por las autoridades de supervisión en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas y el Banco de México. También las instituciones financieras, empresas y personas relacionadas tendrán que revisar cuidadosamente a sus clientes, proveedores y socios.
Y es que, aunque se propaga que en el país existen mecanismos robustos para detectar estas actividades ilícitas en el sistema financiero, son conocidos los hoyos operativos y de ejecución para supervisar a las diferentes figuras del sistema. No es posible que se contabilicen anualmente miles de millones de dólares producto de actividades ilegales sin la participación del sistema financiero y de la economía formal.
El asunto es que estos mecanismos de revisión, regulación adicional y supervisión financiera como el que se plantea a nivel sistémico e individual, además de que implican costos adicionales, también tomarán tiempo de implementación aletargando, aún más, el ritmo de la economía.
El próximo será un largo fin de semana comenzando el sábado 1 con los aranceles. Es el juego de Trump.
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