¿Cuáles son los efectos del aumento de salario mínimo en México?
En los cursos introductorios de economía se enseña que el salario de equilibrio se da cuando se intercepta la curva de demanda laboral (las empresas o el estado) con la de la oferta (los trabajadores). El siguiente tema que abordan los libros de texto básicos es que si se impone un precio (salario) mínimo, éste puede ubicarse por arriba o por debajo del de equilibrio. Al segundo se le conoce como precio mínimo inefectivo porque no altera aquel prevaleciente en el equilibrio.
Sin embargo, en el primer caso, cuando se ubica por arriba del equilibrio, se dice que éste podría desincentivar a las empresas a contratar trabajadores. Por otro lado, el salario mínimo más alto, establecen esos textos, atrae a personas más calificadas que estaban fuera de la fuerza laboral por algún motivo, desplazando a los que estaban en ese momento laborando, con menores capacidades. Ese puede ser el caso de personas dedicadas a labores del hogar (técnic@s o profesionistas que dedican tiempo a sus hijas) o de algunas en retiro que deciden volver ante la expectativa de un mayor salario, entre otras. La disminución de la cantidad demandada de trabajadores en conjunto con el aumento de la cantidad ofertada de trabajo, provoca el desempleo.
Por su parte, se argumenta además que un mayor salario incrementa el costo de producción. Acá, la teoría básica señala que el empresario puede pasar ese costo al consumidor provocando un aumento en el precio de venta, provocando así una mayor tasa de inflación; o bien, puede reducir su tasa de ganancia, sin tener que aumentar los precios. O, incluso, puede reducir prestaciones a los trabajadores. Alternativamente, puede suceder una combinación de estos elementos.
¿Qué pasa en la realidad? Mucho se ha escrito al respecto, pero al final debe reconocerse que el salario de equilibrio no es observable directamente y las más de las veces es necesario estimarlo empíricamente. Por ello, la respuesta a cada una de las interrogantes debe darse después de una estimación empírica para cada caso (país o región).
Existen un par de artículos que resucitaron el tema (en 1992 y en 1994) por connotados economistas (Katz y Krueger y, Card y Krueger, el penúltimo premio nobel de economía 2021), en el que muestran que el efecto inflacionario y de empleo es prácticamente nulo para algunos estados de Estados Unidos (allá el salario mínimo lo fijan los estados). A partir de este artículo han abundado las pruebas empíricas. Una reseña en el año 2008 realizada por Sarah Lemos revisa todas las contribuciones hasta esa fecha y concluye que el efecto en ambas variables es marginal o nulo.
Estas pruebas sugerirían que la teoría que se enseña en los libros de texto no necesariamente aguanta la prueba de la realidad. No obstante, la mayoría de la evidencia empírica se da en un entorno de elevación de salarios mínimos de-una-sola-vez.
El caso reciente de México es interesante desde varios aspectos. Primero hay que decir que el salario mínimo en México estaba muy por debajo del de equilibrio, tan bajo que se ubicaba por debajo de la línea de bienestar. Sin duda alguna era necesario elevarlo. Hay casos como el de Hungría y algunos estados de la Unión Americana que lo elevaron abruptamente de un año para otro, pero ahí paró la cosa. En México la elevación del 2018 hasta 2024 se ubica en 183%, un promedio de aumento de 30% anual.
Hasta el momento no existe un estudio serio que analice los efectos de dicha elevación a través de los 6 años. Existe uno de Campos y Esquivel que solo analiza el efecto en la frontera norte para un solo año, donde además se combinó con una reducción de IVA en dicha franja; sus resultados van en consistencia con Card y Krueger. No obstante, hoy esa evidencia ya no responde la pregunta. Por ello, es necesario uno que estime los efectos sobre la inflación y el nivel de empleo en la economía para plazos más largos y a nivel nacional.
Más aún, para el año 2025 se aprobó ya un aumento de 12%, que lo ubica alrededor de 7.5 puntos porcentuales por arriba de la inflación esperada. Los efectos sobre la economía continúan sin ser estudiados, pero además se tendrá que estimar el impacto sobre las pequeñas y medianas empresas, sobre todo del sector servicios, como restaurantes y hoteles pequeños. Esto debe incluir determinar si los beneficios y prestaciones no se han visto reducidos por dichas elevaciones. O, peor aún, si el ritmo de la informalidad no empezará a rebotar al alza a partir de estos años. Recuerde que las consecuencias en ocasiones aparecen después de algunos años.
En suma, creo que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos debe publicar un estudio serio y riguroso analizando los efectos e impactos de la política salarial en todos los ámbitos discutidos aquí antes de seguir aumentando el salario por arriba de la inflación. El que esto escribe, por su parte, está también trabajando en ello.