La IA aún no impulsa inversiones de capital de riesgo en México

Las empresas emergentes se asumen como consumidores que utilizan la inteligencia artificial como herramienta, y no como una innovación como ocurre en los países desarrollados.
7 Agosto, 2024 Actualizado el 7 de Agosto, a las 18:51
La innovación, un pendiente en AL. (Imagen: iStock)
La innovación, un pendiente en AL. (Imagen: iStock)
Arena Pública

El capital de riesgo en México todavía no ve a la Inteligencia Artificial (IA) como un factor determinante para invertir debido a que las empresas emergentes utilizan la tecnología como un instrumento, lejos de desarrollar propiamente esta tecnología que se encuentra en auge en Estados Unidos y Europa.

Esto contrasta con la tendencia que se observa en países como Estados Unidos, donde la IA se ha convertido en un pilar fundamental para el ecosistema del capital de riesgo, representando más del 40% de los nuevos unicornios privados en el país durante el primer semestre del año, y contribuyendo con más del 60% al crecimiento en la valoración total de las empresas respaldadas por capital de riesgo, según PitchBook, plataforma de datos financieros para los mercados de capital privado.

En términos de inversión, la inteligencia artificial representó entre el 15% y el 17% del capital de riesgo invertido en América del Norte y Europa en los últimos años. Esta proporción se elevó al 20% en 2023 y se espera que continúe en aumento en 2024, según Brendan Burke, analista sénior de tecnología emergente de PitchBook.

En el período comprendido entre el 1 de enero y el 25 de junio de este año, surgieron 13 nuevos unicornios en el ámbito de la inteligencia artificial en Estados Unidos, es decir, empresas privadas que alcanzaron valoraciones superiores a los mil millones de dólares.

xAI, la empresa de Elon Musk, por ejemplo, por sí sola aumentó su valoración en 24 mil millones de dólares, mientras que el conjunto de las empresas unicornio de IA sumó un incremento total de 116 mil millones de dólares en valor. En lo que va del año, el valor total de los unicornios estadounidenses ha crecido en 162 mil millones de dólares.

En México, esta tecnología no está incentivando la inversión en venture capital. Los inversionistas prefieren ver utilidades ya sea que la empresa utilice o no Inteligencia Artificial en sus aplicaciones. Fabian Aguilar, vicepresidente de inversiones y director de Angel Ventures, una firma de capital de riesgo con sede en la Ciudad de México, aunque ve que más emprendedores lo utilizan como un atractivo, es difícil que sea determinante en la inversión.

“No creo que haya una preferencia hacia los emprendedores que me presenten proyectos con IA. A mí me interesa mucho ver primero el problema y la solución que ofrece el proyecto. Definitivamente si le agregas IA a un modelo, esperaría que fuese más rentable, más barato o más fácil de crecer. Entonces la IA no se vuelve la razón para invertir, sino para crecer”.

Para Armando Díaz, líder de sostenibilidad en Accenture México, a pesar de que sí se observa un mayor interés, el país se encuentra en una etapa embrionaria. “En México y en Latinoamérica vemos un mayor apetito de capital de riesgo, pero desafortunadamente falta mucho para que México esté en los niveles de los otros países tanto europeos como como estadounidenses, inclusive sudamericanos. Yo creo que todavía estamos en etapa embrionaria de poder generar innovación a escala de otros países”.

Esta postura va de la mano con el papel que desempeña esta tecnología en las empresas emergentes. En Estados Unidos, el entusiasmo generado por el desarrollo de tecnología de IA, especialmente desde el lanzamiento del chatbot ChatGPT de OpenAI, revitalizó la financiación de capital de riesgo. Los inversores están realizando apuestas considerables en startups, con la expectativa de que los ingresos provenientes de la adopción de la IA generen rendimientos significativos.

En México el panorama es distinto a pesar de que también se utiliza la IA como un instrumento. El territorio mexicano es un país en desarrollo y con acceso limitado al financiamiento emprendedor, además de que este fenómeno no ha sido uniforme en todo el país. La Ciudad de México es la entidad federativa con la mayor cantidad de fondos de capital de riesgo, concentrando casi el 80% del valor de inversión de riesgo.

La mayoría de los fondos se han enfocado en proyectos de tipo semilla o en la etapa de creación de empresas, que suelen implicar un mayor riesgo. Además, el mayor porcentaje del valor de recaudación acumulado se ha destinado a empresas en etapas tempranas de desarrollo, con casi un 90% del capital invertido proveniente de origen nacional. Sin embargo, las inversiones más elevadas se destinan a proyectos en etapas más avanzadas, como la etapa C y posteriores.

El sector de software se está consolidando como el favorito para las inversiones de capital de riesgo en México durante 2024, según el último informe trimestral de la plataforma de análisis Transactional Track Record (TTR). A pesar de una disminución general en el número de transacciones y en el valor agregado total de las inversiones, el software sigue siendo el destino principal para los fondos de capital de riesgo.

Fabian Aguilar dijo que la mayoría de empresas emergentes ya utilizan IA para sus servicios. “El 80% de todas las empresas que nos presentan la oportunidad de inversión tienen un componente de IA”. Según Aguilar, los sectores que más ve inclinados hacia esta tendencia es en marketing y en soluciones de venta, como bots para apoyar en respuestas. La industria fintech también ha labrado su camino en la inversión de venture capital que integra soluciones de IA.

Para el experto de Angel Ventures, empresa detrás de fintech como Clip, lo que observa “normalmente son modelos de negocios que justamente se apoyan de modelos que ya han sido desarrollados de IA y los presentan en una solución que normalmente hacen las cosas más fáciles y automáticas, que bajan los costos o que le añaden valor adicional de lo que normalmente las competencias o los modelos tradicionales de alguna oferta de producto pueden generar”.

A diferencia de los países desarrolladores, México se encuentra rezagado. “Muy escasamente vemos estos grandes modelos de lenguaje y siento que todavía vamos un paso atrás. Diría que hasta seis años en comparación con los últimos descubrimientos tecnológicos en Estados Unidos, incluso en China y Europa. Normalmente lo que se descubre, lo que se invierte o lo que se crea en estos mercados desarrollados, posteriormente se transmite hacia Latinoamérica y los emprendedores latinoamericanos las adaptan a las realidades latinas”, dijo Aguilar.

Los expertos coinciden en que esta “realidad latina” se enfrenta a otro tipo de problemáticas al tomar un papel de usuarias propias del contexto. Armando Díaz, quien trabaja con las principales empresas de la región, observa que las empresas emergentes necesitan estar estar más preparadas con un modelo de negocio que esté bien fundamentado y con un desarrollo tecnológico, que este bulletproof, es decir, “a prueba de balas”.

“Muchos de los temas que vemos es que la inversión que se hace en este tipo de empresas, al final no llegan a escalar del todo porque algunas, aunque son buenas ideas, el desarrollo no cuenta con los estándares que se requieren para poder escalar. No acaba siendo un desarrollo seguro", señala.

El experto señala que otro de los principales limitantes es el talento, puesto que dicha tecnología requiere de conocimiento especializado. Sin embargo, no se trata de una tendencia que ponga en desventaja a las empresas emergentes, ya que sigue siendo una oportunidad muy grande, porque, si bien los emprendedores no se encuentran creando desde cero esta tecnología, también sirve para centrarse en los obstáculos y tener menos margen de error.

Un ejemplo de ello son las startups enfocadas en medios de pago, remesas y préstamos, como Konfío, Credijusto y Clip, que no solo han logrado recaudar un gran volumen de inversiones de capital de riesgo, sino que también se han posicionado entre las compañías emergentes más destacadas para trabajar en el país.