Crecen ventas de productos reacondicionados por precio y medio ambiente
La preferencia de compra por productos reacondicionados está ganando fuerza a nivel global, particularmente a través de plataformas de ecommerce.
Este concepto hace referencia a bienes usados que han sido inspeccionados, reparados y optimizados a un estado similar a cuando eran nuevos, ya sea por las mismas compañías que originalmente vendieron el producto o por negocios de terceros. Aunque no es una estrategia de venta nueva, ha tenido un crecimiento significativo en los últimos años.
Para 2014, los productos reacondicionados representaban entre el 5% y 10% del mercado de consumo de los Estados Unidos, según estimaciones de la Universidad Estatal de Pensilvania. Sin embargo, al cierre del 2020, solo el mercado de teléfonos móviles reacondicionados ya tenía una valuación de 49 mil 900 millones de dólares (MD). Para finales de 2031, se espera que esta cifra crezca a 143 mil 300 MD, un crecimiento promedio compuesto anual de 10.2%.
Tampoco es un nicho en el que un grupo limitado de consumidores esté invirtiendo mucho dinero. Entre 62% y 80% de los consumidores en eBay compraron productos reacondicionados en 2021, de acuerdo con su Recommerce Report. Las proporciones tienden a ser más altas entre generaciones más jóvenes, particularmente la generación Z, y representan un avance importante respecto al porcentaje de usuarios que querían adquirir estos bienes un año antes.
Y no es una impresión que tengan únicamente los compradores. En el mismo estudio de eBay, se apunta que también el 72% de los vendedores detectaron que los productos reacondicionados crecieron en popularidad entre los consumidores durante 2021.
Es importante destacar también que no es una tendencia única de este marketplace. El año pasado la marca Amazon Renewed, la unidad dedicada a productos reacondicionados de la compañía de ecommerce, fue reconocida como la tercera más popular entre los consumidores de la plataforma, según un análisis de Market Beyond.
Hay dos fenómenos claros que están impulsando esta preferencia. “Este gusto por los productos reacondicionados está relacionado con un tema de sustentabilidad […] y que pueda tener un beneficio en los bolsillos”, asegura Raúl Bustamante, gerente de Comunicación en eBay para América Latina.
Estas tendencias no son muy distintas respecto a lo que se observaba hace algunos años. El 96% de los compradores de productos reacondicionados en 2014 creían que adquirir este tipo de bienes les iba a ahorrar algo de dinero, de acuerdo con una encuesta de Liquidity Services. Y en el mismo estudio, se encontró que cuatro de cada 10 personas también preferían este tipo de bienes porque se consideraban a sí mismos consumidores sustentables.
La diferencia entre el día de hoy y hace una década podría estar en que la pandemia, como sucedió en otras industrias, creó las condiciones propicias para el crecimiento y la transición a una mayor aceptación de productos reacondicionados.
Varios expertos señalan que muchos individuos se vieron en la necesidad de adquirir electrónicos de consumo (tablets, celulares, computadoras portátiles) para trabajar o estudiar desde casa. Y entre los problemas de suministro globales, el recorte de salarios o la pérdida de empleos, los bienes reacondicionados cobraron fuerza como una mejor opción para aprovechar el dinero.
“Pensemos en padres de familia, que quizá quieren empezar a darles productos electrónicos a sus hijos. No es lo mismo comprar tres celulares nuevos a comprar tres celulares reacondicionados que puedan ser utilizados por los más pequeños. Esa también es una de las grandes razones por las que el recommerce ha ido creciendo”, señala Raúl Bustamante.
Barreras a los productos reacondicionados
Si bien los últimos dos años parecen haber sido positivos para este nicho, eso no necesariamente significa que los productos reacondicionados ya tienen una aceptación generalizada. El directivo de eBay señala que la confianza sigue siendo un desafío importante.
“Es difícil darle confianza a, por ejemplo, un comprador en México respecto a un producto que fue reacondicionado por una persona que no conoce e incluso puede estar en otro continente. Es una barrera que, a nivel comunicación, estamos tratando de difuminar recordándoles que cuentan con el respaldo de su marketplace”, señala.
La desconfianza es tal vez el reto más importante al que se han enfrentado desde siempre los productos reacondicionados. En el mismo estudio de la Universidad de Pensilvania de 2014, los investigadores concluyen que el mercado no había crecido más porque se percibían sentimientos de “disgusto o rechazo”, por temores que el proceso de limpieza, reparación y re-ensamblaje no fueran lo suficientemente profundos. Un pensamiento que sería “difícil de mitigar plenamente”.
Pero se han dado avances importantes. Entre los consumidores que sí se animaron a comprar productos reacondicionados, el 84% reportan un alto grado de satisfacción por la funcionalidad y el precio que pagaron por ellos, según otra encuesta de Liquidity Services, ésta publicada en 2018.
También hay un mejor entendimiento de qué categorías funcionan mejor para productos nuevos y reacondicionados. Un estudio publicado en 2020 sobre las preferencias de consumidores chinos ante estos dos tipos de bienes mostró que los reacondicionados son mucho más atractivos cuando se dirigen a un público sensible al precio y cumplen un rol funcional, no uno meramente de placer o estatus.
Y en otro estudio publicado en 2021, liderado por la Universidad de Terán en Irán, se concluyó que los productos reacondicionados más populares son los de la categoría tecnología, mientras que los de uso personal generaban un interés casi nulo. Asimismo, para fortalecer el elemento de la confianza, el reporte concluye que es importante contar con mecanismos como garantías plenas (regresar todo el dinero) en caso de una falla o inconformidad del cliente.
En este sentido, Raúl Bustamante considera que los productos reacondicionados deberían seguir creciendo en el mediano plazo hasta convertirse en una categoría ampliamente popular, ya no de nicho.
“[Si la persona quiere un artículo nuevo, lo comprará]. Eso no va a cambiar. Simplemente se está abriendo una puerta para que las personas puedan comprar artículos cuando no quieran gastar tanto […]. Se trata de darle a la gente un lugar donde pueda comprar productos usados, reacondicionados, sabiendo que lo puede hacer con confianza. Todo el mundo sabe dónde comprar artículos nuevos con confianza […]. Ahora hay que hacerlo con los reacondicionados”, concluye.