Inevitable legislar criptomonedas en México, dicen promotores y tecnólogos
Como la adopción a gran escala de criptomonedas es inevitable, es preferible empezar a fortalecer el marco legal en México desde ahora, dicen tecnólogos, impulsores de este mercado y abogados.
“Al final, el ecosistema cripto es una economía fuerte en América Latina, y eso no lo podemos ignorar. De alguna manera, si bien hoy el porcentaje de dinero que viaja a través de sus redes es bajo comparado con el sistema financiero tradicional, va a seguir creciendo […]. Obviamente, tiene que ser un proceso progresivo, escalonado, muy pragmático y práctico en la forma que se implementa […]. Pero no podemos ignorarlo”, afirma Edwin Zácipa, fundador de la plataforma de networking para startups de tecnología financiera Latam Fintech Hub.
Cabe destacar que México no es un terreno completamente infértil para el desarrollo de proyectos e iniciativas ligadas al sector de las criptomonedas. Como lo señala la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en boletines conjuntos de la mano con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México (Banxico), la entrada en vigor de la llamada Ley Fintech “contempla el supuesto que las instituciones de crédito puedan realizar operaciones con algunos activos virtuales”.
Este esqueleto regulatorio ha bastado para que varios negocios cripto encuentren un piso firme donde echar raíces y crecer. “Existe hoy en día una regulación muy clara sobre el alcance de las criptomonedas, cuáles son los usos que se le pueden dar dentro de la economía mexicana, y sobre la división tajante entre lo que pueden hacer las instituciones financieras y todo aquello que queda exento de un marco legal mucho más estricto”, comparte Etienne Luquet Farías, gerente de Asuntos de Regulatorios en la plataforma de intercambio de divisas digitales Bitso.
Lo anterior también ha llevado a una mayor penetración de criptomonedas en el mercado local. Para inicios del año pasado, el 6% de la población adulta de México usaba criptoactivos de alguna manera, de acuerdo con Americas Market Intelligence (AMI). Otros arrojan porcentajes más altos. Statista calcula una adopción de hasta 10% al cierre del 2021, mientras que el Índice de Adopción de Criptomonedas de Finder indicaba una penetración del 15.2% para el mismo periodo.
Las cifras varían de una fuente a otra porque “la secrecía que hay en las criptomonedas y en su tecnología subyacente, el blockchain” hace complejo estimar exactamente cuántas personas usan activos como Bitcoin y Ethereum en México y cualquier otra parte del mundo, explica José Eduardo Abarca Castro, CEO de la plataforma de trading Aurea Capital Markets.
“Además hay que recordar que estas cifras probablemente están subestimadas, porque no es tan fácil contar el número de cuentas como lo podrías hacer en un banco”, agrega Abarca Castro.
De cualquier forma, las cifras apuntan a que cerca de una décima parte de los mexicanos usan criptomonedas regularmente. Y aunque la cifra podría parecer baja, no dista tanto de la adopción de entre 13% y 16% que se calcula para los Estados Unidos, uno de los mercados más fuertes en el ecosistema cripto a escala global.
A pesar de esta realidad, las autoridades financieras y monetarias de nivel federal siguen usando un lenguaje muy cerrado hacia las criptomonedas. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ha emitido varios comunicados alertando sobre los riesgos del Bitcoin, ya no solo como figura de inversión, sino hasta como método de pago, haciendo mucho énfasis en su rol en incidentes de operaciones ilícitas.
Incluso en el marco de la Ley Fintech se decidió mantener esa distancia, con un enorme costo de oportunidad. “Se estipuló que instituciones financieras y fintech podrían operar solo con los criptoactivos que determine Banxico […]. Y como industria, lo reconocimos como un potencial mandato legal del banco central para establecer qué se debería considerar como un activo virtual o no, una discusión que se estaba dando entonces a nivel internacional y cuyo resultado podía haber mercado un precedente global […]. O bien, creíamos que Banxico podría haber reconocido la naturaleza de ciertas criptomonedas como activos virtuales para que las instituciones financieras pudieran operar con ellas en el marco regulatorio”, apunta Carlos Valderrama, socio administrador de la firma de abogados para fintech Legal Paradox.
Al final, no se tomó ninguno de estos dos caminos. En cambio, Banxico decretó “una sana distancia entre el sistema financiero mexicano y los activos virtuales, de manera que las instituciones financieras solo pudieran operar de forma indirecta con criptomonedas, sin la posibilidad de ofrecer servicios financieros directos con criptoactivos. Y hoy el mercado, ya es una economía de más de 1.8 trillones de dólares”, explica Valderrama.
Conforme la adopción de criptomonedas continúe acelerándose, como se espera que lo haga, el costo de mantener esta decisión continuaría haciéndose cada vez más grande. “Los bancos centrales en cualquier país están al servicio de su gente, deben asegurarse de proteger los intereses de las personas. Tienen que reconocer que esta disrupción radical que son las criptomonedas está viniendo. Es mejor que reconozcan que este cambio está sucediendo, y que está sucediendo muy rápido […]. Esconder la cabeza en la tierra no será una opción. Ya hay muchos mexicanos que están usando criptomonedas y deben ayudarlos, asegurar que sus actividades financieras estén protegidas”, asegura Patrick O’Neil, managing partner de la firma de marketing, comunicación e investigación Sherlock Communications.
Camino a una regulación más profunda en criptomonedas
Integrantes del ámbito político nacional están aparentemente empezando a tomar pasos en esa dirección. La Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Senadores, en un evento donde también se instaló un cajero Bitcoin en la cámara alta del Congreso, ya empezó una discusión para profundizar la regulación de monedas digitales en México. Entre las razones que se dieron para este debate estuvo, precisamente, el creciente uso de esos activos en el país.
Pero de acuerdo con Carlos Valderrama, la discusión final debe ir mucho más allá. “En el contexto socioeconómico actual, en el marco de una de las crisis más importantes del mundo, las preguntas ahora son, ¿queremos fomentar el uso de activos virtuales y las ventajas de la tecnología para salir más rápido de la crisis? Y si sí, ¿cuál tendría que ser la regulación prudencial que tendríamos que emitir, sabiendo los verdaderos riesgos que implica la tecnología?”, apunta el especialista.
Y la discusión se apunta a ser compleja. Con una regulación más profunda y precisa, podrían usarse criptomonedas “para llevar a cabo contratos inteligentes, otorgar hipotecas, o bien usar estos criptoactivos como garantía para hacer alguna otra operación financiera […]. Ahorita estamos solo en una primera etapa para habilitar pagos, para dar acceso al sistema financiero. Pero podríamos habilitar operaciones más complejas, donde empiecen a ser parte crucial de contratos, figuras jurídicas y financieras más desarrolladas”, asegura Etienne Luguet.
También existe el riesgo de crear roces con una fracción de la comunidad cripto, cómoda en su posición de sistema financiero alternativo. De acuerdo con Abarca Castro, “uno de los retos principales va a ser el recorrido de los recursos, lograr monitorear el caminito de dónde y cómo las personas depositan y retiran sus criptomonedas […].Esa discusión podría ponerse un poco más ruda entre la comunidad porque atentas directamente contra la secrecía de las criptomonedas. Pero sé que se puede llegar a algo donde tengas un control y una relación sana, legal y legítima”.
En este contexto, algunos agentes sugieren prudencia. De acuerdo con Edwin Zácipa, “el primer paso antes de pedir una ley específicamente para criptomonedas debería ser probar y saber cuáles son los verdaderos casos de uso que aplican para México. Lo que debería hacer la autoridad es utilizar el sandbox regulatorio que ya está implementado y operando para hacer pilotos con entidades financieras y plataformas de criptomonedas […]. Si no, nos va a pasar lo mismo que con la Ley Fintech. Ha tenido muchos tropiezos por querer ser tan ambiciosa. Mejor probemos y así aprendemos el regulador, las entidades financieras y los operadores de criptoactivos cuál es el mejor ordenamiento jurídico”.
Sin embargo, de acuerdo con Patrick O’Neil, lo más importante es moverse con rapidez, aún si eso implica corregir sobre la marcha. “Las regulaciones no van a ser perfectas. Habría que empezar a trabajar en un marco legal básico, asegurar que hay algunos elementos básicos en el mercado. Y no significa que estarán tallados en piedra. A partir de ahí podemos ver si se pueden mejorar, si hay problemas. Sería mejor atender una regulación ahora, y luego mejorarla”, concluye.