¡Vaya autocrítica que tendrá que hacer la oposición!

Ahora que la oposición ha iniciado la carrera hacia la definición de un o una candidata que haga frente a la 4T, es necesario que quien sea elegido o elegida haga un concienzudo análisis de porqué la gente se hastió de ellos, más allá de si el actual gobierno la ha hecho bien, mal o pésimo.

El imaginario popular es que hubo corrupción en exceso, desde los hijos de Martha Sahagún, pasando por Oceanografía del equipo de Felipe Calderón y cerrando con prácticamente todo el equipo de Enrique Peña Nieto. ¿Cómo convencer a la gente de que ahora no se aprovecharán de sus cargos para incurrir en prácticas deshonestas? Éste es uno de los retos que enfrentarán durante la campaña, pues en la mente de la población este fenómeno persiste.

Segundo, la pobreza no experimentó ni una reducción sostenida ni tampoco significativa. Hubo, sí, ligeras mejoras resultado de algunos buenos programas sociales, pero en general muy desconectados entre sí, en el que sus componentes no se “hablaban entre sí”. Por ejemplo, en el laureado Progresa/Oportunidades/Prospera, no bastaba con la focalización sino la concatenación con la política de salud y de educación. Una cosa es decir que la infanta tiene que asistir a la escuela, y otra es diseñar una política educativa que tome en cuenta las peculiaridades de la población objetivo que estaba inscrita en ese programa y en una escuela con las condiciones mínimas de calidad. Es decir, había buenas piezas (y malas también) de un rompecabezas, pero no había quien lo armara.

Tercero, hubo un total desinterés por mejorar la distribución del ingreso y la riqueza. Como se sabe, la desigualdad es un fenómeno que incuba lentamente muchas enfermedades, sobre todo sociales. En México, las y los infantes no arrancan “hacia la vida” en las mismas condiciones. Una mayoría de la población parte en circunstancias muy desfavorables, lo que dificulta que exista la movilidad social. Éste es un aspecto que, al menos yo, nunca escuché comentar a algún político mexicano en los últimos 5 sexenios.

Aparejado con la desigualdad, la evidencia así lo ha mostrado, está el crimen y la desesperanza de la gente. Al no haber oportunidades de desarrollo, el sistema que habíamos construido, si bien con muchas cualidades, dejó atrás a buena parte de la población. Es importante repensar el modelo para hacer un capitalismo mucho más inclusivo[1]. Sin duda alguna es algo que la o el candidato de la oposición tendrá que transmitirle a la gente. Es la única manera como podremos retomar la confianza como sociedad.

Finanzas

El triunfo arrollador de Sheinbaum abre interrogantes en los mercados

Finalmente, es importante que se fomente la competencia económica, que se impulse la innovación y se combatan las prácticas que, frecuentemente, llevan al exceso de poder de mercado de un puñado de agentes que son, en buena medida, causantes de precios más altos en bienes y servicios y, a la vez, de una concentración de la riqueza que hacen que nuestro país sea uno de los más desiguales del mundo (junto con Brasil) con las consecuencias en términos de crimen y de distorsiones sociales que nos llevan a la injusticia social.

Y esto implicará revertir el desprestigio que atraviesan todos los partidos políticos, aunque un sector amplio de la sociedad prefiere a quien percibe que habla por ellos y les recuerda (y aprovecha) a diario las debilidades de los gobiernos anteriores, aunque haga poco o nada por resolverlos.

La oposición tiene que hacer un 'mea culpa' antes de aspirar siquiera a recuperar la confianza de una mayoría de ciudadanos que el modelo anterior dejó atrás. No bastará con señalar los muchos errores de la actual administración. Eso es una mala estrategia.