Valle de México, bajo crisis por desempleo y trabajos de mala calidad
No haber podido recuperar el número de empleos pre-pandemia podría no ser la mayor preocupación en el Valle de México.
Salvo algunos casos extraordinarios, la cifra de ocupación en el país está en camino de recuperar el nivel que existía a escala nacional previo a la crisis sanitaria. De hecho, incluso se ha logrado ver una mejoría notable en la incorporación de los ciudadanos a la economía formal, pues la tasa de informalidad ha logrado retroceder en varias entidades con respecto a la situación de 2019.
Pero eso no significa que los empleos formales que se están creando sean de buena calidad. Todo lo contrario, cifras oficiales muestran que los trabajos que se están creando tienen una calidad significativamente menor que previo a la crisis de la COVID-19.
Esto es especialmente cierto en el Estado de México (EdoMex) y en la Ciudad de México (CDMX), dos de los centros laborales más grandes en el país. En ambas entidades, la tasa de informalidad ha logrado disminuir con respecto a las cifras registradas a finales del 2019, previo a que se desatara la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, tanto en los niveles de subocupación como en los empleos bajo “condiciones críticas de ocupación” se observa alzas importantes con respecto al último trimestre del 2019. Peor aún, ambas entidades son solo la punta del iceberg, pues se observan fenómenos similares, de menor intensidad, en otros estados. Lo anterior sugiere una tendencia mucho más amplia y cuya resolución aún podría ser lejana.
Decepcionan empleos en EdoMex y CDMX
A nivel nacional, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para el cierre del primer trimestre del año se registraban más de 52.9 millones de ocupados.
Esta cifra está 4.86% por debajo de los 55.6 millones de personas ocupadas para finales del cuarto trimestre del 2019. Algunas entidades, como Aguascalientes, Coahuila, Nayarit, Nuevo León, Querétaro y Yucatán ya lograron recuperar los números que presentaban antes de la pandemia.
Por desgracia, el avance de estas entidades se está viendo contrarrestado por la persistencia de la caída en otras. Aquí destacan la CDMX y el EdoMex, todavía dos de las más grandes zonas de empleo dentro del país. Con respecto al último trimestre del 2019, al final de los primeros tres meses del 2021 la capital todavía contabilizaba 9.65% menos empleos. Su vecina registraba una situación aún más grave, con una brecha del 13.27% para recuperar los niveles pre-pandemia.
Del otro lado de la moneda, ambas entidades (al igual que otras 19 en el territorio nacional) han logrado reducir su tasa de informalidad. Inegi define este concepto como las personas que son "laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan", pues ésta no reconoce su vínculo o dependencia laboral.
En el cuarto trimestre de 2019, la CDMX y el EdoMex presentaban tasas de informalidad de 49.02% y 56.93%. Para 2021, las cifras habían logrado llegar a 46.36% y 55.47% respectivamente, un ajuste a la baja de 2.66 y 1.45 puntos porcentuales respectivamente. Si bien son movimientos modestos, representan una victoria importante. Y es que refleja que, aunque no se han logrado recuperar todos los trabajos, los que se mantuvieron y generaron desde finales del 2019 en teoría proveen de mayor seguridad laboral a los trabajadores.
El problema es que los avances de la economía informal han llegado a costa de otras formas de precarización laboral. Específicamente, con un aumento en las tasas de subocupación y de ocupación en condiciones críticas; dos de los indicadores que reflejan esta precarización.
El primer indicador muestra a los trabajadores que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas de lo que su ocupación actual les demanda. El segundo, muestra las condiciones inadecuadas de empleo que incluye a las personas que se encuentran trabajando menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, más las que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
Para el caso de la CDMX, la tasa de subocupación ha subido más de 15 puntos porcentuales; mientras que en el EdoMex se vió un incremento de 11.36 puntos porcentuales entre finales de 2019 y los primeros meses del 2021. En lo que se refiere a los trabajos en condiciones críticas, la capital del país ha subido su tasa en 7.58 puntos porcentuales. Su entidad vecina ha empeorado en este medidor 8.11 puntos porcentuales desde el periodo pre-pandemia.
En otras palabras, la precarización laboral en el Valle de México se profundizó a raíz de la pandemia. Aunque es ligeramente menos común que los ciudadanos sean contratados y laboren en esquemas informales, es mucho más frecuente que se les contrate en roles parciales, lo que podría obligarlos a tomar varios empleos para cubrir sus gastos. O bien, están desempeñando actividades demasiado demandantes para el sueldo que perciben.
Precariedad a cambio de formalidad
Tal vez más preocupante es que la CDMX y EdoMex son solo los exponentes más claros de una tendencia que se presenta a escala nacional. En todo el país, la tasa de informalidad cayó 1.1 puntos porcentuales a inicios del 2021, con respecto al último trimestre del 2019.
El avance en los empleos formales es un fenómeno que se va generalizando a medida que avanza la recuperación económica. 21 de los 32 estados del país presentan mejorías en la tasa de informalidad con respecto al momento pre-pandemia. En el resto de los estados, aunque la informalidad sigue más alta que antes de la COVID-19, la diferencia jamás supera los tres puntos porcentuales.
Pero también las tasas de subocupación y de trabajos en condiciones críticas están mostrando aumentos preocupantes en todos los estados. A escala nacional, la tasa de subocupación se mantiene 6.1 puntos porcentuales por arriba del nivel pre-pandemia. En entidades como Yucatán (uno de los pocos estados que ha logrado sumar más empleos con respecto a 2019), la subocupación está 9.2 puntos porcentuales arriba de la era pre-COVID. Solo Sinaloa ha mejorado en este ámbito, con un avance de apenas 2.31 puntos porcentuales.
En el indicador de ocupación en condiciones críticas, la tasa nacional se mantiene casi siete puntos porcentuales por arriba del cuarto trimestre del 2019. Aquí también hay un solo estado que ha logrado mantener una tasa de ocupación en condiciones críticas por debajo del nivel registrado en 2019, Baja California Sur. Sin embargo, la diferencia es de apenas 0.048 puntos porcentuales.
La recuperación de los empleos, y una menor tasa de informalidad entre éstos, es un hito importante en la recuperación económica post-COVID de México. Sin embargo, si los trabajos que se recuperan no crean condiciones de riqueza adecuadas para los ciudadanos, es poco probable que se pueda ver una mejoría que realmente beneficie al grueso de la población.