Pese a recuperación de empleos, mercado laboral se deterioró
El número de mexicanos ocupados se ha recuperado después de la crisis, como lo ha señalado el Presidente, pero la situación del mercado laboral se han mermado, no solo a causa de la galopante inflación, sino también por la insuficiencia de empleos y el deterioro en su calidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha basado su retórica de los últimos meses en los indicadores de empleo para defender la fortaleza económica de su gobierno, pese a que otros indicadores indiquen lo contrario.
“Enero es uno de los meses en el que se creó más empleo en los últimos 20 años, ¿cuál recesión? No se tenía un mes de enero en todo el tiempo que lleva el registro del Seguro Social con una creación de empleos de más de 140 mil trabajadores”, dijo el Presidente en su conferencia matutina del 2 de febrero.
Sin embargo, ésta solo es una cara de una situación que apunta a convertirse en un largo periodo de recuperación del mercado laboral por la cantidad de empleos demandados y por una calidad deteriorada de los actuales empleos entre la población económicamente activa (PEA) del país.
La brecha laboral, es decir, el porcentaje de la población que podría ser parte de la PEA pero no lo es, es una muestra de que la situación del mercado laboral continúa siendo cuantitativamente insuficiente para la población.
La brecha laboral aumentó en enero respecto a diciembre, a 22.98% desde 22.93% de la PEA potencial debido a un mayor número de personas desocupadas y disponibles para trabajar. pic.twitter.com/wXwoPm81xO
— Janneth Quiroz Zamora (@Janneth_QuirozZ) February 28, 2022
Al primer mes de este año, la brecha laboral -o PEA potencial-, fue de 22.98%, un marginal aumento respecto al último mes del año que registró 22.93%, pero aún 3.14 puntos porcentuales por arriba del 19.84% que existía previo a la pandemia.
Una mayor inversión, han señalado los expertos, sería la primera piedra a colocar para reconstruir las bases de un mercado laboral más sólido. Si la pandemia acabó con los empleos conforme cerraban las empresas, la apertura de más y mayores empresas daría marcha atrás al deterioro del mercado.
Según Nataly Hernández, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en los últimos 10 años se han incorporado 135 personas a la Población Económicamente Activa (PEA) por cada millón de pesos de inversión fija bruta en promedio, o lo que es lo mismo, deben invertirse en promedio 7 mil pesos por cada nuevo trabajador.
Anualmente, la población que se integra a la PEA ronda el millón, muchos de ellos jóvenes que terminaron sus estudios, decidieron dejarlos para dedicarse al trabajo, o adultos que se ven en la necesidad de trabajar para generar ingresos para sus familias. Así, la inversión en capital humano necesaria para incorporar a estos nuevos demandantes de empleos e incorporarlos al mercado laboral, rondaría los 7 mil 400 millones de pesos por año.
No obstante, entre los datos que no presume el gobierno federal está justamente la inversión, en tendencia negativa desde 2018, agravada por la pandemia, y que ahora amenaza con limitar la generación de empleos a mediano y largo plazo.
De acuerdo con el Banco de México se espera que 2022 sea un año de desaceleración de la economía, lo que implica una limitada creación de empleos que va de 560 mil a 760 mil para el año; sin embargo, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas es mas pesimista y estima que solo se crearán 450 mil empleos. Con todo, ambas estimaciones son mucho menores a los 864 mil empleos que se generaron en el 2021 y lejana de la cifra que se requiere solo para atender la demanda de empleos surgida en el año.
Menos empleos y en peores condiciones
La débil recuperación de la economía mexicana y la configuración de un mercado laboral con un alto porcentaje de informalidad, hacen palidecer la rápida recuperación en el número de mexicanos ocupados, frente a una fuerte precarización de las condiciones laborales.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, mientras en enero de 2021, 25 de cada 100 trabajadores percibían como máximo un salario mínimo, que el año pasado era de 4,251 pesos mensuales; en enero de 2022, la proporción creció hasta 34 de cada 100 personas con ingresos de hasta 5,186.1 pesos al mes, el nuevo salario mínimo para 2022.
Si bien el incremento en el número de trabajadores que ganan un salario mínimo se explica por el aumento al salario mínimo, que creció 22% para este año, lo cierto es que los bajos salarios se multiplicaron al crecer en 5.8 millones los trabajadores con ingresos de hasta un salario mínimo, por lo que ahora suman 19.03 millones. Mientras que casi 18 millones de mexicanos tienen ingresos que va de uno a dos salarios mínimos; es decir, hasta 10,372.2 pesos mensuales.
A lo anterior se añade una alta inflación que ha reducido el poder de compra de los ingresos. El alza de los precios en los últimos meses ha superado el 7%, en términos anuales, lo que agrava la recuperación de la calidad del mercado laboral en el país.
Según el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), si bien se observó una ligera disminución trimestral de la pobreza laboral -porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria-, al pasar de 40.7% en el tercer trimestre, a 40.3% en el cuarto trimestre de 2021; ésta aún se encuentra 3.7 puntos porcentuales por encima de su nivel prepandemia de 36.6%. Ello, a pesar de la recuperación en el número de empleos.
En este escenario laboral deteriorado, son los jóvenes los más castigados. No solo tienen la dificultad para encontrar trabajo, si no que cuando lo encuentran, es mal pagado. Según los investigadores del IMCO, al menos tres de cada 10 jóvenes que se colocan en alguna empresa ganan de uno a dos salarios mínimos, unos 345 pesos diarios.