Aplazar la construcción de la refinería. Cuando el discurso se enfrenta a la dura realidad económica
La política se enfrenta, otra vez, a la realidad económica.
El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó al diario Financial Times que el gobierno pondrá en suspenso el proyecto de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, a fin de inyectar nuevo capital a Pemex para impulsar la producción de la petrolera que ha sido duramente cuestionada por su alto nivel de endeudamiento.
Así, los 2 mil 500 millones de dólares asignados en el presupuesto 2019 a la construcción de la refinería, serán canalizados a Pemex, dijo Herrera.
Sin embargo, este martes en su conferencia matutina López Obrador contradijo a Herrera, aunque no con la contudencia que acostumbra cuando se ha referido a otros asuntos. "Se cuentan con 50 mil millones de pesos para la refinería, aparte de los de Pemex, entonces sí tenemos presupuesto", dijo el Presidente a pregunta expresa. El lunes 18 de marzo -día de la expropiación petrolera- se darían más detalles sobre la refinería.
Continúa la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco. Se cuenta con los recursos — y en tres años se concluirá la obra.
Se contempla un costo entre 6 y 8 mil millones de dólares.
La licitación sobre la refinería se anunciaría el próximo lunes, 18 de marzo. pic.twitter.com/Mim7zVHxQY— Gobierno de México (@GobiernoMX) 12 de marzo de 2019
Ayer durante su informe por sus primeros 100 días de gobierno, fue notorio que el Presidente no abundó en la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, una obra polémica desde que fue planteada; tal como lo hizo notar Alonso Cervera, el economista principal para México de Credit Suisse.
El Presidente no incluyó a la refinería de Dos Bocas en los proyectos estratégicos en su discurso de hoy. Sí incluyó al Tren Maya, al desarrollo del Istmo de Tehuantepec y Santa Lucía, entre otros. Ya hacia el final soltó "la refinería" como una de las obras de este sexenio.
— Alonso Cervera (@A_Cervera) 11 de marzo de 2019
En entrevista radiofónica la secretaria de Energía, Rocío Nahle, se comprometió a entregar la refinería Dos Bocas en 2022 para que inicie operaciones en 2023 con una producción de 188 mil 900 barriles diarios de petrolíferos; aunque matizó que la construcción podría sufrir algún tipo de retraso. La inversión -dijo la secretaria- sería de entre 6 mil y 8 mil millones de dólares. Un monto aún impreciso que cuestionó el subsecretario Herrera -el responsable de la deuda pública.
"No autorizaremos [la construcción] hasta que tengamos una cifra final que no sea muy diferente de los 8 mil millones originales", dijo Herrera a la periodista Jude Webber para el diario británico, a la vez que reveló que estaba en conversaciones técnicas con el FMI y otros organismos multilaterales sobre la estructuración de nuevas inyecciones de capital para Pemex que tiene una deuda de 106 mil millones de dólares que creció aceleradamente en los últimos años.
Ante la presión de las calificadoras y bancos de inversión por dar una salida financiera creíble a la petrolera, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, dijo a los consejeros de Citibanamex la semana pasada, que preparaba medidas "mucho más significativas" para capitalizar a Pemex y que éstas se realizarán "con responsabilidad y sin poner en riesgo las finanzas públicas". Es probable que parte de estas medidas a las que se refería Urzúa, las haya revelado ahora el subsecretario Herrera.
La viabilidad financiera de Pemex se ha tornado en un elemento crucial para la calificación de deuda soberana y para la confianza de los capitales extranjeros. López Obrador ha reiterado su compromiso con la estabilidad macroeconómica como lo refrendó Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia y coordinador del Consejo Pro Inversión, durante la reunión con los consejeros de Citibanamex. "El Presidente no quiere tener ningún problema con desbalances fiscales", reportó La Jornada.
Ante los recursos escasos, la urgencia de anunciar la capitalización de Pemex -que se calcula en 10 mil millones de dólares- y la construcción de la refinería que implica 2 mil quinientos millones de dólares para este año, la decisión pareciera echada desde una perspectiva financiera. "Si hay que ajustar algo, no será el objetivo fiscal", le dijo Herrera al Financial Times.
Los mercados reaccionaron inmediatamente. Mientras que la declaración de Herrera se esparcía, el peso mexicano ganaba terreno frente al dólar; para luego depreciarse, minutos después, con las palabras del Presidente. Un hecho ya recurrente en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ahora el destino inmediato de la construcción de la refinería en el puerto de Dos Bocas pende entre la dura realidad económica que intentan administrar los técnicos de Hacienda, y el discurso de un Presidente que no ha dejado de escuchar los aplausos del 80% de la población.