Para salvar al planeta, científicos proponen no tener hijos
Ni vender el auto ni hacerse vegetariano son las mejores formas de luchar contra el cambio climático.
Los verdaderamente comprometidos con la causa, deberán planear tener al menos un hijo menos.
Esto es de acuerdo con un estudio que calculó 195 posibles cambios en los estilos de vida individuales y sus repercusiones en la huella de carbono, el impacto que tiene una persona en las emisiones de CO2 que van al ambiente.
El resultado fue que lo mejor que se puede hacer como especie para reducir las consecuencias nocivas de la actividad humana, es tener un hijo menos, según los científicos de la universidad de Lund en Suecia y la universidad de British Columbia.
Esta medida, que el estudio califica de “ampliamente aplicable” reduciría 58 mil 600 kilogramos de dióxido de carbono al año. No usar el auto, la segunda acción en orden de importancia, en contraste disminuye 2 mil 400 kilogramos de dióxido de carbono al año.
Tener un hijo menos reduciría 58 mil 600 kilogramos de dióxido de carbono al año.
Por otra parte, dejar de comer carne redujo menos de una tonelada de dióxido de carbono al año. Formas comunes de ayudar al medio ambiente resultaron tener un impacto mínimo en comparación: reciclar, usar bolsas de supermercado reciclable, cambiar los focos por LED reducen 5 kilogramos de carbono al año en promedio.
“Los adolescentes aún tienen la libertad de hacer grandes cambios en su conducta que van a estructurar el resto de su vida. Deben acostumbrarse a vivir un estilo de vida que se aproxime a las 2 mil 100 kilogramos de CO2 emitidas al año por persona necesarias para alcanzar la meta de solo aumentar 2°C de temperatura mundial en 2050”, dijo Seth Hynes, investigador del proyecto.
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Los habitantes de Estados Unidos producen 16 mil 400 kilogramos de CO2 por persona al año. El no tener un hijo, reduciría la huella de carbono equivalente a tres personas. Los científicos explican que esto tiene que ver con los recursos especializados y desechables que usan los bebés y las necesidades especiales que tienen.
Esos requerimentos –pañales, productos de limpieza especiales, comida muchas veces procesada- incrementan la cantidad de recursos que los infantes usan en los primeros años de su vida, sobre todo porque no se complementan con acciones propias para disminuir su huella de carbono.
De igual forma, un hijo menos reduce los nietos que la pareja, hipotéticamente, tendría, por lo que las emisiones totales disminuyen también.
Acciones individuales para no llegar a 2°C más
Mientras que 195 naciones firmaron el Acuerdo de Paris de 2015 para evitar que la temperatura mundial se incremente en más de 2° centígrados muchos de los planes gubernamentales se centran en el uso de tecnologías no de acciones individuales.
Sin embargo, hasta 50% de las emisiones nocivas pueden limitarse mediante cambios en las conductas de las personas, encontraron los científicos.
“Nuestros resultados muestran que la educación y los gobiernos no se enfocan en acciones de verdadero impacto para reducir las emisiones, creando una brecha de mitigación entre las recomendaciones oficiales y los individuos que están dispuestos a alinear su comportamiento con las metas climáticas” dijo Hynes.
Para que se cumpla con las metas del Acuerdo de Paris, todos los seres humanos tendrían que adherirse a 2 mil 100 kilógramos de emisiones al año. Esto significaría una reducción de 800% en el nivel actual de emisiones para Estados Unidos, el país más contaminante del mundo de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Los gobiernos solo han logrado reducir sus emisiones de carbono en un margen mínimo. De 2010 a 2014 , la Unión Europea en su conjunto redujo sus gases contaminantes un promedio de 8%; Estados Unidos 6%, de acuerdo con datos de la ONU.
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China redujo sus emisiones en cerca de 10%, en gran medida por su plan para alejarse del uso excesivo del carbón. México, por otra parte, incrementó en 748 millones de toneladas de CO2 sus emisiones de 1990 a 2010, un incremento de 33.4%.
Lo anterior se relaciona con las decisiones individuales, afirman los investigadores. Por ejemplo, el que un gobierno se proponga reducir las emisiones tiene efectos positivos, pero menores a los que se obtendrían si todos los ciudadanos se propusieran lo mismo.
Sin embargo, el panorama no es tan adverso. 20 países, como Finlandia, Hungría y Dinamarca, han logrado ya la división entre carbono-economía, como se le conoce al crecimiento económico dependiente del incremento de las emisiones de este gas. Es decir, esos 20 países han logrado ya crecer económicamente sin aumentar su huella colectiva de CO2.
MÁS INFORMACIÓN: La brecha de mitigación climática: educación y recomendaciones gubernamentales pierden de vista las acciones individuales más efectivas. Wynes, 2017.