La salida que propone López Obrador (I)

A prácticamente un año de las elecciones presidenciales, Andrés Manuel López Obrador es el único candidato a la presidencia de la República por Morena, el partido que preside.

Los otros tres grandes partidos políticos del país: el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democráctica aún definirán en los próximos meses a su candidato o, en todo caso, decidirán si acuden a las elecciones en alianza con algún otro partido.

En lo que respecta a los candidatos o movimientos independientes aún es un acertijo lo que pasará.

Así que López Obrador es el único político que ha presentado formalmente sus ideas generales sobre lo que ha llamado el “Nuevo Proyecto Alternativo de Nación” y que dará a conocer al arranque de su campaña presidencial, según lo ha reiterado.

Andrés Manuel López Obrador, único candidato a la presidencia de la República por Morena.

El documento que contiene estas ideas generales se encuentra en el libro que publicó recientemente: 2018 La Salida. Decadencia y renacimiento de México. Allí, entre otros planteamientos, López Obrador manifiesta sus ideas sobre el estado de la economía mexicana y sus propuestas de solución.

Más allá de filias y fobias políticas o personales es relevante conocer y evaluar las propuestas en el contexto de sus conceptos y planteamientos generales, como también con los demás candidatos con posibilidades reales de gobernar el país a partir de diciembre de 2018.

López Obrador inicia el libro con una hipótesis que marca de fondo los planteamientos de todo su texto:

“Comienzo con una opinión categórica: La crisis de México no podrá enfrentarse sin cortar de tajo con la corrupción y la impunidad, lo cual implica cambiar el actual régimen y establecer un orden político nuevo, democrático, promotor de la legalidad, humanista y con el distintivo de honestidad. Hoy existe una república simulada, no un gobierno del pueblo y para el pueblo”.

Así que el combate a la corrupción es el punto de partida y la bandera principal que enarbola el programa de López  Obrador.

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Lo que el candidato de Morena llama “la decadencia” –en las primeras 95 páginas de un libro de 278- es una dura crítica a la conducción económica del país durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, principalmente por el modelo seguido en la privatización de las empresas públicas, por la corrupción en la contratación de proveedores privados, por el manejo de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad y de la política energética incluyendo a la reciente reforma energética, y por el inexplicable enriquecimiento de los altos funcionarios públicos tanto de las administraciones priistas, como panistas.

Más allá de sus expresiones de  animadversión personal principalmente en contra de Salinas, Calderón y Peña Nieto, no sorprende lo que aquí describe López Obrador porque muchos de los casos sobre los hechos y resultados que refiere el político tabasqueño, y otros más, los hemos leído en la prensa, en investigaciones académicas, o son del conocimiento público a lo largo del último cuarto de siglo.

Portada y contraportada del libro de López Obrador.

En México, lamentablemente, no es ninguna novedad señalar que la corrupción y la impunidad crecientes han distinguido el actuar de los funcionarios públicos de alto nivel y que las políticas económicas han fracasado en su objetivo central de mejorar el nivel de bienestar de la gran mayoría de la población. Las cifras hablan por sí solas, asi que ni duda cabe.

Pero el asunto central con la plataforma que propone López Obrador -o con el resto de los candidatos presidenciales que se darán a conocer en los próximos meses- radica en sus planteamientos de cómo enfrentar estos graves problemas y qué resultados concretos espera.

En lo que concierne al plan económico de su gobierno López Obrador plantea seis principios de acción:

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1.    La honestidad frente a la corrupción que se traduce en: A. La eliminación de los fueros del Presidente. B. La formación de un gabinete sin antecedentes de enriquecimiento ilícito. C. La aplicación de un sistema de declaración patrimonial y de transparencia de los funcionarios públicos. D. Una Auditoría Superior de la Federación con capacidad de actuación en tiempo real. E. Veto sobre las empresas nacionales y extranjeras para participar en obras y servicios públicos que tengan en su personal a ex funcionarios públicos antes que éstos cumplan 10 años de haber renunciado al servicio público. F. Sanciones penales y administrativas a empresas contratistas del sector público con antecedentes de incumplimiento, corrupción o influyentismo.

Los funcionarios públicos y sus familiares no podrán vincularse con empresas privadas para hacer negocios con el sector público.

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2.    La austeridad en las percepciones de los funcionarios públicos de alto nivel y la reasignación de los recursos presupuestales. López Obrador no propone recortar el presupuesto público actual, sino reorientarlo en un monto de 357 mil millones de pesos principalmente del gasto corriente hacia el gasto de inversión.

En su Plan de Austeridad, plantea refinanciar la deuda pública para reducir el pago de intereses en 5 mil millones de pesos, aunque las mayores reducciones provienen de “Servicios Personales” por 132 mil millones, y “Adquisiciones y Contratos” por 120 mil millones, además de “Transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas” por 78 mil millones y “Gastos Operativos” por 27 mil millones.

La pregunta es si son posibles éstos millonarios recortes para su reorientación a rescatar el campo, al sector energético, al apoyo de programas de bienestar social, y a la creación de millones de empleos que son la base de su programa de desarrollo económico.

Continuaremos…

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