Confirmado: La desaceleración llegó y la recesión toca a la puerta

El PIB industrial cayó 0.9% real en el último trimestre del año pasado y las manufacturas cayeron 0.7% en diciembre.
25 Febrero, 2019 Actualizado el 28 de Febrero, a las 08:36
El Presidente López Obrador presenta ante los empresarios el Consejo para el Fomento a la Inversión el 18 de febrero en Palacio Nacional (Foto: Presidencia de la República)
El Presidente López Obrador presenta ante los empresarios el Consejo para el Fomento a la Inversión el 18 de febrero en Palacio Nacional (Foto: Presidencia de la República)
Arena Pública

La construcción de puentes, carreteras, presas, vías férreas, centrales eléctricas y puertos cayó 11% en diciembre en relación a diciembre de 2017.

Estas obras de ingeniería tuvieron un año negro en 2018. En solo un mes, de los doce del año, se registró un crecimiento anual positivo.

Pero ya no es novedad para los constructores de la ingeniería civil. Durante 2017 no registraron un solo mes de crecimiento anual positivo. En su conjunto, el valor de producción de las empresas constructoras del país cayó 7.4% en términos reales durante 2018, según refieren los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)

Aunque menos drástico, pero la situación de la construcción es solo un botón de muestra de lo que está ocurriendo con la industria mexicana, que en 2018 apenas creció 0.2% con cifras desestacionalizadas; después de una caída de 0.3% durante 2017.

En el último trimestre del año pasado la economía se desaceleró. El PIB industrial cayó 0.9% real, con descalabros en las actividades industriales petroleras (-8.2%), minería (-4.8%) y la industria de la construcción. De hecho 19 ramas industriales -de 30 reportadas- decrecieron en diciembre pasado. Pero, incluso, la otrora dinámica industria manufacturera –que representa casi un quinta parte de la economía- apenas si registró un modesto crecimiento de 1.5%, con una variación mensual de -0.7% en diciembre.

 

Las inversiones... en espera

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que la economía crecerá este año más de lo que han vaticinado los especialistas y logrará revertir la desaceleración que se viene observando. 

"Vamos a crecer más de lo que se venía creciendo. Y creo que vamos a crecer al doble en el sexenio, al 4%, más de lo que se creció en 36 años de política neoliberal y neoporfirista", dijo el Presidente en su conferencia de prensa en Palacio Nacional en la mañana del 30 de enero.

La realidad es que en los últimos seis años –de diciembre de 2012 a diciembre de 2018- la producción industrial mexicana, que comprende minería, generación y transmisión de energía eléctrica, de gas y de agua, así como construcción e industria manufacturera, solo creció 3.4% con datos desestacionalizados. Un crecimiento raquítico.

Los especialistas coinciden en que la mayor desaceleración observada en diciembre se dio tanto por el efecto cíclico del inicio de una nueva administración pública, como por la incertidumbre sobre los planes de López Obrador.

Si bien el Presidente ha planteado que su gobierno impulsará una nueva política industrial, que aún no se conoce con detalle, un arranque atropellado del nuevo gobierno ha provocado fuertes dudas entre los empresarios de todos los tamaños.

A finales de enero el gobierno puso oídos sordos a los líderes de las cámaras industriales y decidió no renovar las salvaguardas a las importaciones de acero, textiles, calzado y prendas de vestir con países con los que México no tiene acuerdos comerciales, incluida China. Los reiterados reclamos de los industriales han logrado sentar a la mesa a los funcionarios de la Secretaría de Economía para restablecer en los próximos días las salvaguardas. Un asunto aún por concretar.

Como el anterior, en los 87 días de gobierno se han abierto decenas de frentes de preocupación; algunos por ignorancia de los altos funcionarios, otros por inexperiencia o, algunos más, por una clara línea presidencial. Todo apunta a que el Presidente tendrá que resignarse a ver una desaceleración económica durante buena parte de su primer año de gobierno, como ocurrió ya en su primer mes.

El crecimiento de 2% esperado para el año quedó viejo y los pronósticos se sitúan en 1.7% (promedio, Encuesta Citibanamex de Expectativas, 20 febrero) con una tendencia marcadamente a la baja en las últimas semanas. La industria apenas si avanza y es altamente probable que se mantenga en terreno negativo en el primer trimestre, si las inversiones no llegan; como parece estar ocurriendo. 

López Obrador lo sabe y le encargó al jefe de su oficina, Alfonso Romo, encabezar un Consejo Pro Inversión para alentar a los empresarios a coinvertir en los proyectos de su gobierno y a facilitar la inversión en otros campos. Pero aquel evento presidencial podría quedar en la retórica, si no se acompaña de decisiones concretas del Presidente –especialmente en el cumplimiento de las leyes- que restauren la confianza para invertir.