Poder adquisitivo de las familias está en juego en año electoral
Ser una de las voces más críticas dentro del sector empresarial es característica de Luis Antonio Foncerrada Pascal, quien desde hace ocho años dirige al brazo de análisis económico del Consejo Coordinador Empresarial, uno de los organismos con más peso en México. Se trata del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Desde su trinchera, el físico y economista ha señalado una y otra vez uno de los temas más incómodos para el gobierno federal: la debilidad de las finanzas públicas y la urgencia de disminuir el nivel de deuda.
La entrevista con Arena Pública no fue la excepción, Foncerrada aseguró que sería muy dañino para México que el gobierno federal no trabajara en la consolidación fiscal y no dejara de endeudarse como lo ha venido haciendo, porque entonces traspasaría la responsabilidad de mantener la estabilidad macroeconómico al Banco de México y la tasa de interés.
El doctor en economía conoce bien el tema, pues en el pasado encabezó la dirección de Política Monetaria y Crediticia de la secretaría de Hacienda y llevó a cabo la reestructura de la deuda externa y la estructura financiera para Petróleos Mexicanos en dos de sus alianzas estratégicas.
Luis Foncerrada habló también del riesgo potencial que tiene el gobierno federal de lograr la prometida consolidación fiscal por encontrarse en vísperas de las elecciones presidenciales de 2018 y de que no se proponga un superávit primario más ambicioso.
A continuación compartimos la entrevista íntegra al director del CEESP:
¿Cuál es tu sentir respecto del estado de la economía mexicana en este momento?
Ante la incertidumbre de los mensajes del Presidente de Estados Unidos algunas inversiones se han pospuesto, algo de tipo extranjera y algo de clase mexicana, por lo que hay un compás de espera.
No creo que se estén cancelando los proyectos, muchos indudablemente dijeron "no, nosotros vamos", pero sí es cierto que este retraso en la inversión reduce la demanda agregada y por lo tanto el crecimiento del país lo va a sufrir.
El grado va a depender de la rapidez de desaceleración de esta pausa y de que se de la inversión.
Pero es probable que el crecimiento de la economía sí ande alrededor de 1.5% ¿Por qué no menos? Estados Unidos va a crecer más que el año pasado, aparentemente hay una buena disposición, el empleo sigue creciendo de manera importante y la demanda interna de Estados Unidos continuará creciendo de manera importante, además el TLCAN no cambiará este año.
No parece evidente que Estados Unidos salga del Tratado de Libre Comercio, se mandará una carta al Congreso diciendo que inician conversaciones, pero esto sólo se puede iniciar tres meses después, lo que nos puede llevar hasta inicios de julio.
En ese caso las negociaciones no van a terminar en dos meses, ni mucho menos. Es muy probable que no solamente en este año, sino en una parte muy importante del próximo no haya cambios en las reglas de comercio.
Por lo tanto esa parte que nos podría afectar no parece que vaya a tener un impacto en nuestra economía; pero en la inversión sí y en ese sentido indudablemente vamos a crecer a una tasa menor que la de años anteriores.
¿Están viendo en el exterior a México como un país con más riesgos que otros competidores por inversión?
Eso es muy interesante. Ayer veía un reporte de los países más atractivos para invertir en bonos, México es el primer lugar en el mundo paradójicamente ¿por qué? pues indudablemente por la cercanía con Estados Unidos.
Pareciera ser que el conflicto que se ha dado al interior del gobierno americano tiene alguna lucecita en el fondo del túnel, que parece que va mejorando ligeramente la perspectiva.
Los técnicos encargados de discutir la parte de comercio e impuestos -porque la parte fiscal es muy importante- pareciera que van ganando terreno frente a los proteccionistas y a los que tienen una actitud más emotiva al respecto.
Sin embargo, esa es la inversión financiera, no la inversión extranjera directa. La directa es la que se convierte en fábricas y ladrillos. Yo diría que hay cautela, los europeos van, hemos visto que todos ellos continúan con sus planes de inversión; la que se puede detener un poco es la proveniente de otros países, en particular de Estados Unidos.
Es una cautela comprensible, porque si cambiaran las reglas de origen, por ejemplo en el comercio, esto sí podría modificarse un poco.
¿Cuál es tu expectativa sobre la inversión extranjera directa para este año?
Va a caer, porque ya se retrasó y si ya lo hizo un trimestre ese retraso va a continuar.
¿Una caída de 20 mil millones de dólares para 2017?
Probablemente no tan bajo, pero entre 20 y 25 mil millones de dólares tal vez. Diría 20 como límite bajo, 25 si nos va bien, pero 30 no pareciera ser o 35, lo que es preocupante.
La balanza de pagos requiere esas divisas para tratar de cubrir el déficit de nuestra cuenta corriente. Si la inversión extranjera es suficiente para cubrir el déficit no deberíamos de perder reservas internacionales. De ser así, hay otras razones por las que tampoco perderíamos.
Pero no pareciera ser que esto se de, por lo tanto, dejando todo igual podríamos perder reservas internacionales, por supuesto que la inversión extranjera puede ayudar a incrementar las reservas, pero digamos, la inversión financiera no es una inversión que necesariamente se quede, como hemos visto, es el principal motivo de nuestra devaluación.
¿Cómo se encuentran las finanzas públicas? El CEESP ha insistido en su debilidad
En la medida en que las finanzas públicas no den la vuelta y no dejemos de tener los déficits primarios que hemos tenido, que es un déficit de operación; la economía será absolutamente insostenible.
El gobierno se comprometió en 2017 a tener un pequeño superávit primario de 0.4% del PIB, es pequeño, pero es muy importante que lo logren.
No obstante algo tal vez más importante es lo que vamos a ver el 30 de marzo, la propuesta de los criterios de política económica.
Para 2018 es fundamental que se presente un superávit primario mucho más ambicioso que 0.4%.
Si el gobierno no hace esta consolidación y deja de endeudarnos de la manera en que lo viene haciendo, la responsabilidad de mantener la estabilidad macroeconómica, tipo de cambio, precios, tiene que caer en la política monetaria, en la tasa de interés y esto es muy dañino.
Al incrementarse la tasa de interés del banco central, se incrementa también la TIIE, que es también la base de los créditos. Esto va a detener, como ya va a suceder este año, el consumo y la inversión.
¿Cuál es la tendencia que observas respecto de los objetivos de déficit primario?
Enero fue un buen mes en ese sentido porque hubo un superávit primario, aunque no es necesariamente un mes que indique lo que va a suceder en el resto del año, pero digamos, empezamos bien.
A finales de marzo vamos a conocer febrero, vamos a ver si mantiene la tendencia, pero sin lugar a dudas, yo te diría que este debe ser el principal objetivo de la política económica del país.
Si no hay esta consolidación, la tasa de interés tendrá que hacerse cargo con todos esos costos que tiene y la fragilidad interna en general continuará.
Es muy importante tener presente que nuestra fortaleza o la debilidad interna es la que define nuestra vulnerabilidad en el exterior.
Entre más fuertes seamos internamente menos vulnerables somos ante el exterior y ante los sucesos de tasas de interés y otros eventos. De ahí la enorme importancia de esto.
Estamos hablando de buenos deseos, porque son pronósticos...
Así es.
¿Hay condiciones reales para cumplir las metas de consolidación fiscal con un año electoral enfrente?
Es un riesgo serio, preocupante, porque efectivamente este tipo de eventos en 2017 y 2018 podrían impedir la consolidación y nos pueden llevar a consecuencias muy graves.
Tenemos a las calificadoras con el ojo puesto en la consolidación; esa es su principal preocupación y con razón. El secretario José Antonio Meade es muy consciente de esto, lo tiene claro, el tema es que los eventos políticos les permitan lograrlo, pero ha sido la intención.
Esperemos que lo político no ponga en riesgo lo que al final está en juego, que es el poder adquisitivo de las familias.
¿Cuál es tu opinión sobre la espera de una reducción a la nota soberana de México?
No podemos afirmarlo todavía, esto va a determinarlo en buena parte lo que vaya pasando en el año y el planteamiento para el superávit primario del año próximo.
Si las metas son razonables, si confirman la convicción, el deseo y el compromiso de la consolidación, las calificadoras lo verán con buenos ojos y se esperarán un poco más. De no ser así, el riesgo existe.
¿Abonarán a una mejora en las cuentas públicas los remanentes que recibió el gobierno?
Si como se ha planteado un porcentaje muy significativo de los remanentes se va utilizar para reducir la deuda, sin duda debe abonar, pero si ese dinero se utiliza para ser gastado en otras cosas eso no va a suceder.
Desgraciadamente el año pasado muchos de los ingresos adicionales que había sobre el presupuesto se convirtieron en más gasto con un pequeñísimo impacto en la reducción del déficit.
Se dijo que iba a haber una reducción de 160 mil millones de pesos juntando uno y otro de los recortes que se anunciaron y la verdad es que en el global el gasto se incrementó en más de 500 mil millones de pesos.
Por primera vez en la historia reciente de México un candidato como López Obrador podría llegar a la presidencia ¿qué opinas?
Es todo un tema, por una parte Andrés Manuel López Obrador ya tuvo un puesto público y gobernó la Ciudad de México, su desempeño tuvo muchas cosas plausibles, también hubo una serie de errores como la poca transparencia en algunas cosas.
Por otra parte tenemos pesos y contrapesos en el Congreso y en el Poder Judicial que deberían estar viendo, no sólo en el caso de López Obrador o de Morena, incluso en el caso de que fuera un candidato del PRI o del PAN quien quedara como Presidente.
Tenemos que cuidar las cosas que no se están cuidando y que hemos permitido que se nos salgan del camino...
¿Quiénes tienen que cuidar eso?
Todos los mexicanos.
¿Cómo se traduce eso en la praxis del quehacer político?
Hay que elegir con cuidado. A lo mejor no es tan importante el partido, pero el dirigente es muy importante, porque es él quien plasma y le da todo el sentido a la administración.
¿Vamos a elegir a una persona más que a un partido?
A una persona con un equipo y con una visión de futuro de lo que debe de ser México, hacia donde tenemos que ir y eso es lo que nos debe preocupar sobre todo. Está en nuestras manos el elegirlo o no.
Hay que ver los programas, la sensatez para seguir creciendo. Tenemos que hacer frente a la desigualdad, a la pobreza, a la falta de movilidad de nuestra sociedad, hay muchas maneras de hacerlo.
Todos los candidatos de cualquier partido deberían estar apuntando hacia allá. Se puede hacer y hay que propiciar la inversión para poder hacerlo, no hay otra manera de lograrlo.
¿Sigue siendo López Obrador un peligro para México?
Debemos ver sus propuestas, en su libro hay algunas cosas que no parecen encajar con el mejor desarrollo de la economía, pero es un libro para hacer campaña, habría que analizar el tipo de planteamientos y el tipo de compromisos. Dependerá de eso.