La pujante industria automotriz queda a deber en transferencia de investigación al país
Los grandes del sector automotriz tienen una deuda con el país.
General Motors, Ford, Nissan, Volkswagen, Kia, entre otras gigantes del sector se han beneficiado de la mano de obra mexicana, los acuerdos comerciales y un trato fiscal diseñado especialmente para ellos.
Hoy la industria automotriz ostenta un pujante crecimiento de ventas a doble dígito que supera por mucho al crecimiento económico del país, tan solo de enero a octubre de 2016 se incrementaron 17.6% anual. Sin embargo el sector ha quedado a deber al país en lo que se refiere a inversión en investigación y tecnología.
Mientras que en países como Alemania la investigación es financiada en dos tercios por la iniciativa privada y sólo en un tercio por el Estado, en México la mayor parte de esa actividad es financiada por el gobierno, cuestiona el investigador mexicano Raúl Rojas González, experto en inteligencia artificial y quien desarrolla vehículos autónomos en la Universidad Libre de Berlín.
La inversión de las empresas instaladas en México es de 0.17% del Producto Interno Bruto (PIB), una de las más bajas de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En cambio la inversión de las empresas en Alemania es de 1.91% del PIB; en Japón de 2.64% y en Corea de 3.26%, de acuerdo con el informe sobre la Ciencia hacia 2030 elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).
Si bien la débil inversión en investigación y desarrollo se refiere al general de las empresas instaladas en el país, destaca el caso de la industria automotriz por ser una de las más potentes con una aportación de 3.2% del PIB total.
“Habría que pedir a las empresas multinacionales que cuando se establezcan en México no solo equilibren sus importaciones y exportaciones, también que transfieran parte de su investigación al país. Estados como Corea del Sur o incluso China han sido muy agresivos en este sentido y ahora tienen una industria de punta con investigación local de gran envergadura”, asegura.
Sólo 17% de las empresas del sector automotriz y relacionadas invertía en investigación y desarrollo tecnológico en 2009, de acuerdo con el dato desglosado más actual que tiene el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“En México exportamos mucho somos el séptimo país exportador de autos pero la tecnología no ha sido desarrollada aquí; entonces esa tecnología no puede servir para producir otras cosas,” señala Rojas.
La ciencia en México debería experimentar otros modelos de financiamiento, actualmente es del Estado principalmente cuando en países desarrollados proviene mayoritariamente de la iniciativa privada, asegura el también líder del proyecto del vehículo autónomo Spirit of Berlín.
Harakiri al Conacyt
Desde Alemania el investigador que desarrolla robots mediante inteligencia artificial critica el recorte de 20% que sufrió el presupuesto del Conacyt para 2017 aprobado recientemente en la Cámara de Diputados.
“Es como el harakiri, estamos retrasados y todavía vamos a estarlo más”, dice.
Rojas destaca la incoherencia. En 2014 se aprobó el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI) cuyo objetivo era incrementar año con año el presupuesto nacional en investigación científica y desarrollo de tecnología para que alcanzará el 1% del PIB y de ahí no disminuyera.
PECITI indica que los países que invierten como mínimo ese porcentaje coinciden en haber logrado un mejor desempeño económico y bienestar social. Corea invierte 1,400 dólares por habitante mientras que México solo 100 dólares “tenemos un problema por resolver,” asegura el investigador. En 1950 Corea del Sur se ubicaba por debajo de México en indicadores sociales y económicos y en la actualidad es considerada desarrollada por la OCDE.
El presupuesto del organismo responsable de impulsar la investigación científica en México ha disminuido respecto del gasto. A inicios del sexenio representaba el 0.6% del total, hacia 2017 se incrementó a 0.7% y para 2017 representará el 0.5%.
Es importante que la inversión de la industria en investigación -que tradicionalmente ha sido muy baja- se convierta en aspecto prioritario para contrarrestar la baja en el presupuesto estatal. “Entonces serían menos duros para México [los recortes presupuestales] si tuviéramos un porcentaje alto de investigación privada que no fuera afectada por la baja del gasto público,” concluye.
A FONDO: Informe de la UNESCO sobre la ciencia hacia 2030, UNESCO, 2015.
MÁS INFORMACIÓN: Caída del peso obligaría a Conacyt a pedir apoyo de emergencia para cubrir becas, 17 de noviembre de 2016.
MÁS INFORMACIÓN: 'Imprevistos' salen caros en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 16 de septiembre de 2016.