¿Qué tan desde “cero” empezará el presupuesto para 2016?

La SHCP no puede dar marcha atrás a compromisos adquiridos: CIEP
10 Abril, 2015 Actualizado el 10 de Abril, a las 18:21
Sólo el 5.2% del presupuesto es modificable en el corto plazo
Sólo el 5.2% del presupuesto es modificable en el corto plazo
Arena Pública

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene una ardua tarea por delante: ante la caída de los ingresos petroleros en las arcas nacionales debe repensar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el próximo año.

Según el objetivo autoimpuesto, el gobierno federal se encuentra construyendo un presupuesto “base cero”; es decir, que ignorará la inercia de ejercicios fiscales anteriores para construir un presupuesto desde el principio.

Sin embargo, la SHCP no tiene mucho margen de maniobra para hacerlo.

De acuerdo con un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) el próximo año Luis Videgaray sólo podrá tocar 5.2% del presupuesto para 2016; esto, debido a compromisos adquiridos (como programas sociales) o pagos obligatorios (como salarios de personal) que tiene que cumplir. 

Esta cantidad es equivalente a 250 mil 686.5 millones de pesos.

En este campo se encuentran asignaturas como el apoyo a la función pública y al mejoramiento de la gestión, el apoyo al proceso presupuestario y para mejorar la eficiencia institucional, la planeación, seguimiento y evaluación de políticas públicas, la promoción y fomento, así como la regulación y supervisión.

Una verdadera reingeniería del gasto, como se ha propuesto el gobierno de Enrique Peña y no una simple reducción, llevará tiempo y debe ser gradual, opinó el CIEP.

Un presupuesto base cero supone que toda asignación de fondos debe justificarse cada año, a partir de cero, con base en su costo y beneficio. Así mismo, se deben de evaluar también otras alternativas para alcanzar los objetivos deseados para finalmente asignarle recursos a cada partida.

La SHCP —según el CIEP—, no puede y no está haciendo esto para el PEF 2016.

Para empezar, existe un marco legal que regula el presupuesto y asigna montos específicos a rubros específicos. Por ejemplo, la Ley General de Educación asigna el 8% del PIB al gasto en educación.

Y así para casos parecidos en desarrollo social, desastres naturales, salud y a estados y municipios.

Además están los compromisos como el pago de deuda y su costo financiero, proyectos de inversión, la provisión de servicios públicos y seguridad social (incluidas pensione y jubilaciones).

Estos campos “inamovibles” en el corto plazo representan 3 billones 459 mil 627.4 millones de pesos.

En cambio, lo que Hacienda está proponiendo es una reestructuración del gasto público donde se fusionen programas, se reorganicen las unidades administrativas y se contemplen las métricas de desempeños, además de asignar el gasto de operación y administrativo estrictamente necesario.

Todo esto para llegar a un recorte de 135 mil millones de pesos en el 2016, según se ha propuesto la SHCP.

El pasado 20 de marzo el presidente Enrique Peña declaró: “he dado indicaciones a todos los integrantes del Gabinete para que realicen un análisis profundo de sus dependencias, a fin de evitar duplicidades y encontrar áreas de oportunidad.

“Vamos a cambiar y a ajustar políticas públicas, programas gubernamentales que ya no corresponden a la realidad del país, ni a las nuevas demandas de la sociedad”.

La Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria exige al Poder Ejecutivo entregar a más tardar el 8 de septiembre la iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos.

Según el gobierno, este año se adelantará a esa fecha para dar tiempo a los diputados de digerir su nueva propuesta presupuestaria.

Si bien estas acciones son necesarias —refirió el CIEP— para buscar la eficiencia del gasto público, habrá que dejar para un ejercicio posterior la eficacia del gasto debido al poco margen de maniobra del Ejecutivo: de acuerdo al Centro, hasta el 73% del presupuesto es modificable en el largo plazo.

Un presupuesto base cero es posible, pero no en sólo meses de trabajo.

Cambios necesarios, ya sea por petróleo o sisma social

El empeño de estadounidenses y saudiárabes de inundar el mercado petrolero no le ha caído bien a México. El abaratamiento del barril de crudo en los mercados se nota ya en las arcas mexicanas.

De acuerdo al Informe a febrero de las Finanzas y Deuda Pública, los ingresos no tributarios del sector público, principalmente petroleros, cayeron en el primer bimestre 36.1% a tasa anual.

Este abismo de 54 mil millones de pesos, sólo al segundo mes del año, no puede ser cubierto por la tributación.

El gobierno tiene que recortar el gasto.

Sin embargo, antes de que el gobierno federal se viera presionado por el mercado petrolero para repensar el presupuesto, la inestabilidad social de los últimos meses ya era un factor a considerar para entregar un presupuesto diferente al de ejercicios fiscales anteriores.

Como reportó Arena Pública el pasado 11 de noviembre, expertos del CIEP, Integralia, la Red por la Rendición de Cuentas y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) reprocharon durante la conformación del PEF para 2015 la brevedad de miras de los legisladores y la federación para entregar a la sociedad un presupuesto acorde a la violenta e inestable realidad mexicana.

En aquella fecha, representantes de estas instituciones destacaron que el presupuesto no incluía una revisión a fondo de programas sociales, gasto en burocracia y su efectividad.

Claramente —coincidieron— el PEF no está teniendo un impacto en el alivio de las necesidades más apremiantes de la sociedad, cada vez más inconforme con sus gobernantes.

“Si tú no mejoras la calidad del gasto en tu política social y cómo se ejerce el gasto serás ineficaz en cambiar las condiciones reales de la vida de los mexicanos, no vas a poder dar respuesta al reclamo de justicia, al acceso a la educación. No vas a poder construir un país de oportunidades”, dijo en aquella ocasión el director general de Integral y ex presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde.

En su análisis, el CIEP subrayó que para que la reingeniería del gasto público pueda llevarse a cabo con transparencia y con el debido proceso de análisis, debe existir consciencia de lo que se puede modificar en el corto, mediano y largo plazo.

Para ello, la participación ciudadana y de las organizaciones civiles encargadas de vigilar el gasto público será indispensable en este proceso, para garantizar la objetividad y claridad de la asignación de los recursos públicos.

En Hacienda, y desde la sociedad, se tiene mucho por hacer.

 

A FONDO: Consulta el reporte completo del CIEP sobre el presupuesto base cero para 2016.

MÁS INFORMACIÓN: En la construcción del PEF 2015 los diputados olvidan el clima de inestabilidad social. Nota de Arena Pública del 11 de noviembre de 2014.