Sobrecargos y pilotos dijeron sí a la quiebra de Mexicana

El pasado 3 de abril durante la firma del fideicomiso que permitió liberar los activos del Centro de Mantenimiento (MRO) de Mexicana de Aviación, estuvieron presentes autoridades de la Secretaría del Trabajo, de Gobernación y, por supuesto, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
7 Abril, 2014 Actualizado el 7 de Abril, a las 09:43
Sobrecargos y pilotos dieron un paso adelante para llegar a un acuerdo que beneficiará a miles de trabajadores.
Sobrecargos y pilotos dieron un paso adelante para llegar a un acuerdo que beneficiará a miles de trabajadores.
Arena Pública

También estuvieron los representantes del Grupo Financiero Banorte y Bancomext, el banco de desarrollo que capitalizó deudas que originalmente se había contraído con Nafin. Con la formalización del fideicomiso no sólo se allanó el camino para que Banorte, Bancomext y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), así como Aeropuertos y Servicios Auxiliares, capitalizaran las deudas que Mexicana mantenía con estos tres acreedores, sino que se dio el paso final para la bancarrota de la aerolínea.

Al final, en esta etapa de la historia, resultó fundamental que fuera un banco mexicano y no uno extranjero la institución que estuviera involucrada en un acuerdo que buscará la venta de la base de mantenimiento para que más de ocho mil trabajadores puedan recuperar una parte de los pasivos que acumularon durante los últimos tres años por salarios caídos y, por supuesto, por el pago de pensiones que, según se ha confirmado por las autoridades del juzgado concursal, se utilizaron para comprar las propias acciones de Mexicana pero también para su operación.

Esas son las cuentas que tendría que aclarar Gastón Azcárraga, ex presidente de la aerolínea, quien insistirá en el argumento de que obtuvo la autorización de los propios trabajadores.

Con Guillermo Ortiz, presidente del Grupo Financiero Banorte, el gobierno federal llegó a un acuerdo a través de la Secretaría de Gobernación para apoyar -una vez capitalizados los pasivos- las operaciones del MRO, que aún resulta estratégico para la industria aérea del país, incluyendo aviones que opera el gobierno federal.

Así, por ejemplo, a cambio de los “esfuerzos” que se realizarán para otorgar una compensación a los ex trabajadores de la aerolínea, en ASA y en el AICM podrían apoyar a los nuevos accionistas con mejores condiciones para el arrendamiento de terrenos o para contratar los servicios que necesite en el MRO.

La quiebra de Mexicana cayó como un balde de agua fría para los tres sindicatos que estaban involucrados en las demandas contra Azcárraga. Sin embargo, al final, podemos confirmarles que la organización de sobrecargos y hasta la de pilotos dieron un paso adelante para llegar a un acuerdo que beneficiará a miles de trabajadores.

La oposición más grande estaba con Tomás del Toro, de la organización de empleados de tierra de la aerolínea, Sindicato Independencia, que por cierto, enarbolará las impugnaciones de la bancarrota porque buscaba que Banorte, AICM, Bancomext y ASA se convirtieran en un patrón sustituto para reclamar el 100% de los adeudos laborales.

 

MÁS INFORMACIÓN: Venta del MRO no alcanzará para liquidar a extrabajadores de Mexicana, nota de Arena Pública de abril 4 de 2014.