El cabezazo de Jared: óleo sobre lienzo

La mejor jugada colectiva en la historia de la selección mexicana se dió en un Mundial ante una de las mejores defensas que ha visto el futbol.
18 Julio, 2022
Con la marca encima de Maldini y un arco defendido por Gianluigi Buffon, Jared hizo algo que realmente cuesta explicar con palabras. (Foto ESPN)
Con la marca encima de Maldini y un arco defendido por Gianluigi Buffon, Jared hizo algo que realmente cuesta explicar con palabras. (Foto ESPN)
Tiempo extra

Es difícil imaginar una Copa del Mundo sin la figura de la selección mexicana. Sólo la presencia de miles mexicanos en las tribunas sin importar la sede o la distancia, ya es un sello característico de todos los Mundiales. Pintoresca, pasional y sobrada de carisma, la afición mexicana le pone ese ingrediente extra al ambiente mundialista. 

Curiosamente, ninguna de las selecciones que son candidatas al título cada 4 años, excluyendo a Argentina, tiene tal convocatoria de aficionados en las Copas del Mundo. Sin embargo, más allá de la figura que representa la afición nacional en los mundiales, resulta complicado imaginar esta justa sin México porque ha estado en 16 de los 21 mundiales. Y sí, probablemente no hay muchos grandes resultados deportivos que acompañen las participaciones del ‘Tri’, pero lo que sí hay de sobra son momentos icónicos de los mundiales con México como protagonista. Uno de ellos es el cabezazo de Jared Borgetti contra Italia. 

El ‘Tri’ firmó en Corea-Japón 2002 su mejor arranque en Copas del Mundo luego de dos victorias ante Croacia y Ecuador, respectivamente. Tocaba cerrar el grupo con Italia, sin duda la favorita para llevarse el liderato y gran candidata al título. México sin mucho que perder le planteó el partido al tú por tú a los azzurri. El equipo del ‘Vasco’ Aguirre dominaba la pelota y tenía al rival totalmente encerrado en su propia mitad. En el último cuarto de hora del primer tiempo daba la sensación de que en cualquier momento la selección mexicana daría la primera campanada. 

Corría el minuto 32 del encuentro y ‘Pippo’ Inzaghi se preparaba para fusilar el arco mexicano, justo cuando una barrida salvadora (nunca mejor dicho) de Salvador Carmona culminó con el ataque italiano. El rebote cayó en los pies de Rafa Márquez y ahí se comenzó a tejer una de las mejores jugadas que se han visto sobre un campo mundialista. 

El zaguero mexicano condujo la pelota casi hasta medio campo, donde se apoyó de pared con Braulio Luna para recibir el balón nuevamente. Rafa retrocedió con Carmona, lo que permitió que los azzurri se acomodaran nuevamente. ‘Chava’ cruzó el medio campo hasta que descargó con Johan Rodríguez, que a su vez tocó para el 10 mexicano y ahí comenzó la magia. 

Blanco abrió el campo con el ‘Cabrito’ sabiendo que éste iba a encarar sin importar que tuviera a Paolo Maldini y Fabio Cannavaro de frente. Dicho y hecho Arellano fue al mano a mano y al llegar a línea de fondo no encontró más espacio. Obligado a retrasar para mantener la posición encontró a Blanco de nuevo, quién soltó inmediatamente para Torrado y éste a su vez para Manolo Vidrio. Para este punto el ‘Tri’ tenía de frente una de las situaciones más difíciles que te puedes encontrar en una cancha de futbol cuando intentas hacer un gol, tener 11 italianos detrás de la línea de la pelota. 

Vidrio regresó con un Torrado que estaba más fino que de costumbre y con un gran cambio de juego encontró a ‘Ramoncito’ Morales por su banda consentida, la izquierda. Al control del carrilero mexicano, se le sumó una pasada por fuera de Braulio Luna, quién sin titubear retrasó con el que más sabe con la pelota. Un minuto y dos segundos después de la barrida de Carmona en área propia, México había mareado a los italianos con 15 toques de lado a lado. Todos los futbolistas de campo habían participado en la jugada a excepción de uno, Jared Borgetti. 

Si por algo se caracterizó Cuauhtémoc Blanco durante su carrera fue por ver lo que otros no veían, por suerte ese día en Oika no fue la excepción. Borgetti tiró un desmarque hacia la punta del área chica, el ‘Cuau’ no dudó y puso un balón que culminaba con una obra de arte a la que sólo le hacía falta la firma del autor. Con la marca encima de Maldini, Jared hizo algo que realmente cuesta explicar con palabras. Un giro de cuello de casi 360 grados para ponerla en el palo contrario de una portería defendida por un tal Gianluigi Buffon. Llamarlo golazo sería un insulto.

Así Jared Borgetti le ponía su firma a una de las mejores jugadas colectivas que se han visto en un mundial. 10 futbolistas, 17 toques, un trazo y un cabezazo para la historia. 

Alonso Revilla Alonso Revilla Apasionado de los deportes, estudiante de Negocios Internacionales en la Ibero, comentarista en EXA 95.5 Querétaro y colaborador en donbalon.com

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