¿Qué vamos a hacer con tanto crecimiento? El boom en Nuevo León
El anuncio de la construcción de una gigafábrica de Tesla con una inversión multimillonaria en Nuevo León, se ha convertido en el estandarte de un nuevo boom para la economía del estado, impulsado por la llegada de mayores inversiones extranjeras movidas por la relocalización de las cadenas de suministro hacia Norteamérica.
La fragmentación que han sufrido las cadenas globales de producción derivados de choques de diverso orden ocurridos en los últimos años está derivando en que un número importante de empresas globales decidan relocalizar algunas de sus plantas a fin de diversificar los riesgos operativos. Pero también las políticas comerciales recientes de Estados Unidos frente a China, elevando aranceles, aplicando subsidios, o restringiendo ciertas importaciones, están persuadiendo a empresas estadounidenses a diversificar aún más sus importaciones, favoreciendo la apertura de operaciones en México.
Ciertamente estas nuevas inversiones que se asoman a México no son una respuesta a un proceso deliberado ocurrido al interior del país, todo lo contrario. “México no cambió, sino el mundo que se deterioró muchísimo. No nos están llegando por un proceso de fortalecimiento institucional en México, por reformas estructurales, porque hayamos hechos inversiones estratégicas en infraestructura, o por incrementos estructurales en el capital humano. Nos están llegando porque las estructuras del mundo globalizado que conocimos en los últimos 20 años se están fragmentando”, dice Roberto Durán Fernández, un economista experto en desarrollo regional y quien forma parte del Grupo de Trabajo sobre Nearshoring del Tecnológico de Monterrey.
El hecho es que crecientemente México se ha convertido en un importante destino de inversión para las empresas globales que fabrican para el mercado estadounidense, como lo muestran las mayores importaciones estadounidenses desde México. En los primeros dos meses del año, México fue el primer exportador de productos a Estados Unidos con una participación de 15.5%, por encima de Canadá y China.
Ya el viejo tratado comercial trilateral (TLCAN) había hecho el trabajo de integrar cadenas de suministro entre México y Estados Unidos, pero el renovado tratado (T-MEC) ofrece aún mayores ventajas competitivas para una producción regional de mayor valor agregado, lo que está incentivando la inversión fronteriza.
Con este nuevo marco, la importante base industrial de Nuevo León es un atractivo para las inversiones extranjeras directas (IED) que buscan asentarse en el país, a pesar de que su territorio solo contabilice 14 kilómetros de frontera con Estados Unidos. En 2022 Nuevo León captó 4 mil 397 millones de dólares (MD) de IED, 33.7% más que el año anterior, por encima de estados fronterizos competidores como Baja California (1,877 MD), Chihuahua (1,876 MD) o Coahuila (792 MD). Y, de acuerdo con las proyecciones del gobierno estatal, para este año se espera que la tendencia alcista se intensifique para llegar a 6 mil millones de dólares de IED.
“Hemos tenido 130 anuncios de inversión desde que inició el gobierno (octubre de 2021), y la mitad son nuevas empresas. Pero las expansiones son igual de importantes. Nuevo León se ha caracterizado por la manufactura y la industria, pero ahora vamos por la industria 4.0, tecnologías de la información, ciberseguridad y electromovilidad”, dice un entusiasmado Iván Rivas Rodríguez, secretario de Economía del gobierno de Nuevo León, entrevistado en su despacho en Monterrey, adyacente al Parque Fundidora un símbolo de lo que fue el desarrollo industrial del estado en el siglo pasado.
“Nos está yendo muy bien”, dice Rivas Rodríguez. “Somos muy optimistas sobre lo que está viniendo. Insisto, Nuevo León es muy diferente de lo que está sucediendo en el país”, responde intentando zanjar las extraordinarias perspectivas de la economía local frente a las nacionales y de otros estados. Esta singularidad se respira en las respuestas de los diversos entrevistados en Monterrey para este reporte. La pregunta que flota desde tiempo atrás en los ámbitos del gobierno y de las cúpulas empresariales del estado es cómo administrar la abundancia de los nuevos capitales que traerá el nearshoring a Nuevo León para los próximos años.
Una avalancha exacerbada desde que el multimillonario Elon Musk anunció el 1 de marzo que la "Sultana del Norte" había sido la elegida para levantar su sexta gigafábrica de vehículos eléctricos Tesla, con inversiones por varios miles de millones de dólares, que causarán un "efecto de atracción interna para que otras empresas, incluidos los proveedores de automóviles, consideren a México para sus necesidades de producción”, escribió Rodolfo Ramos, economista del Banco Bradesco, en una nota citada por Bloomberg.
La fábrica de Norteamérica
Una de las explicaciones de por qué las inversiones se están concentrando en algunos estados con amplia vocación manufacturera, como Nuevo León, tiene que ver con las nuevas reglas del T-MEC que, para el caso del importante sector automotriz, obligan a producir vehículos y componentes automotrices con un muy alto contenido regional.
“Del 62.5% al 75.0% del contenido de un vehículo tiene que ser producido en Canadá, Estados Unidos y México. Esto está obligando a las transnacionales a buscar proveeduría local, ya sea empresas que vienen a establecerse aquí para no perder a sus clientes, o al desarrollo de nuevos proveedores con más empresas mexicanas. Todo esto está haciendo que la fábrica de Norteamérica sea México”, afirma Manuel Montoya, director general del Clúster Automotriz de Nuevo León, uno de los sectores más dinámicos de la economía neolonesa.
No es casualidad que el 85% de la IED que llega a Nuevo León se dirige a la manufactura y el 35.5% de las exportaciones que realizó el estado en 2022, es decir, 18 mil 200 millones de dólares, correspondieron a equipo de transporte. En Nuevo León están asentadas las fábricas de vehículos de Kia, Daimler Buses, John Deere, Navistar, Caterpillar y Polaris, así como decenas de importantes productores globales de autopartes y materiales para la industria automotriz.
“Nuevo León se está convirtiendo en un hub de electromovilidad, antes de Tesla ya teníamos 60 empresas que trabajaban para vehículos eléctricos”, presume Rivas y anuncia que en junio se llevará a cabo en Monterrey el evento más importante de electromovilidad de América Latina.
Pero el reto es enorme cuando se trata de la necesaria expansión de la red de proveeduría local, que -según Montoya- debe multiplicarse prácticamente por seis, para alcanzar a tres mil 500 o 4 mil unidades. “Ése es el déficit que tenemos hoy de proveeduría de segundo nivel”, afirma y añade que, si no se reducen las barreras para el desarrollo de proveedores locales, entre los que destaca el costo del financiamiento, vendrán empresarios extranjeros a aprovecharlo.
El desarrollo de la proveeduría local resulta en una gran oportunidad para el desarrollo de cadenas de valor de pequeñas y medianas empresas que son multiplicadores de empleos. Jesús López Molina, director de relaciones institucionales de Caintra, la cámara empresarial que aglutina a los industriales de Nuevo León, responde que hay mayor interés “de la grandes empresas tractoras -tanto nacionales como extranjeras- para desarrollar sus propias cadenas de proveeduría y eso va más allá de la capacitación y las órdenes de compra, va también en cómo facilitarles el financiamiento”.
Debajo de nuestras narices
El crecimiento de la economía de Nuevo León ha marchado en los últimos años por delante del promedio nacional. De acuerdo con el think tank ¿México Cómo Vamos?, la economía de Nuevo León creció a una tasa promedio anual de 1.45% en los últimos cinco años, mientras que en 2022 el PIB local creció 3.3% frente al 3.1% nacional, impulsado por un fuerte sector exportador manufacturero que, desde tiempo atrás, está ligado a la demanda industrial estadounidense. Este dinamismo también se observa en la generación de nuevos empleos formales, renglón en el que el Nuevo León es líder en el país por encima de estados más poblados como el Estado de México, la Ciudad de México o Jalisco.
“El nearshoring ha estado sucediendo debajo de nuestras narices en los últimos años y lo que viene es un nuevo impulso”, afirma Jesús Viejo González, presidente ejecutivo del Consejo Nuevo León, un órgano asesor apartidista para la planeación estratégica estatal que opera desde 2014 y que preside el gobernador Samuel García Sepúlveda.
El Consejo Nuevo León que dirige Viejo González es un órgano de evaluación y planeación estratégica impulsado por el sector empresarial y la academia, inusual en un país en el que la gran mayoría de los gobiernos locales y federal viven sumidos en el cortoplacismo.
Entrevistado en sus oficinas de Trefilia Capital, en el municipio de San Pedro Garza García, uno de los más ricos del país, Viejo González lamenta que, a pesar del buen crecimiento económico de su estado, Nuevo León no haya logrado reducir las enormes desigualdades que aún prevalecen. “Es muy común ver en el discurso público solamente el ángulo positivo de decir, ‘prepárense para 10 años más de pleno empleo’. Y eso ha estado sucediendo, Nuevo León tiene un crecimiento muy dinámico, no de ahora sino de tiempo atrás; el problema es que ha sucedido de manera muy desordenada”, dice el líder del Consejo Nuevo León.
De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), presentado hace unos días al gobierno estatal, el incremento en la inversión extranjera directa si bien genera importantes ganancias en la producción y exportaciones del estado, sus efectos positivos sobre el empleo son pequeños y prácticamente “imperceptibles” cuando se trata de los salarios reales.
“Un incremento de mil millones de dólares en la IED incrementa el número de asegurados al IMSS en cerca de 16 mil personas, es decir alrededor de uno por ciento de la planta laboral que había en el 2021. El PIB de la entidad se expandiría entre 1.1 y 1.4% del nivel del 2021, (entre 15 y 19 mil millones de pesos del 2013) y las exportaciones aumentarían en 2,500 millones de dólares, es decir alrededor del 6% del nivel acumulado alcanzado en 2021. En todas las estimaciones, el impacto sobre el salario base de cotización es imperceptible”, dicen los economistas de la UANL.
Nuevo León “sigue siendo una sociedad muy desigual, con enormes brechas de desigualdad, y la única manera de cerrarlas es atrayendo empleos de mayor valor agregado, de sectores que paguen salarios más altos que el promedio salarial de la industria manufacturera. Y para eso es necesario la creación de ecosistemas de innovación. En la medida en que no seamos capaces de detonar esos ecosistemas para atraer esas industrias, será muy difícil cerrar esas brechas de desigualdad que no conducen a sociedades muy saludables. Es un adeudo”, reflexiona Viejo González.
‘Happy problems’
El crecimiento urbano de la zona metropolitana de Monterrey, que concentra el 88% de la población del estado, se ha dado de manera desordenada generando un enorme desafío hacia delante, coindicen los entrevistados.
Solo el 25 por ciento de la expansión urbana se ha dado en las áreas definidas por el plan de desarrollo urbano, generando problemas adicionales en el suministro de servicios públicos, vialidades, vivienda, seguridad pública, educación y salud. De allí que los especialistas e industriales ya advierten que la llegada de Tesla al municipio de Santa Catarina, en la zona metropolitana de Monterrey, así como el esperado ‘boom’ de inversiones derivadas del nearshoring, estresará aún más los indicadores de infraestructura urbana que requieren Monterrey y el estado.
El 24 de abril, fiel a su estilo desenfadado, el gobernador Samuel García Sepúlveda (35) dijo que "este boom que viene también va a traer retos, muchos retos, de vivienda, retos de tráfico, de desarrollo humano y de desarrollo urbano, pero es lo que yo llamo 'happy problems’”.
A pesar del tono triunfalista del joven gobernador, los expertos temen que la esperada aceleración en la llegada de las inversiones haga crujir los viejos rezagos en el estado. Para el gobierno local, la economía de Nuevo León crecerá entre 3.5% y 4.0% este año. Incluso podría ser hasta de 4.5%, según calcularon los economistas de Banamex. De ser así, duplicaría el crecimiento esperado a nivel nacional. “Estaremos arriba de los 100 mil nuevos empleos en el año. Tenemos exportaciones récord para Nuevo León”, pronostica Rivas Rodríguez, el titular de la Secretaría de Economía estatal, detallando el tamaño inmediato del boom que se prevé.
Las preguntas ahora se concentran en cómo se enfrentarán los problemas ocasionados en la economía local por un crecimiento explosivo de las inversiones extranjeras, un fenómeno que en los años sesenta los economistas bautizaron como ‘el mal holandés’.
“No me preocupan los accesos a la planta de Musk, o la energía para Tesla, porque tienen los recursos para hacerlo. Lo que me preocupa es toda la infraestructura e inversión que corre del lado del sector público que no está relacionada con un proyecto productivo y que sí se va a estresar. Me preocupan donde van a vivir las 10 mil personas que van a trabajar en la planta de Tesla, cómo estresará a la demanda habitacional del municipio de Santa Catarina o de Monterrey. Cómo va a impactar el tema de vialidades, del agua, los servicios urbanos básicos. Y cómo van a impactar las inversiones secundarias que vengan. Y para eso no estamos preparados; no lo esperábamos”, dice Durán Fernández, quien también es profesor e investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey.
¡Nos están volteando a ver!
La lista de pendientes por atender crece al calor de un boom económico que ven tocando a sus puertas cada vez con mayor intensidad. En las conversaciones con los entrevistados se recuerda cómo México ha desaprovechado, una y otra vez, oportunidades ‘históricas’ para emprender el vuelo al primer mundo: El descubrimiento de la enorme riqueza petrolera de Cantarell, a finales de los años setenta, o la implementación del mismo TLCAN a mediados de los años noventa, no fueron aprovechados en todo su potencial con una visión de desarrollo de largo plazo. Ahora, las respuestas sobre los pretendidos beneficios de largo plazo del nearshoring para la economía de Nuevo León y sus habitantes quedan suspendidas en el tiempo.
“Hay que encauzar soluciones a esta bonanza”, responde Viejo González y enlista una serie de pendientes que van desde atender el tema de la seguridad pública, la seguridad hídrica, la calidad del aire, la eficacia del gobierno, hasta unas finanzas públicas locales sólidas. “No hay como tener tu futuro en tus manos”, dice en referencia a la vieja discusión con la Federación sobre los recursos fiscales que entregan los estados y los que reciben. En ese sentido, plantea que el Consejo Nuevo León “debería proponerse ayudarle al gobierno (local) a caminar la última milla en temas de mucho impacto, por ejemplo, el impuesto predial”, un tema pospuesto por prácticamente todos los gobiernos locales.
Los pendientes se agolpan y en la entrevista el secretario Rivas Rodríguez describe cómo el gobierno de Nuevo León está trabajando para desahogarlos ante la inminencia del 'boom'. Asegura que la compleja coordinación con los 13 alcaldes de los municipios de diversos colores políticos que conforman la zona metropolitana de Monterrey, y los 51 municipios del estado, está en marcha; así como los programas de apoyo a las Pymes en asuntos como la simplificación de trámites, la capacitación y el financiamiento.
Ni siquiera los retos que imponen la ruta político-electoral hacia el 2024, con sus consabidas incertidumbres, apagan la sonrisa que surge del boom regiomontano. “¿Qué vamos a hacer con tanto crecimiento?”, se pregunta Montoya. “¡No solo en México nos están volteando a ver, sino en el mundo nos están volteando a ver!, concluye Rivas Rodríguez.