Entorno escolar, clave para combatir la obesidad infantil en México
El aumento en el rezago educativo no es el único problema derivado tras la pandemia por Covid-19; la obesidad y sobrepeso infantil también se acentuaron. Ahora, con el inicio de clases, la escuela podría perpetuar ese padecimiento.
En México, 7.8% de los menores de cinco años presentan sobrepeso u obesidad, para la edad escolar de cinco a 11 años la prevalencia de sobrepeso fue de 37.4% y la de 12 a 19 años es de 42.9%, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2021).
Y es que durante la pandemia “se incrementó la inactividad física", dijo en entrevista Ana Lilia Rodríguez Ventura, pediatra endocrinóloga e investigadora en ciencias médicas del Instituto Nacional de Perinatología. "Tuvimos que estar recluidos, aumentaron las horas de exposición frente a pantalla y los ritmos del sueño empeoraron". Sobre este último punto, la especialista señala que previamente ya se había registrado que los niños duermen tarde y más los fines de semana, pero ahora con la pandemia, empezaron a dormir todavía más tarde, lo que provoca "que vayan desplazando todos sus horarios de alimentación [...] eso también contribuye [al sobrepeso]”.
Sin embargo, no son factores nuevos, son cambios que se han producido por agentes sociales y ambientales. En este sentido, Raymundo Paredes Sierra, profesor de asignatura de la Facultad de Medicina señaló en el seminario "El Ejercicio Actual de la Medicina" que “los niños son ahora menos activos en los diferentes aspectos de la vida cotidiana. Van a la escuela en transporte colectivo o automóvil, no van caminando o en bicicleta como antes. El tiempo libre lo utilizan en 'actividades' sedentarias, ya no salen a la calle o a los jardines y parques a jugar o 'andar' en patines o bicicleta, por la inseguridad y el gran número de vehículos automotores que circulan en todas partes de la ciudad”.
Agrega que “los hábitos de alimentación, como los tipos y la composición de la dieta, las comidas fuera de casa y el tamaño de las porciones también se han modificado”.
En 2021, 92.9% de los escolares de 5 a 11 años consumió bebidas azucaradas, 50% botas, dulces y postres, mientras que 91.3% consumió agua de manera habitual. Así mismo, el 91.7% de la población de 12 a 19 años consumió bebidas azucaradas, frente al 77.9% que consumió agua.
Además, los preescolares consumen tres días o más a la semana alimentos no recomendables para el consumo cotidiano. Ensanut 2021 señala que “existe un bajo consumo de frutas, verduras y leguminosas en la población escolar (<40%)”.
Por ello, no es de sorprender que México ocupe el sexto lugar mundial en diabetes. En 2016 la incidencia de diabetes tipo 2 fue de 2.05 casos por cada 100 mil habitantes; sin embargo, en 2020 ascendió a 2.9 casos.
Ahora con el regreso a clases, la escuela se convierte en un factor más, donde “no venden comida saludable, se abusa de bebidas altamente azucaradas y comidas ultra procesadas y no se vende alimentos naturales, entonces eso hace que los niños sigan con la mala costumbre en sus hogares”, advierte Rodríguez Ventura.
Sin embargo, menciona que “los papás de niños con adiposidad coincidieron en que en las escuelas son la mejor área (para que) los niños puedan cumplir las cinco o seis horas de actividad física que se recomienda por parte de la OMS [...] en muchas escuelas no hay agua potable y eso hace que los niños si van a gastar en una botella de agua que cuesta lo mismo que un jugo, un refresco pues terminan comprando el jugo”.
Si bien a finales del año pasado, la Cámara de Diputados aprobó un dictamen que reforma la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que prohíbe la compra, venta y suministro de comida chatarra en los planteles escolares de educación básica en todo el país, esta no se cumple.
En este sentido, la especialista apunta que “lanzan reformas que parecieran sumarse a varias acciones y no se cumplen”. Agrega que se observan “muchas escuelas que internamente siguen vendiendo productos ultra procesados", sumado a que a los alrededores abundan los lugares donde venden todos estos productos que son fritos. "Se tiene que informar muy bien a nuestra población para que vean que no es una imposición, sino es cuestión de salud” afirmó.
Así mismo, ante este incumplimiento, las organizaciones civiles "El poder del consumidor", "Red por los Derechos de la Infancia en México" y "Salud Crítica" han hecho un llamado a la Secretaria de Educación Pública para que cumpla con los lineamientos para alimentos y bebidas azucaradas en las escuelas en el marco del inicio del ciclo escolar 2022-2023.
Ahora el reto consiste en “bajar los costos de la materia prima (alimentos frescos) y acercarla con más facilidad”, dice Rodríguez. “Estoy convencida de que si hubiera jornadas laborales más cortas [...] la gente (podría darse) el tiempo de prepararse su comida, servirla e incluso hacerla en familia”.