Brechas de género digitales en NL, de las peores en México
Aún con su solidez económica, Nuevo León es uno de los estados con las brechas de género digitales más amplias del país.
Muchas veces, las diferencias en el acceso y uso entre hombres y mujeres de México de las herramientas digitales y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) “tiene que ver con el poder adquisitivo. No es solo cuestión de si se usa o no el internet, sino también si se cuentan con los recursos para acceder a un servicio de internet, o la herramienta para conectarse a la red”, asegura Ana de Saracho O’Brien, directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista en Telefónica Movistar México.
Bajo este contexto, Nuevo León no debería ser uno de los estados con mayor penetración de herramientas y capacidades digitales en el país. Su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita es de los más altos en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y el salario promedio de las mujeres en la entidad es de los más elevados en el país.
Sin embargo estas ventajas económicas no se reflejan en un acceso y uso más equitativo de las TIC en el estado. En alrededor de una tercera parte de las variables que un estudio conjunto entre el think tank Centro México Digital (CMD) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) usó para medir la brecha de género digital, Nuevo León presentó las diferencias más amplias entre hombres y mujeres.
Las diferencias más notables se dieron en los entornos de accesibilidad y competencias digitales. Los niveles de usuarios de internet hombres y mujeres en el trabajo y de equipos de cómputo en Nuevo León distan 17.7% y 9.2% uno del otro, respectivamente. 5.3% más hombres que mujeres usan las TIC en el estado para interactuar con dependencias de gobierno, una brecha que crece a 8.7% cuando se evalúa el uso de estas herramientas con fines de entretenimiento.
También las competencias digitales básicas e intermedias de los hombres son 9% y 10.7% superiores a las de las mujeres en Nuevo León, respectivamente. De acuerdo con el reporte de Coparmex y CMD, estos valores son los más altos entre todas las entidades federativas para sus respectivas categorías.
Y no es un fenómeno exclusivo a Nuevo León. Otras entidades federativas con un alto PIB per cápita y altos salarios promedio para las mujeres también están entre los estados con las brechas de género más amplias del país. En Querétaro, por ejemplo, está la diferencia más grande de México entre hombres y mujeres en materia de competencias digitales avanzadas (7%) y el uso de TIC para pagos y banca electrónica (7.8%). En la Ciudad de México (CDMX) está la brecha más grande del país entre hombres y mujeres para el uso de TIC en comercio electrónico, de 5.2%.
Este fenómeno respondería a que “hombres y mujeres no usan estas plataformas de la misma manera, [porque] empezamos a ver que se replican patrones del mundo real en el mundo digital. En el mundo real tienes diferencias entre los salarios de hombres y mujeres, y eso se refleja en la adquisición de bienes por internet o en el uso de la banca electrónica”, de acuerdo con Samuel Bautista Mora, coordinador general del centro de investigación The Social Intelligence Unit (SIU).
Y específicamente en el caso de estados como Nuevo León, Querétaro o la misma CDMX, donde deberían existir condiciones económicas más equitativas entre hombres y mujeres, también se estaría presentando un fenómeno cultural.
“Muchas veces las barreras no son exclusivamente un tema económico, sino con los estereotipos o idiosincrasia. Los roles y modelos que se tienen a nivel familiar, en las escuelas y ámbitos profesionales, donde la mujer tal vez no sea bien visto que esté en estas tareas donde no está bien visto que se desarrolle en carreras originalmente creadas para los hombres”, afirma Salma Jalife, presidenta de CMD, una de las autoras del estudio.
Soluciones al problema cultural de las brechas de género digitales
La conclusión es congruente con investigaciones previas en la materia. Se estima que, en México, las niñas de primaria tienden a tener mejores resultados en evaluaciones de habilidades matemáticas que sus contrapartes masculinas, según un estudio publicado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Sin embargo, la situación se revierte en la secundaria, la brecha se ensancha en la preparatoria y, al final de la universidad, apenas el 13.5% de las mujeres en México son egresadas de alguna carrera en el campo de Ciencia, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas (STEM).
Muchas recomendaciones para atacar el problema siguen siendo de largo plazo, por el trasfondo estructural de las brechas de género digitales. Ana de Saracho asegura que “es necesario empezar a hacer una revisión del currículo escolar desde la primaria […]. Difícilmente veremos algo diferente si no empezamos por la raíz. Si están tan enraizados estos problemas, hay que iniciar por ahí […], parte de las nuevas habilidades tiene que ser la empatía, y que los niños reconozcan a las niñas como parte del mismo equipo y que pueden crecer juntos”.
Si bien eso implica un esfuerzo a largo plazo, que probablemente no mostrará resultados evidentes más que varios años después, sería un enfoque necesario para la mejoría. “Son tantos los elementos que inciden en las brechas digitales, que es difícil aislarlos y abordarlos individualmente. Así que cualquier estrategia de inclusión de género tiene que atender todos los elementos en paralelo. Y los más tempranos son los cambios culturales que deben de romperse desde pequeños”, apunta Ricardo Martinezgarza, vicepresidente de tecnología de CMD
Al mismo tiempo, hay algunas iniciativas que se pueden empezar a tomar, mucho más concisas e inmediatas que solo proponer una reestructura educativa con enfoque de género.
“Tendríamos que atacar el problema que no se reconoce el internet como un lugar para mujeres. Incluso entre profesionistas que ya trabajan en esos ambientes, uno de los mayores retos es que sus entornos están dominados por hombres […]. Podríamos atacarlo desde la base, creando más trabajos para mujeres y las compañías puedan tomar decisiones de negocio sin que, inconscientemente, se deje de fuera las necesidades de este segmento de la población”, señala Regina León Lara, consultora de The SIU.
Y Ricardo Martinezgarza incluso propone proyectos de inclusión digitales que aborden las competencias y accesibilidad de tecnología incluso sub-segmentos de la población de mujeres que parecen sufrir de una brecha enorme respecto a sus contrapartes masculinas.
“Conforme las mujeres van entrando al mundo laboral, es en sus espacios de trabajo donde tienen acceso a herramientas digitales y aprenden a usarlas; no necesariamente por gusto sino porque deben aprender a usarlas. Pero las mujeres que se dedican al hogar, aunque muchas veces quieren aprender cuestiones digitales, como se meten a cursos de cuestiones digitales que no les sirve en el día a día, se desaniman y los dejan. Tendríamos que hacer syllabus, mapas de ruta, para que puedan inscribirse en cursos de capacidades digitales de lo que les es de interés y les sirve en el día a día. Tenemos que ayudar a que se digitalicen de acuerdo a sus necesidades, y no solo como algo de cultura general”, concluye.