Mayor uso de tecnología incrementaría financiamiento a las PyMEs
Es necesaria la digitalización de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), así como de sus aliadas financieras, para impulsar su crecimiento.
La pandemia tuvo un efecto crucial en el acceso a crédito para este tipo de negocios. En cifras de Banco de México (Banxico), en 2021 solo 9.6% del crédito bancario al sector privado no financiero se había concedido a PyMEs, debajo de la proporción de 10.7% registrada en 2019 y del 13.8% que se consiguió entre 2014 y 2016.
Algunos agentes del mercado creen que este bajo nivel de financiamiento tiene que ver con fallos dentro de las mismas PyMEs. “Hay mucho dinero en el mercado financiero listo para prestar. Pero no lo prestan por un tema de confianza. Por eso hay que trabajar con la confianza. ¿Qué voy a hacer [como negocio] para darle confianza [a los bancos] y me abran su caja?” afirma Guillermo Cruz Reyes, presidente de consejo de Grupo GIS y de la organización Asesores de Consejo y Alta Dirección (ACAD).
“Si las PyMEs no hacen nada por acercarse a ese dinero, nunca van a tener créditos. Las PyMEs deben hacer un poco de esfuerzo […] para darle confianza a los bancos […]. El dinero está, y sí hay dinero para las PyMEs. Pero hay que darle seguridad y confianza a la banca de que, aunque son chiquitos, pueden tener el dinero necesario para hacer crecer sus negocios”, agrega.
Pero otros señalan que son los agentes especializados en el financiamiento los que están fallándole a las PyMEs. “Definitivamente sería deseable que las PyMEs pudieran tener capacitación, cumplir con los requisitos y poder acceder a este tipo de financiamiento […], pero también es crucial que el sector financiero evolucione y simplifique los procesos y los trámites al ofrecer productos para que las PyMEs puedan dar garantías y acceder al crédito”, asegura Gerardo Trejo, secretario general de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Ambos argumentos han sido reconocidos como válidos por agentes externos. En un estudio sobre el acceso a financiamiento para PyMEs en México, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señalaba que la escasa utilización del crédito bancario por parte de las PyMEs sí respondía a la insuficiencia de garantías e información de este tipo de negocios, que a su vez incrementa la percepción de riesgo en su financiamiento y genera reticencia a otorgarles crédito, elevando los costos de financiamiento.
Pero la misma Cepal también apunta que “las empresas pequeñas tienen mayor facilidad para obtener financiamiento cuando […] existen instituciones más chicas y con mayor flexibilidad”. En cualquiera de las dos perspectivas, se confía que la digitalización de instituciones financieras y PyMes puede tener un efecto positivo en mejorar el acceso a financiamiento para este sector de la economía mexicana.
Para darle mayor seguridad a los bancos, “la parte de la profesionalización de las PyMEs es clave, porque si tienes un cliente profesionalizado, que tiene sus estados financieros, que conoce sus márgenes, el retorno de inversión de sus proyectos, vas a confiar completamente en su mercado […]. Y las herramientas digitales nos permitirán mejorar el acceso y apoyar, acompañar a las PyMEs para este camino de la profesionalización”, señala Juan Carlos Ostolaza Cortés, director general del Centro de Competitividad de México (CCMX).
Por el lado de quienes realizan el financiamiento, la tecnología debería mejorar la cantidad de opciones disponibles para las PyMEs y asegurar que siempre tengan un flujo de recursos al cual aspirar. “Cada vez hay más jugadores en el sistema financiero. Están las fintech, las Sofomes, las ‘sofomtech’, los bancos están fortaleciéndose con tecnología […]. Entonces si se toca la puerta de uno y no te dan [el crédito], pues puedes tocar la puerta con otro. No se parará el flujo de dinero” señala Jorge Avante Arcos, director general de la Asociación de Sofomes en México (Asofom).
Otros posibles retos en el financiamiento a PyMEs
Más allá del tema de la tecnología, hay otros factores que podrían impactar el acceso a crédito para este tipo de negocios. Con la situación de impago de Crédito Real, una de las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofom) más grandes de México, expertos advirtieron que podría reducirse el financiamiento a este tipo de instituciones, que a su vez se caracterizan por ser de los mayores pilares de soporte financiero de las PyMEs. Lo anterior, por consecuencia, podría llevar a un menor apoyo y desarrollo económico entre las unidades económicas más humildes de México.
Pero se confía que el impacto de este evento será mínimo. De acuerdo con Jorge Avante Arcos, “sí habrá inversionistas que tomen nuevas prevenciones de riesgo, pero yo los invitaría a analizar qué paso y ver qué sucede en cada caso […]. No hay ninguna debilidad [sistémica], recordemos que recién se bursatilizaron dos agentes y se vienen más […]. El 30% del mercado de deuda lo tenemos las Sofom. Por dos o tres casos no habría que estigmatizar al resto de la industria”.
Por su lado, Gerardo Trejo advierte que hay más problemas que afectan el desarrollo de las PyMEs, entre ellos “el exceso de trámites federales, estatales y municipales; que afecta principalmente la -operación de los negocios más pequeños […]. Hay que asegurar un entorno favorable al emprendimiento, simplificando el marco regulatorio para la apertura de empresas formales en México […]. Si lo hacemos, se multiplicarán las PyMEs”.
Digitalizar a las PyMEs y a quienes les otorgan financiamiento, así como asegurar que estos otros factores no representen un dolor de cabeza adicional para este tipo de negocios, es crucial para el bienestar económico de México en el mediano plazo.
Desde antes de la crisis sanitaria, se calculaba que en México menos de la mitad de las nuevas empresas sobreviven entre uno y tres años; mientras que solo 8.7% sobreviven entre cuatro y seis, de acuerdo con The Failure Institute. En Estados Unidos, sin embargo, dos terceras partes de los nuevos negocios superan la marca de los dos años y la mitad se mantiene en pie luego de cinco años. A esta alta tasa de mortalidad se debe sumar que, solo en 2020, alrededor de un millón de PyMEs desaparecieron a consecuencia de la pandemia.
Y aunque 2021 supuestamente debería haber sido un año de recuperación para muchos de estos negocios, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que el año pasado no solo que la proporción de muertes entre PyMEs siguió siendo más alta que la proporción de nacimientos (21.01% frente a 6.42%). Además, entre los micro-negocios, la proporción de muertes incluso creció respecto a 2020, del 20.8% al 33.02%.