La exaltación de las remesas (el indicador de fracaso económico)

Cada vez que las remesas aumentan, es un signo de que las oportunidades de empleo en México han disminuido.
15 Julio, 2021

No hay gobierno desde Miguel de la Madrid hasta el de Andrés Manuel López Obrador que no haya felicitado por mandar dinero a sus familiares, que se quedan aquí en casa, a los paisanos mexicanos que emigran principalmente a los Estados Unidos (EU).

AMLO, en el tercer aniversario de su triunfo electoral, lanzó un agradecimiento tan profundo que arrancó los aplausos muy sentidos de los ahí presentes.

Como se sabe, el ingreso por remesas en nuestro país ha presentado crestas y valles como proporción al PIB. Posterior a la gran crisis financiera de los EU, la emigración hacia los EU disminuyó como consecuencia de la escasez de trabajo en el país vecino, pero repuntó hacia 2015 y ha seguido creciendo hasta el día de hoy. Las remesas aumentan como consecuencia. De hecho, por una menor base, las remesas han llegado al 4% del PIB en 2020.

Dicho lo anterior, hay que poner en contexto lo que significan las remesas. Tomaré como punto de partida las afirmaciones del propio AMLO: “Queremos que la gente no se vaya a los EU por necesidad, sino solo por gusto”.

Personalmente estoy de acuerdo con esta última afirmación. La emigración a los EU es simplemente la consecuencia de la falta de oportunidades en el país. Cada que las remesas aumentan (en el entendido que hay correlación fuerte entre éstas y la emigración) es un signo de que las oportunidades de empleo en México han disminuido.

Nunca he entendido la dicotomía que ha tenido cada uno de los presidentes mexicanos sobre todo desde Fox (que los llamó héroes) hasta AMLO: por un lado, en ciertos contextos afirman que es necesario crear oportunidades de empleo en el país para que no forcemos a la gente a cruzar el río; y en otros contextos, glorifican las remesas, hasta en los informes de gobierno. Vaya contradicción…… lo que glorifican, es la señal más clara de que sus administraciones fracasaron en la creación de empleos.

Y sí, consideremos que, dada la estructura demográfica del país, desde 1995 y hasta 2025 es necesario crear un millón de empleos anuales, que es el número de jóvenes que se integran a la edad laboral por lo que a partir de 1995 se debieron haber creado 26 millones de empleos.

Pues bien, de acuerdo a datos del INEGI se crearon un total 10,004,615 de empleos con derechohabiencia en el IMSS, de los cuales 8,761,981 fueron permanentes. Esto significa que existe un déficit laboral de 16.0 millones (26 millones menos 10 millones) de empleos formales entre 1995 y 2020. Claramente esto refleja una incapacidad del país para crearlos. Este es el verdadero déficit laboral (una medida alternativa del mercado laboral que propuse en este espacio hace poco más de 4 años).

¿Dónde se ubican laboralmente estos 16 millones de jóvenes que cumplen la edad laboral y que no se inscribieron en la formalidad? Acá hay tres salidas: la informalidad, la emigración hacia los EU (promedio de 400 mil personas anualmente) y/o el desempleo (que podría incluir la inserción a actividades ilícitas). Mientras no se cree empleo, estos tres rubros crecerán, delo por hecho amable lector.


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En suma, en efecto hay que aplaudirle a los hermanos migrantes por su gran contribución que ayuda a sus familias (y con ello mitigar la pobreza), pero también hasta para estabilizar el tipo de cambio; aunque cada vez que pidan nuestro aplauso, hay que recordarle al gobierno su incapacidad de crear empleos, pues eso es lo que sugiere el crecimiento de las remesas. Esto incluye a Fox, Calderón, Peña y AMLO.

Ahora que ya hay “destapados” para la sucesión presidencial, ojalá nos ofrezcan soluciones a este problema, y no aplaudan solamente a nuestros hermanos que no pudimos retener en México.

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".

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