El estigma de ser zurdo. ¿De dónde provienen los prejuicios?
Tradicionalmente se asocia el lado izquierdo con cosas negativas. ¿De dónde viene este menosprecio por algo aparentemente irrelevante?
Hasta hace poco tiempo, los maestros trataban de “corregir” a sus alumnos zurdos amarrándoles la mano izquierda a la espalda y que escribieran con la derecha.
Hoy en día el mundo sigue diseñado para los diestros. Un artículo para zurdo es difícil de encontrar y su precio se llega a duplicar.
El motivo de esta discriminación no sólo se debe a que la mayor parte de la población es más hábil con la mano derecha, y su origen es bastante antiguo.
En el Budismo tántrico, se le llamó Vamachara al camino de la izquierda. Asignaban a esta vertiente las actividades que ellos consideraban prohibidas. Beber alcohol y tener relaciones sexuales, por ejemplo, eran obstáculos para alcanzar la iluminación.
Mientras el lado derecho (dakshinachara) lo relacionaban con el ascetismo y la meditación.
En la cosmovisión ocultista, el Todo universal contiene el principio binario; es decir, funciona gracias a pares de fuerzas contrarias.
El principio creador se asignaba al lado derecho, mientras que el destructor al izquierdo. Sin embargo, en esta concepción, ninguna de las dos fuerzas es “mala”, pues son naturales y necesarias para mantener el equilibrio.
Las religiones abrahámicas tomaron estos principios y les dieron valores morales. Mientras el lado derecho representaba todo lo bueno (el altruismo, la espiritualidad y el amor), el lado izquierdo simbolizaba lo negativo (la maldad, el egoísmo, la tentación y la muerte).
Los musulmanes sostienen que la mano izquierda sirve únicamente para limpiar la suciedad del trasero. Los cristianos bendicen únicamente con la mano derecha.
Esto permeó tanto en nuestra cultura, que actualmente es una ley de etiqueta saludar con la mano derecha.
Así, en la Edad Media se representaba al diablo como un zurdo, igual que Judas Iscariote. Por lo tanto, lo zurdo se asoció inmediatamente a la magia negra. Las mujeres que no podían corregir su preferencia en el uso de su mano izquierda, eran acusadas de brujería.
En el siglo XIX surgió la diferenciación entre el “sendero de la mano derecha” y el “sendero de la mano izquierda”, gracias a los ocultistas Helena Blavatsky y Aleister Crowley, que continuaban dándole al camino siniestro una connotación negativa.
Todo esto debido a la malinterpretación de un dogma analógico, como lo son la mayoría de los mensajes contenidos en la Biblia y la Cábala.
En la actualidad, se trata de superar esta discriminación basada en el uso de tal o cual mano. Se ha demostrado por distintos medios que una persona zurda no es más o menos inteligente que una diestra.
De igual forma, se ha reivindicado la connotación neutral de ambos términos, izquierda o derecha, en el terreno religioso.
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