La economía paga el costo de la extendida corrupción: Katz
Sin voluntad política para combatir este cáncer que es la corrupción, difícilmente se lograrán mayores niveles de desarrollo y de equidad.
Katz es un profesor nato. Sin rodeos, va directo al grano de lo que cree es el mayor cáncer de México: La falta de voluntad de políticos, jueces y gobernantes -federales y locales- para establecer y aplicar un estado de derecho confiable para todos.
El problema de la corrupción, extendida en todos los ámbitos de la vida pública, lo enciende. Le enoja.
“Es un problema de voluntad política. O sea, ¿por qué no tenemos un auditor superior de la federación? ¿Por qué los diputados se vieron tan irresponsables que cuando terminó el periodo del auditor pasado se hicieron 'güeyes'? Y vale la expresión: se hicieron 'güeyes', por ponerlo leve, y no nombraron un auditor. En el senado está parado el fiscal anticorrupción, están parados los magistrados.
Si no tenemos la voluntad política de combatir este cáncer que es la corrupción, difícilmente vamos a lograr mayores niveles de desarrollo y mayores niveles de equidad. Porque la corrupción cuesta mucho y es muy regresiva”.
No habrá crecimiento, ni desarrollo, ni inversiones con este cáncer enquistado en el corazón de la República. No hay manera.
El reclamo es insistente por parte del profesor de la universidad privada de moda entre los altos funcionarios públicos del país –incluyendo al candidato priista a la presidencia en las elecciones de julio próximo, José Antonio Meade Kuribreña.
Distinguido por sus alumnos del ITAM con la Medalla al Mérito Profesional, Isaac Katz es un referente de la economía liberal más allá de las fronteras del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Aprueba las reformas estructurales emprendidas en el país en las últimas tres décadas por gobiernos priistas y panistas que caminan “en la dirección correcta”, pero critica severamente la falta de garantías para los derechos de propiedad que provoca el retraso económico y la desigualdad de oportunidades, producto de la ineficiencia con la que operan los mercados en el país.
La escasa inversión extranjera en México y la falta de independencia de los jueces locales en el país son casos que ilustran la falta de garantías en los derechos de propiedad con graves costos sobre la economía. Una economía rentista, de compadrazgos, que sigue abrigando prácticas monopólicas.
Somos un país notoriamente corrupto, eso cuesta mucho y es otra de las debilidades del estado de derecho, sentencia el economista que en 35 años de docencia ha impartido clases a una gran cantidad de altos funcionarios del actual gobierno.
Los temas de este calibre se suceden uno tras otro. En el octavo piso de un edificio de Polanco, en donde vive, la tierra se cimbra segundos después de que se escucha repetidamente la alarma sísmica. La advertencia nunca había sido más explícita.
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