Los rescatistas de la economía
Lo que Alfonso Navarrete Prida e Ildefonso Guajardo Villarreal no han sido capaces de hacer, lo hacen millones de mexicanos que viven en el exterior.
Los verdaderos rescatistas del bolsillo de millones de familias mexicanas y de buena parte de la economía nacional, no son las políticas que implementan los secretarios del Trabajo y de Economía –que es su principal encargo- sino los paisanos que radican en Estados Unidos y cuyos envíos de dinero a sus familiares en México, mes con mes, son los verdaderos salvavidas del consumo interno que tanto se presume en los ámbitos gubernamentales y de las preocupantes cuentas externas.
Los comunicadores del gobierno no pagan publicidad oficial en los medios de comunicación para divulgar esta millonaria generación de ingresos al país, porque no hay medallas que colgar en el cuello de los altos funcionarios; todo lo contrario. Los millonarios envíos de dinero de los mexicanos que radican en Estados Unidos, ponen en evidencia los tibios esfuerzos de las políticas públicas por mejorar el ingreso real de sus habitantes.
Ningún comunicado de prensa oficial, solo un renglón añadido en la balanza de pagos que elabora el Banco de México –y del que nos percatamos por un mensaje de 140 caracteres en la cuenta de Twitter del banco central- nos informa que los envíos por remesas que llegan al país sumaron la friolera de 10 mil 867 millones de dólares para los primeros cinco meses del año, con un crecimiento de 9.7 por ciento en comparación anual.
Un monto histórico y un crecimiento espectacular. Ni todas las exportaciones agropecuarias juntas, ni el ingreso por la llegada de millones de turistas al país, ni todas las exportaciones petroleras, alcanzan siquiera a rasguñar este monto que envían millones de mexicanos radicados en Estados Unidos a sus familiares que viven en todo el territorio nacional, y particularmente en los estados tan castigados por la violencia, la corrupción y, por ende, la pobreza en estados como Michoacán, Guerrero, Oaxaca o Zacatecas.
Los gastos de operación acumulados en estos cinco meses del año del Instituto Mexicano del Seguro Social, son apenas la mitad de las remesas recibidas de parte de los paisanos en Estados Unidos; e incluso los presupuestos desembolsados de enero a mayo por parte de la secretaría de Educación Pública y de Sedesol juntos, no alcanzan a igualar los casi 11 mil millones de dólares que llegaron a millones de hogares en calidad de remesas.
Y por si faltara alguna comparación para dimensionar el impacto económico de los envíos a México, habría que decir que toda la inversión física directa hecha por el sector público –y eso incluye al gobierno federal, a los organismos y empresas del Estado- en estos primeros cinco meses del año, no igualan a lo enviado por los paisanos a sus familias en México.
¿Nos hemos dado cuenta del tamaño e impacto económico de este masa de recursos que reciben los mexicanos mes a mes? Los economistas de BBVA Bancomer estiman que este año las remesas podrían superar los 26 mil 59 millones de dólares que se alcanzó en 2007, y que con la depreciación del peso de los últimos meses significaría alrededor de medio billón de pesos de ingresos para las familias del país.
Solo en los primeros cinco meses del año, estas familias recibieron 28 por ciento más de recursos (en pesos) que el año pasado. ¿Hay algún programa de gobierno o algún sector de actividad económica que siquiera se acerque a este incremento en los ingresos de las familias?
Lamentablemente las pobres políticas de la secretaría del Trabajo -que ni siquiera pueden procesar con solvencia la discusión sobre el salario mínimo- palidecen ante estos multimillonarios recursos que envían al país aquellos que se vieron forzados a buscar oportunidades que aquí nunca se les dio.
¿Y que dirá la Secretaría de Economía de aquellos pomposos proyectos de productividad que se lanzó al inicio del sexenio y que elevaría el ingreso real de obreros y empleados mexicanos?
Hay que decirlo con claridad, sin ambages. Los 292 dólares en promedio que enviaron los paisanos a través de 37 millones de operaciones de remesas a México en estos cinco meses del año, supera cualquier programa público para solventar las necesidades básicas de las familias mexicanas.
No hay duda. Los paisanos son los verdaderos rescatistas del bolsillo de las familias, pero también del consumo y de las cuentas externas del país.