¿Dónde está señor Presidente? Retan los empresarios
Conozco a Luis Foncerrada desde hace años.
El actual director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) es un economista serio en su formación técnica, receptivo en la discusión y equilibrado en sus planteamientos; características que, en los últimos años, le han devuelto al CEESP la presencia que había perdido como el ‘think tank’ de la cúpula del sector privado organizado.
Ahora el CEESP, con Foncerrada, tiene peso y voz en las posiciones públicas del mayor sindicato empresarial del país.
Por eso no puede pasar desapercibida la carta-artículo que publicó Foncerrada Pascal en el diario El Universal el pasado lunes 20 en la que tachó a los legisladores priistas y a sus aliados de tener una visión “ahistórica, miope y mezquina” al desestimar las inconformidades ciudadanas sobre la grave corrupción en las esferas públicas.
Pero hay algo más de fondo en la carta pública de Foncerrada. Cuestiona el liderazgo del presidente Peña Nieto en su partido, el Revolucionario Institucional; una posición moral que asumían los presidentes surgidos del PRI y que reconocían sin titubeos los líderes sectoriales, gobernadores y legisladores del priismo, particularmente en asuntos de gran trascendencia social.
La primeras palabras de la carta de Foncerrada son un dardo al corazón del liderazgo presidencial: “Señor Presidente Peña Nieto, ¿en su partido se conocen los principios que usted determinó para inspirar y definir el actuar de su administración? ¿Sus legisladores lo comparten, lo entienden?”.
Estas primeras palabras, y las que siguen, tuvieron que ser leídas y aprobadas por los empresarios que encabezan sus organismos de representación en todo el país y que –más allá de la serena inconformidad que se ha expresado en otras ocasiones- ahora revelan el enojo empresarial ante la actuación, sí de los legisladores, pero también ante la pasividad e inacción política del Presidente.
La carta exhibe tangencialmente acaso ya la incapacidad presidencial para poner orden en su propia casa. “No son las personas las que cuentan, son las instituciones, que las personas no obstruyan nuestro futuro, señor Presidente”; reta en su párrafo final.
Ni siquiera la llamada reforma fiscal, que tanto criticaron los empresarios en los medios de comunicación, por recaudatoria y políticamente oportunista- causó una confrontación pública de este tamaño.
La de Foncerrada, es una misiva que revela el estado de la relación entre el Presidente y los gremios empresariales a la mitad del sexenio y cuando se intensifica la lucha intestina en el partido gobernante por la candidatura presidencial hacia el 2018. Carrera en la que los empresarios siempre han jugado un rol importante.
¿Dónde está señor Presidente? es la pregunta implícita, omnipresente, a lo largo de toda la misiva firmada por Foncerrada, que busca evidenciar no solo un liderazgo perdido, sino también compromisos personales que han pisoteado el clamor ciudadano en asuntos como la corrupción.
Advertencia de Sánchez
Que la depreciación del peso frente al dólar llegó para quedarse, no hay muchas dudas. Tampoco de que esta depreciación vaya a afectar a los precios internos, tarde o temprano. El asunto es hasta qué nivel llegará la pérdida de valor de la moneda mexicana. Por eso ayer el subgobernador del Banco de México, Manuel Sánchez, no dudó en aceptar que el mayor peligro para el crecimiento de los precios ¡es la depreciación del peso! Ya la encuesta que ayer publicó Banamex, comienza a dar muestras de que los analistas cada vez más se convencen de las afectaciones sobre la inflación.
BREXIT, el ‘coco’ del peso
Los mercados han descontado los efectos del llamado ‘Brexit’ (salida de Gran Bretaña de la Unión Europea) y viven una aparente calma en estos días. Pero nada garantiza una violenta reacción ante una victoria de los separatistas en el referéndum de mañana, con fuertes oleadas entre las monedas emergentes, de los que el peso mexicano es el más vulnerable. Claro que la experiencia dice que los británicos han terminado votando en contra en asuntos como éstos, pero nada está escrito y de allí la incertidumbre.
¿Nueva miscelánea fiscal?
Ante la crisis fiscal en ciernes, ya corren diferentes versiones sobre negociaciones para fortalecer los ingresos en lo que resta de 2016 y 2017. Desde modificaciones al impuesto al valor agregado, pasando por incrementos en precios y tarifas del sector público –claro, gasolinas por delante- hasta una agresiva política de formalización que ensanche en serio la base de contribuyentes. ¿Acaso son puras intenciones y borregadas?