El desplome en los rendimientos de las pensiones
Es probable que muchos de los trabajadores que están afiliados a una Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE) no se hayan percatado de lo que está ocurriendo con sus ahorros para su pensión, a raíz de la depreciación del peso, de los movimientos en las tasas de interés y de toda la especulación que existe alrededor de ello desde hace ya un buen tiempo.
Lo cierto es que los rendimientos que han venido ofreciendo las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro –conocidas como Siefores y que son los fondos que invierten los ahorros de los trabajadores- se han desplomado desde hace ya un año. Y lo peor es que esta caída se ha profundizado en las últimas semanas.
Le doy algunos datos que los puede encontrar en el portal de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar):
En enero de 2015 el promedio ponderado de los rendimientos en términos anuales que otorgaron las siefores básicas 1 (aquellas que se asignan a los trabajadores de 56 años o más) fue de 9.45%; las siefores básicas 2 (para los trabajadores de 46 a 55 años) dieron un rendimiento de 12.10% a precio de mercado; las siefores básicas 3 (para los trabajadores entre 37 a 45 años) otorgaron un rendimiento de 13.10%; y las siefores básicas 4 (para los trabajadores de entre 27 y 36 años) dieron un rendimiento promedio ponderado de 14.77%.
Como se puede ver con estas cifras, hace poco más de un año los rendimientos que otorgaron las siefores eran bastante atractivos. Pero eso se fue acabando paulatinamente durante los primeros cinco meses del año pasado. Hacia junio de 2015 los rendimientos en promedio ponderado que otorgaron las siefores, en términos anuales, fueron mucho menores: de 2.43% (para las siefores básicas 1) a 4.82% (para las siefores básicas 4).
Pero la tendencia a la baja continuó por los siguientes meses hasta el término de 2015. De hecho, entre julio y diciembre del año pasado la mayor parte de los rendimientos reales que otorgaron las Siefores fueron negativos, a precios de mercado, y ello sin tomar en cuenta las comisiones por la administración que cobran las Afores.
En diciembre de 2015 estos rendimientos promedio ponderado de mercado, para los últimos 12 meses, fueron desde 1.17% a 1.66%.
La situación empeoró a partir de enero de este año. En los primeros dos meses de este año -enero y febrero- la mayor parte de las siefores presentaron rendimientos negativos a precios de mercado.
Marzo y abril han sido meses en los que las afores han otorgado exiguos rendimientos, muy por debajo de la tasa objetivo de 3.75% que estableció el Banco de México, y en mayo la situación de los rendimientos ha vuelto a agudizarse.
El asunto de rendimientos reales negativos en las Siefores no es nuevo, lleva ya casi un año, aunque en los últimos meses se ha profundizado.
¿Qué es lo que está pasando? La razón principal es que las Siefores han generado fuertes pérdidas en sus inversiones en los bonos de largo plazo, debido al alza en las tasas de interés de estos títulos financieros y que ocupan altos porcentajes en sus carteras de inversión.
No hay que olvidar que pequeñas alzas en las tasas de estos bonos a 5, 7, 10, 20 o 30 años provocan fuertes caídas en los precios de los bonos y, por lo tanto, se generan minusvalías en los precios de los fondos de inversión para el retiro (siefores).
En el pasado han ocurrido episodios como éstos, aunque de menor duración. Ahora el problema que enfrentan estos fondos es la larga duración de la especulación en torno a la política monetaria del Banco de México –que está íntimamente ligada a las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos- y las presiones que viene sufriendo el peso mexicano en todo este tiempo, con una depreciación significativa.
No hay una expectativa –no se ha creado desde las autoridades monetarias con medidas precisas- de que estas pérdidas en los bonos de largo plazo se vayan a detener en el corto plazo. Incluso una alza inmediata en la tasa de fondeo podría producir una mayor expectativa de pérdidas de capital en los bonos de largo plazo, con efectos nocivos sobre la salida de capitales, como ha venido ocurriendo, y –claro está- con mayores pérdidas para los fondos de inversión para el retiro.
El momento es complejo, pero la Junta de Gobierno del Banco Central debe actuar en este sentido -quizá elevando la tasa a la que los bancos piden prestado valores del gobierno- para detener esta especulación nociva que, en primera fila y entre muchos otros efectos, ya ha provocado serios daños a los rendimientos en el ahorro para el retiro de los trabajadores. Y que lo seguirá provocando ante una espera -sin tregua- sobre la decisión que tome la FED estadounidense.
El asunto es de la mayor importancia.