Uno de los principales argumentos que ha usado el gobierno de Enrique Peña Nieto en los últimos meses para promover públicamente su propuesta de reforma energética, ha sido la reducción en los precios de los energéticos.
El propio Presidente de la República y sus secretarios de Hacienda y de Energía han insistido en diversas ocasiones en que la aprobación de las propuestas de las diversas leyes energéticas traerá, como consecuencia, una reducción a mediano plazo en los precios de la electricidad, el gas e, incluso, de las gasolinas, que pagan ahora los mexicanos.
En primera instancia habrá que tomarle la palabra al gobierno federal y discutir públicamente si las propuestas de ley que ha presentado al Congreso en la materia, realmente lograrán esos objetivos que ahora promete para el bolsillo de los consumidores mexicanos.
En ese sentido es que las preguntas que planteó públicamente el cineasta Alfonso Cuarón sobre cuándo bajarán los precios del gas, gasolina, combustóleo y energía eléctrica; cuál es el cronograma de estos beneficios, y por qué no debatir públicamente estos últimos, me parecen no sólo pertinentes, sino obligadas de responder para un gobierno cuyo eje rector de su proyecto reformista es precisamente la reforma petrolera y energética.
Concuerdo con aquellos que piensan que el Congreso es el espacio legal para este debate. Sin embargo creo que en una decisión tan trascendente como esta, el gobierno tiene la responsabilidad democrática de informar, debatir y convencer directamente a los ciudadanos; no con propaganda unilateral, sino con respuestas y argumentos.
Es el caso de la prometida reducción de precios en gas, electricidad y gasolinas. ¿Realmente bajarán los precios de estos combustibles de aprobar el Congreso, tal cual, las leyes enviadas por Enrique Peña Nieto, o es sólo un acto de propaganda necesario para la aprobación de las reformas?
Una encuesta reciente de Buendía & Laredo revela que sólo 15% de los mexicanos cree en la promesa del Presidente de que la reforma reducirá los precios de la electricidad; y sólo 11% cree que los precios de las gasolinas se reducirán, mientras que 77% piensa que seguirán aumentando. Las cifras son abrumadoras y no dejan dudas sobre lo que ahora piensa la gente, y de allí que la primera respuesta del gobierno a Cuarón es que el debate se dará… pero en el Congreso.
Regresando a la pregunta original. ¿Bajarán los precios de los combustibles para las familias con este paquete de leyes? Tengo muchas dudas de que ello vaya a ocurrir con las tarifas de electricidad en el mediano plazo y, mucho menos, con el precio de las gasolinas.
Las dudas de que ello ocurra tienen que ver, principalmente, con si se darán o no las urgentes transformaciones en la estructura, gestión y eficiencia operativa de la Comisión Federal de Electricidad y de Petróleos Mexicanos. Y es que los precios de los productos y servicios finales que ofrecen al mercado no sólo están determinados por el costo de las materias primas que usan ambas empresas, sino también por sus costos operativos, por la calidad de su gobierno corporativo, por la calidad de las decisiones estratégicas que adoptan y por la decisión gubernamental en torno a los subsidios.
Entonces para que los precios finales de los combustibles efectivamente se reduzcan sin incrementar subsidios, tanto Pemex como CFE tendrán que sufrir una transformación corporativa y estratégica a fondo con objetivos precisos sobre su eficiencia operativa y estado de resultados, y con efectos positivos sobre la competitividad de ambas empresas públicas en un tiempo prudente. Asuntos que, por ahora, no son tan claros en la propuesta de leyes del Ejecutivo y que el Congreso deberá discutir y, en todo caso, enmendar.
Mientras ello no se de, difícilmente pensaremos que los precios de los combustibles se reducirán, sin subsidios de por medio.
Samuel García
Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.