El fracaso de la CURP

19 Febrero, 2014
El Observador

Voy a confesarle algo: Tengo dos claves “únicas” de registro de población -que conocemos comúnmente como CURP- ese documento de identidad que después de tantos años aún no sé, bien a bien, para qué sirve en el día a día.

De hecho, en algún momento se me entregaron tres distintas CURP, pero de un tiempo para acá me he quedado sólo con dos: Una que me entregó la Secretaría de Gobernación, y otra -distinta- que me dio en automático hace ya varios años el Servicio de Administración Tributaria, el SAT, dizque para fines fiscales.

Cuando en su momento intenté unificar mis dos claves “únicas” de identidad, fue imposible. En Gobernación se me dijo que la clave que emitían era la correcta, pero el SAT ha mantenido la CURP que me otorgó inicialmente. Así he vivido por muchos años con mis dos claves de identidad oficiales, sin que nada ocurra. Es la informalidad en los registros ciudadanos que elabora el gobierno; registros a los que se destinan miles de millones de pesos desde el presupuesto público con la anuencia del Congreso.

Mi caso es el de millones de mexicanos. Por eso más que una confesión sobre un asunto personal y privado, debe ser una denuncia colectiva en contra del gobierno federal y de sus responsables, por transgredir el derecho a la identidad de los ciudadanos y por su irresponsabilidad en el manejo de los recursos públicos asignados a tal fin.

Y es que el tamaño y la permanencia de la ineficiencia en estos registros, sólo son comparables al grado de cinismo para explicarlos. Ayer Excélsior informó el “mea culpa” de la Secretaría de Gobernación en su Programa Sectorial 2013-2018. A la letra dice Gobernación, según refiere el diario: “De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, la población de México asciende a 112, 336, 538 habitantes y las proyecciones del Consejo Nacional de Población para junio de 2013 se estimaron en 118, 395, 054 personas, mientras que la BDNCURP (Base de Datos Nacional de la Clave Única del Registro de Población), a octubre de 2013, contaba con 177, 892, 081 registros”.

Es decir, se reconocen las barbaridades cometidas en el registro de la CURP durante años: Que hay casi 60 millones de registros de ciudadanos mexicanos en exceso; la mitad de la población actual. Es evidente que si los responsables de la Secretaría de Gobernación y sus operadores trabajaran en una empresa privada, errores menores que éstos ya habrían sido motivo suficiente de despido e incluso de demandas legales por los daños y perjuicios cometidos. Pero esto -tristemente- no ocurre así cuando se trata del gobierno, del dinero de los contribuyentes y de los daños que se provocan a los derechos de los ciudadanos.

La explicación que ofrece la Secretaría de Gobernación por los errores cometidos también es digna de atenderse. Dice que estos errores con el registro de la CURP se deben a: “fallas en los emisores responsables, que permitieron generar claves sin contar con un documento probatorio de identidad, errores de captura por parte del personal operador del sistema para la generación de la CURP, insuficiente información sobre defunciones, y población con más de un documento probatorio de identidad”. En suma, con toda esta colección de fallas garrafales en un gobierno que se propuso contar con un registro de población, simplemente nunca se debió emprender tal proyecto. Y de ello los responsables deben rendir cuentas.

Éste -el de los registros de identidad ciudadana- es un caso concreto en el que es importante la participación de las organizaciones ciudadanas en la vigilancia del respeto a los derechos ciudadanos y en la rendición de cuentas de estos procesos. El registro de la CURP es de esos fracasos monumentales que deben detenerse ya; y no volver a repetirse.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.