¿Es México atractivo para la inversión extranjera directa?
Los resultados de este año para México son particularmente preocupantes. Dentro de los 25 países más importantes receptores de inversión extranjera directa (IED), nuestro país cayó en 9 posiciones, pasando del lugar 9 en 2015 al 18, la mayor caída entre todos los países.
La pérdida de atractivo de México fue incluso mayor a la de Brasil, país inmerso en su peor recesión en más de 30 años y con una crisis política
sin precedentes que lo hizo perder 6 lugares en el Índice, ubicándose en la posición número 12. ¿A qué se debe este desplome de México en la percepción de los
inversionistas extranjeros? Todos los días se escuchan declaraciones de que la economía del país es sólida, que está mucho mejor que la de los demás países latinoamericanos u otros países emergentes, o que la política económica es prudente y responsable. ¿Será que esto no es del todo cierto o es que existen otros factores que son igual, o más importantes, por los que el país no es tan atractivo?
Los factores más importantes
1 2016 A.T. Kearney Foreign Direct Investment Confidence Index. En el estudio de A.T. Kearney se presentan los factores más importantes que consideran las empresas extranjeras para tomar sus decisiones (Ver cuadro). Dentro de los 10 más importantes destaca, en primer lugar, que 6 tienen que ver con las políticas gubernamentales (“Governance and regulatory factors”), mientras que los otros 4 se refieren a factores de infraestructura y condiciones de mercado (“Market assets and infrastructure factors”).
En segundo lugar, debe notarse que los 3 principales factores de atractivo para la IED y con igual grado de importancia son: 1) Tamaño del mercado doméstico, 2) Costo de la mano de obra y 3) Transparencia regulatoria y ausencia de corrupción. México, tiene atractivo por los dos primeros factores, pero una clara falta de atractivo por el tercero que muy posiblemente compensa o neutraliza en alguna medida a los primeros.
De hecho, el atractivo de México para la IED poco tiene que ver directamente con las políticas gubernamentales: el país es atractivo porque somos muchos mexicanos (tamaño del mercado) y porque los salarios son bajos (exceso de mano de obra no calificada). Adicionalmente, otro elemento positivo que seguramente debería añadirse es su ubicación geográfica.
Esta percepción coincide con los resultados del Reporte Mundial de Competitividad del Foro Económico Mundial, el cual también ubica la mayor ventaja competitiva de México en su tamaño del mercado y en los bajos salarios.
Por otro lado, dado que el tamaño del mercado y el costo de la mano deobra no cambiaron significativamente en el último año, la explicación de la pérdida de atractivo del país para la IED necesariamente tiene que ver con los factores como la falta de transparencia y la corrupción, o con el siguiente factor en importancia mencionado que es el “Ambiente general de seguridad” (ver cuadro).
Tendencias de la IED en México
Si bien estos resultados son preocupantes, si se analiza el comportamiento de la IED de los últimos años no deberían sorprender del todo, al menos por dos razones. La primera es que México lleva muchos años recibiendo un volumen de IED reducido en comparación con su tamaño y su potencial. Como ejemplo, Brasil con los graves problemas que enfrenta, recibió el año pasado una inversión extranjera equivalente al 4.6% de su PIB, mientras que la de México apenas llegó al 1.6%, con todo y las “reformas estructurales”.
La segunda razón es que si se revisa la composición de la IED que entrado a México, la mayor parte corresponde a inversiones de empresas que ya están en el país (reinversiones) o a la compra de empresas mexicanas ya existentes (como Banamex, Grupo Modelo, Grupo Comex, Vitro o Iusacell, entre otras).
Peor aún, el porcentaje de inversiones de nuevas empresas ha disminuido de manera continua desde el año 2000. Mientras que en 2001-2006 el 56.1% de la IED correspondió a inversiones nuevas, la proporción disminuyó a 46.6% en 2007-2012 y cayó aún más en 2013-2015 (35.6%).
Aun cuando las reinversiones o la compra de empresas ya establecidas no son negativas, sin lugar a dudas su potencial para la generación de empleos y para un mayor crecimiento económico son menores a los que se tendrían si el país atrajera a nuevas empresas extranjeras.
En conclusión, se puede decir que el país está perdiendo atractivo para la inversión extranjera (y para la inversión nacional también) y que las principales razones tienen que ver con la ausencia de políticas públicas claras y efectivas en materia de transparencia, combate a la corrupción y seguridad pública. Por ello, seguir resaltando el manejo macroeconómico prudente, la “solidez” de la economía mexicana o las reformas estructurales no será suficiente para lograr un crecimiento más acelerado.