Dilemas hacia 2018

Los dilemas respecto al candidato de cada partido para el 2018 son característica descriptiva en cada sección política.
6 Marzo, 2017

Lo que sabemos de la justa de 2018 puede no ser mucho, pero es muy importante porque prefigura dilemas que harán del proceso de campaña, una fuente de no pocas sorpresas y vicisitudes y éstas, a su vez, tendrán efecto en las carreras que emprendan los candidatos(a) a la presidencia.


El dilema mayor proviene del hecho de que si bien los aspirantes a ocupar el cargo de la presidencia, tratarán de presentarse como las más deseables alternativas frente a los problemas del país, no podrán sin embargo utilizar con plena efectividad la marca del partido que los cobije.

Esto por la sencilla razón de que el descrédito de los partidos es grande; muy pocos ciudadanos confían en ellos.
No es necesario ver resultados de encuestas sobre el particular. Todo el mundo lo sabe. De ahí una derivación interesante que son las candidaturas independientes, aquellas que no traen como lastre a los partidos pero que como posibilidad han perdido el atractivo que tenían.

El segundo dilema es de carácter temático. Cuando la corrupción/inseguridad entren en los reflectores, cosa que parece inevitable, los aspirantes encontrarán otro desafío más al tratar de integrar una oferta coherente y sobre todo verosímil frente a los electores. Pues de alguna manera la violencia y la corrupción van a estar presentes en la mente de los ciudadanos.

 

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Otro dilema sobreviene del hecho de que los partidos -con todos sus problemas de imagen- tienen de su lado la ventaja relativa frente a los independientes en cuanto a recursos y aparato de movilización.
Esa ventaja relativa no es menor puesto que en México el voto de movilización, el voto de clientela, contará sin duda. ¿Concentrarán los partidos su punto focal en la movilización o tratarán de cortejar electores independientes cuya cuantía no es menor?

Un dilema o contraste con elecciones pasadas es que el PRI ya había definido perfectamente cuál era su carta para el triunfo años atrás. Así lo vimos en la carrera del presidente Peña hacia la presidencia. Pero ahora ha sido más bien al contrario: se acercan los momentos de definición de partidos y candidatos(a) y no se sabe bien a bien con qué carta va a jugar el PRI.

 

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Los propios panistas están en un dilema: los Calderón están poniendo todos sus recursos detrás de allegarse más capital político y conseguir que, en el electorado abierto logre resonancia y presencia Margarita.
Sin embargo, Ricardo Anaya luce cada vez más fuerte en su partido de acuerdo a algunas de las encuestas más mencionadas como lo es, por ejemplo, la de Reforma de noviembre pasado. En otras palabras, si en 2006 Calderón tenía al PAN, ahora parece que quien lo tiene es Anaya.
Otro dilema es el que proviene de tener demasiados aspirantes en la boleta, siendo que existe evidencia de que muchos electores arrancan en el proceso político siendo indecisos y pudiendo dar apoyo considerable a algun de las alternativas, reduciendo con ello los márgenes de los suspirantes mejor posicionados.
Otra manera de señalar este hecho contradictorio es: ¿la fragmentación, si ocurre, beneficiará a alguna de las alternativas a alguien en particular?

Las dilemas de inicio -dado el descrédito de los partidos vis-a-vis los candidatos(as)  -  parecen favorecer a los independientes. Pero tampoco es evidente o claro que la disputa por una candidatura ciudadana verifique una fuente de fortaleza de los independientes.
Ya suenan los nombres de Emilio Álvarez Icaza, pero también el Bronco, Jorge Castañeda y Ferriz de Con, además de algunos académicos. ¿Quién logrará reunir las firmas necesarias para capturar el registro de una candidatura independiente con el fin de hacerse de las preferencias de todos los electores que no representan el voto duro de los partidos?

Emilio Álvarez Icaza, El Bronco, Jorge Castañeda.

Por lo pronto ya se ve para el PRD un dilema muy claro respecto al proceso del 2018. El Senador Barbosa afirma haber encabezado una fracción plural puesto que en ella ha habido conversos al lopezobradorismo. El propio Barbosa afirma apoyar a Andrés Manuel para la aventura del 2018.
Mientras no haya una definición del PRD al respecto -me refiero al apoyo-, el incentivo de algunos perredistas a convertirse a Morena es grande. Y como no parece cercano y factible que el sol azteca como tal debata el tema, la fuente de división hacia el lopezobradorismo sigue ahí.

Finalmente, un dilema relevate es el que conlleva el PRI por ser partido en el gobierno -además de las percepciones de los electores en materia de inseguridad que pueden ser de mucho peso al otorgar su calificación a un gobierno del tricolor- está un ciclo económico que parece tener problemas que lo llevan a la baja más que otra cosa.
Esto resultará así a menos que la locomotora estadunidense mostrara ya en el mediano plazo (2018) un dinamismo considerable que nos beneficiara como socio comercial. Aquí hay más interrogantes que respuestas pues no está clara cuál va ser nuestra situación como socios comerciales y cuál va a ser el status de la relación bilateral.

@CJonesTamayo​

Claudio Jones Claudio Jones Politólogo del ITAM, maestro y candidato al doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de Columbia. Experto en procesos electorales y en el sindicalismo moderno. Co-autor de diversos libros en el CIDAC.