El Tri, un barco sin rumbo

Los constantes fracasos de nuestro futbol a nivel selección son frutos que todos cultivan.
23 Noviembre, 2018
La afición mexicana se decepciona cada cuatro años con la selección nacional
La afición mexicana se decepciona cada cuatro años con la selección nacional
Tiempo extra

El futbol de selecciones es sumamente especial.

Su nivel no es siquiera cercano al que se ve cada fin de semana con los clubes, sin embargo, tiene cuestiones únicas que hacen que el aficionado se sienta más identificado que nunca. La representación nacional es un orgullo que se transmite de los jugadores a la afición, es un orgullo que a lo largo de la historia ha caracterizado a los seleccionados.

Las selecciones nacionales dan muestras de que el futbolista profesional aún tiene algo de amateur dentro de él. Por algunos días, aquel profesional que sus preocupaciones son renovar un contrato o ser la cara de una marca de moda, son olvidadas por un momento, y se centra en representar a su país. 

El sueño de todo futbolista es ver su nombre dentro de la convocatoria para ir a jugar con su selección o al menos eso se creía. La situación con varios futbolistas mexicanos, es totalmente adversa. Ese orgullo por estar en el ‘Tri’, del que tanto se presumía, parece haberse disuelto.

Los tan idolatrados seleccionados nacionales, son quienes ponen condiciones para asistir a las convocatorias y si no se les cumplen, simplemente se niegan a asistir. Por su parte, hay quienes deciden cuántos partidos y cuántos minutos jugarán. Y ya de plano, hay a quienes simplemente no les interesa jugar con la selección mexicana.

Luego de otro fracaso en la Copa del Mundo, en la que varios futbolistas estuvieron por debajo de su nivel, la situación en el ‘Tri’ ha sido un completo desastre. No se ha podido formar un proyecto, comenzando con el técnico. Se ha recurrido a un entrenador que no quiere estar y a futbolistas que condicionan su presencia.

 

Se ha recurrido a un entrenador que no quiere estar y a futbolistas que condicionan su presencia

 

Es decir, tenemos una selección en la que los dirigentes no pueden formar un proyecto en 6 meses. Finalmente se consiguen partidos ante rivales de peso, pero con los seleccionados habituales ausentes por decisión propia. Una selección en la que los clubes, no el técnico, son quienes deciden cuánto tiempo pueden jugar sus futbolistas, no vaya a ser que se cansen.

Los constantes fracasos de nuestro futbol a nivel selección son frutos que todos cultivan. Los técnicos, los futbolistas, los clubes, los directivos, todos son responsables  de un resultado que se repite cada cuatro años y que nos tiene estancados en el mismo sitio desde hace 20 años.

La selección mexicana es un barco sin rumbo, y más que la ausencia de un capitán, lo que preocupa es que su tripulación hace todo lo posible por bajarse.

Alonso Revilla Alonso Revilla Apasionado de los deportes, estudiante de Negocios Internacionales en la Ibero, comentarista en EXA 95.5 Querétaro y colaborador en donbalon.com