Autos voladores y carreteras subterráneas, dos proyectos a punto de volverse realidad

Entre las propuestas para combatir los problemas de tránsito en el mundo, las de The Boring Company y empresas como Samson Sky están muy cerca de llevarse a cabo.
18 Enero, 2019 Actualizado el 18 de Enero, a las 13:17
El empresario Elon Musk en The Summit 2013 (Foto: Dan Taylor - flickr)
El empresario Elon Musk en The Summit 2013 (Foto: Dan Taylor - flickr)
Arena Pública

El insoportable tráfico vehicular que se genera en las principales ciudades del mundo puede tener los días contados.

Y es que existen dos proyectos para mejorar la vialidad: los autos voladores y las carreteras subterráneas; un sueño que está más cerca que nunca. 

La serie de dibujos animados Los Supersónicos, cuyo primer episodio fue transmitido en 1962, mostraba un futuro con bandas eléctricas para transportar a la gente, casas elevadas hasta las nubes y coches voladores.

Joseph Barbera y William Hanna, creadores de dicha serie animada, creían que este futuro llegaría en el año 2000. A casi 20 años de su predicción, estas cosas están cada vez más cerca de volverse una realidad.

En grandes metrópolis como Hong Kong, Los Ángeles, Nueva York, Moscú o la propia Ciudad de México, un trayecto que tomaría recorrer 20 minutos puede extenderse hasta en una hora y media debido al fuerte flujo de automóviles .

Para solucionar esta cuestión, diversas empresas líderes en tecnología y sistemas de transporte han desarrollado varias propuestas, de las que destacan dos.

En primer lugar, la increíble idea de la mítica serie de Hanna Barbera, los autos voladores. Uber e, incluso, la NASA son dos de las organizaciones que han destinado recursos para la investigación que haga posible esta idea. Empresas como Samson Sky y Terrafugia fueron creadas para desarrollar específicamente los proyectos de taxis y automóviles voladores.

Los diseños, a primera instancia, parecen ser más modelos a escala de aviones, helicópteros o drones, que la imagen ficcional que medios de comunicación han implantado en nuestra mente. No obstante, los primeros pasos ya están dados. En un futuro, podríamos ver vehículos que se puedan propulsar y mantener en el aire sin necesidad de alas o hélices.

 

 

 

El sueño es más antiguo de lo que se cree. Por ejemplo, hay que recordar los planos que el ejército nazi tenía de un avión de combate con forma circular, que remitía a la imagen de un platillo volador.

Todavía más lejos, hay referencias de un vehículo volador en textos sánscritos tan antiguos como del año 1,500 antes de Cristo. En textos como el Rig-Veda (el documento más antiguo que se conoce de la India) y el Ramayana (poema épico del siglo III a.C.) se relata el uso de vehículos voladores, llamados vimana. Desde entonces, el ser humano ya soñaba con conquistar el cielo.

De la misma manera, el inventor y artista italiano Leonardo da Vinci (1452-1519) hizo algunos planos de una maquina  que más tarde inspirarían al argentino Juan de la Cierva (1895-1936) para su autogiro, precursor del actual helicóptero

Pero no todas las ideas para mejorar la movilidad tienen que ver con surcar el aire. Algunas otras optan por transportarse bajo tierra.

El cofundador de Tesla Motors, Elon Musk, decidió crear The Boring Company un día a finales del 2016 que se quedó atascado en el tráfico de Los Ángeles. El principal proyecto de su nueva compañía es el de excavar túneles subterráneos que sean capaces de transportar vehículos a más de 200 hm/h hasta su destino.

La idea de Musk consiste en elevadores ubicados en ciertas partes de la ciudad, algo parecido a estaciones de metro, en el que el usuario estacionaría su vehículo. Ahí, esta especie de ascensor bajaría hasta el túnel y, por medio de un sistema de rieles, transportaría el coche hasta otro punto de la ciudad en pocos minutos.

El empresario sudafricano con ciudadanía estadounidense ya solicitó a las autoridades de la ciudad californiana los permisos para comenzar las excavaciones, sin embargo, no se los han concedido hasta la fecha. Aún hay varios aspectos que evaluar para determinar si el proyecto es viable, entre ellos, el costo que tendría la construcción de la vialidad.

Tanto en el caso de los autos voladores, como en el de la infraestructura subterránea de The Boring Company, se presentan varios inconvenientes que podrían echar a tierra la sustentabilidad de los proyectos. El impacto ambiental destaca entre ellos, pues la energía que se necesita para mantener una maquina en el aire es considerable, así como los recursos necesarios para excavar una red de túneles de gran extensión bajo la superficie. Aparte, ambas opciones podrían modificar el equilibrio natural.

Aparte de esto, el crecimiento de población haría que pronto estas soluciones se vuelvan parte del problema y se saturen los espacios aéreos, superficiales y subterráneos. Por este motivo, la pregunta de cuál será el futuro del trasporte sigue en el aire.

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