Crisis por sismo en Oaxaca y Chiapas, oportunidad para una mejor vivienda

Más 130 mil viviendas tuvieron un tipo de daño en ambas entidades por el terremoto del 7 de septiembre de 2017; muchas de ellas son de materiales precarios.
21 Septiembre, 2017 Actualizado el 21 de Septiembre, a las 16:45
Chiapas y Oaxaca fueron las entidades más afectadas por el terremoto del 7 de septiembre.
Chiapas y Oaxaca fueron las entidades más afectadas por el terremoto del 7 de septiembre.
Arena Pública

Dice la sabiduría popular que en el idioma japonés, crisis es sinónimo de oportunidad. Pues la crisis desatada por la devastación que ocasionó el sismo del 7 de septiembre de 2017 en Chiapas y Oaxaca, abre la oportunidad de que los damnificados tengan ahora una mejor vivienda.

Un buen porcentaje de los afectados en sus viviendas debido a los materiales precarios con los que están hechos. Y es que el material de las viviendas es la clave para entender la devastación del temblor.

El sismo del pasado jueves 7 de septiembre afectó principalmente a Oaxaca y Chiapas, tanto así que una semana después la Secretaría de Gobernación declaró como zona de desastre natural a 283 municipios de Oaxaca y 97 de Chiapas.

La declaratoria de desastre natural emitida a estos municipios les permitirá acceder a recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que deberán destinarse, entre otras cosas, a la reconstrucción de viviendas.

 

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¿Por qué los pobres son los más afectados? La respuesta parece lógica, es muy probable que las condiciones en las que viven los hagan vulnerables ante estos eventos, y sus efectos destructivos sean amplificados.

Rodolfo de la Torre, Investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, escribió en su cuenta de Twitter: “No hay desastres ‘naturales’. Hay vulnerabilidades creadas socialmente que son expuestas por las fuerzas de la naturaleza”.

 

Mala calidad de los materiales en techo y paredes

El material y las técnicas de construcción de las viviendas juegan un papel fundamental en los desastres naturales provocados por sismos y huracanes. Por lo que no es descabellado pensar que las malas condiciones de las viviendas en estos estados fueron un factor amplificador de la capacidad destructiva del sismo.

En Chiapas solo una de cada 3 hogares tenía un techo firme en el 2015, con losa de concreto pues, según la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

 

 

Esta cifra indica que de las 1 millón 238 mil viviendas que hay en el estado de Chiapas, los techos de 835 mil 870 viviendas de lámina de metal, paja o madera y pueden desprenderse ante fuertes vientos o caer cuando ocurren sismos fuertes.

En esa entidad, se tienen contabilizadas 80 mil 508 viviendas afectadas, de las cuales 58 mil 168 tienen daños parciales y 22 mil 340 más se encuentran con daño total.

En Oaxaca el panorama mejora un poco, de 1 millón 042 mil 941 viviendas, 480 mil 615 tienen un techo de concreto, lo que representa al 46 %, casi la mitad de las viviendas.

 

 

En esa entidad, las autoridades estiman en 51 mil el número de viviendas afectadas.

Si comparamos la situación de las viviendas en Chiapas y Oaxaca con la Ciudad de México, el contraste es abismal ya que en prácticamente 93% de cada vivienda tienen un techo de concreto.

De las 2 millones 600 mil viviendas en la CDMX, solo 6% tiene techo de lámina de metal, paja o madera, ese porcentaje se refiere a 159 mil 392 viviendas.

 

Ahora vendrá la tarea de reconstrucción en ambas entidades, aun no se ha dado detalles de cómo se realizará.

 

En Oaxaca y Chiapas una vivienda de cada cuatro tiene paredes hechas de lámina de asbesto o metálica, carrizo, bambú, paja, madera o adobe, lo que representa a 288 mil 274 y 328 mil 915 viviendas respectivamente, mientras que el resto de las viviendas tienen paredes hechas de tabique, ladrillo o cemento.

En la Ciudad de México solo una de cada cien viviendas tienen paredes hechas con materiales distintos al tabique, ladrillo o concreto, por lo que prácticamente todas las viviendas tienen paredes firmes.

 

Casas autoconstruidas y viejas

Otro factor importante para dimensionar la vulnerabilidad de las viviendas es el modo de adquisición. Si las viviendas fueron autoconstruidas, heredadas o donadas por el gobierno existe una alta probabilidad de que no se hayan usado materiales y técnicas que garanticen la suficiente resistencia de las viviendas ante sismos u otros desastres naturales.

Para el caso de Oaxaca, de todas las viviendas 31% fueron autoconstruidas, 10% fueron heredadas y 1% donadas por el gobierno, por lo que podríamos decir que 340 mil 417 viviendas (poco más del 40% del total) son vulnerables a los sismos y otros desastres naturales.

 

 

En Chiapas poco más de una quinta parte de las viviendas fueron autoconstruidas y 13 de cada cien fueron heredadas o donadas por el gobierno, lo que indica que 343 mil 656 (una de cada 3) viviendas son estructuralmente vulnerables.

En Nuevo León y la Ciudad de México es muy diferente, donde solo el 18% y el 14% de las viviendas fueron autoconstruidas, respectivamente.

 

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A pesar de que el porcentaje de viviendas heredadas en la Ciudad de México es mayor que en Oaxaca y Chiapas, también es lógico pensar que una vivienda heredada es más antigua en estos dos últimos estados que en la Ciudad de México.

 

MÁS INFORMACIÓN: Encuesta Intercensal 2015, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2015.