Quiero mejorar mi vida pero ¿Cómo cambiar o formar hábitos?
Constantemente queremos cambiar la forma en que vivimos. Tenemos ganas de leer más, de mejorar nuestra dieta, de hacer más deporte, etc. Sin embargo, a pesar de que damos los primeros pasos, generalmente terminamos claudicando en el intento y volvemos indefectiblemente a nuestra rutina.
Nos cuesta entender que los procesos para el ser humano son lentos y requieren de tiempo, además de voluntad.
¿Por qué nos resulta tan dificil formar buenos hábitos? ¿Por qué no logramos ser constantes con el cambio? ¿Cómo es posible que, a pesar de que tenemos toda la intención de convertirnos en mejores personas, desistimos tan fácil al ver la falta de progreso? Y lo más importante, ¿Podemos hacer algo al respecto?
Quizás, el problema radica en que, como estamos tan entusiasmados y optimistas con la idea de generar cambios, caemos en excesos, de los cuales nos cuesta demasiado recuperarnos. Por ejemplo, te apuesto a que te ha pasado que quieres hacer deporte y en el primer día de gimnasio, te esfuerzas tanto por ver resultados pronto, que luego terminas con dolores atroces y un cansancio del cual te cuesta un montón recuperarte.
Lo mismo pasa con los cambios en la dieta. Generalmente las personas, cuando quieren adelgazar, apartan de su comida el pan, el azúcar, las frituras y al cabo del primer día, lo único que piensas es en comerte la heladera entera.
Lo cierto es que estamos acostumbrados a la inmediatez y queremos resultados ahora. Pero si queremos cambios reales, necesitamos partir de a poco. Necesitamos pasar por un "proceso" y es la única forma que tenemos para que nuestros cambios se perpetuen en el tiempo y sean realmente efectivos.
Tienes que saber que los sueños (como bajar de peso, entrar a estudiar, aprender un idioma o lo que sea) son muy diferentes al trayecto que debemos transitar para conseguirlos.
De menos a más
Si quieres cambiar tus hábitos, ya sea, dejando los malos o adquiriendo nuevos y mejores, lo primero es realizar pequeñas modificaciones, para que nuestro cerebro las pueda procesar y automatizar.
Por ejemplo, podrías comenzar con tomar más agua. Que lo primero que hagas en la mañana, luego de despertar, sea tomar un vaso grande de agua. Eso permite hidratar tu cuerpo, mejora el flujo de oxígeno a tu cerebro y le aporta una mayor sensación de saciedad a tu estómago a la hora de desayunar, entre otros beneficios.
Este simple gesto de llenar un vaso con agua y beberlo, no te va a significar un esfuerzo demasiado grande, no tienes que salir de casa para hacerlo, no cansa, no duele, no tienes que gastar dinero, ni hacer tiempo en tu agenda. Es un hábito muy favorable, que puedes automatizar en un tiempo muy breve. Si eres constante, vas a ver que en un par de semanas, ya lo vas a tener tan naturalizado que será un nuevo hábito. Lo harás de forma automática y ya no tendrás que pensar en eso.
Si piensas en metas grandes, sólo podrás conseguirlas cuando tengas el tiempo necesario o los recursos para invertir en ello, y eso te va a frustrar, porque nunca parece ser el tiempo indicado para nada.
Tienes que comprender las metas como el hecho de entrar al mar a nadar. Primero debes llegar a la orilla; acostumbrarte a la temperatura del agua, y de a poco, ir entrando hasta que tengas la certeza de que ya puedes nadar. Para eso, ya no vas a depender de la motivación. Solo lo harás.
Las metas de vida son fabulosas ya que te dan una ruta; una dirección, pero también pueden ser engañosas y llevarte a tomar más de lo que puedes, según tus capacidades. En cambio, los hábitos cotidianos (pequeñas rutinas repetibles) son una forma expedita, con la que puedes convertir los sueños en realidad.
Algunos consejos
1.- Realiza un cambio a la vez. Que sea pequeño y sencillo de hacer. Esto te ayudará a conseguir cambios más rápidos y, cuando adquieras este tipo de hábitos, te vas a sentir bien y con motivación para realizar los siguientes, porque ya lograste el éxito.
2.- Los primeros cambios deben ser medibles y concretos. Si tomas un vaso de agua en la mañana, sabes que lo hiciste. Distinto es decir "voy a ser más productivo/a". ¿Cómo puedes saber si realmente lo fuiste? Poder evaluar los cambios, permite ver progreso.
3.- Repite tus acciones. Si no logras un método que te permita ser constante, todo tu esfuerzo se habrá perdido. No te olvides de que al hábito se llega por la rutina y a la rutina por la repetición.
4.- Considera y ten en mente cuál es la meta. Sólo necesitas hacerte algunas preguntas para saber que vas por buen camino: ¿qué quiero?, ¿para qué?, ¿con qué lo voy a lograr –valores, actitudes, fortalezas–?
5.- Encuentra tiempo. Prográmate y crea una rutina.
6.- Dale prioridad a los cambios. Si postergas aquello que quieres hacer, muy pronto dejarás de hacerlo.
7.- Ahora es cuando. Cualquier día es bueno para mejorar, y qué mejor que comenzar hoy mismo.
8.- No pierdas la disciplina. Se trata de una forma de mostrar afecto y respeto a uno mismo.
Ojalá tengas éxito.