El perdón fiscal es un acto de corrupción de los diputados

Aristóteles Núñez encabezó el órgano de recaudación tributaria del país durante cuatro años y en entrevista con Arena Pública reveló que durante su mandato auditó a ocho gobernadores y a un expresidente de la República. Las reformas del Presidente Enrique Peña Nieto no han sabido venderse, asegura.
8 Mayo, 2017 Actualizado el 17 de Julio, a las 17:04
Las redes sociales están llenas de mentiras, por lo que me sentí comprometido a poder interactuar en redes sociales tratando de externar un punto de vista y tratando de fijar una verdad desde mi opinión.
Las redes sociales están llenas de mentiras, por lo que me sentí comprometido a poder interactuar en redes sociales tratando de externar un punto de vista y tratando de fijar una verdad desde mi opinión.
Arena Pública

A Aristóteles Núñez Sánchez le tocó lidiar con los cambios.

Como jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT) fue responsable de implementar una reforma fiscal cuestionada, pero que logró incrementar la recaudación de impuestos. "Sabía que tenía que tener muchos más ingresos para cumplir los proyectos que tenía el Presidente Peña", recuerda Núñez como uno de sus prioridades.

El funcionario de 47 años se encargó también de investigar a exfuncionarios y celebridades que invirtieron sus recursos en paraísos fiscales y que fueron descubiertos por la investigación periodística conocida como Panama Papers.

Todo ello en cuatro años, pues Aristóteles renunció a la titularidad del SAT en septiembre de 2016 al tiempo que lo hizo el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

Aristóteles es originario de Oaxaca, pero su trayectoria de casi tres décadas ha transcurrido en el sector público entre instancias federales y el Estado de México.

Es administrador Industrial por el Instituto Politécnico Nacional con una especialidad en finanzas. Antes de llegar al SAT fue subsecretario de Ingresos en la secretaría de Finanzas del gobierno del Estado de México. 

Desde 1991 ha ocupado diversos cargos en entidades como el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), la secretaría de Comunicaciones y Transportes y la secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En entrevista para Arena Pública quien lideró al SAT durante cuatro años confesó que durante su mandato auditó a ocho gobernadores y a un expresidente, señaló además que las reformas no han sabido venderse, entre otros asuntos.

A continuación compartimos la entrevista completa:

 

¿Qué te motivó a esta interacción pronta en las redes sociales después de dejar el SAT?

Estuve un par de meses después de que salí del SAT muy silenciado en las redes sociales porque creía que era necesario guardar un tiempo respecto a mi salida, incluso procesarla en el sentido de lo que implicaba tener un estrés y una dinámica muy fuerte diaria y de repente ya no tenerla.

Pero llegó un momento en el que la opinión y la interacción con quién hoy está en redes sociales es muy valiosa.

Las redes sociales están llenas de mentiras. El 80% de lo que se dice en redes sociales es una mentira. Por lo que me sentí comprometido a poder interactuar en redes sociales tratando de externar un punto de vista y tratando de fijar una verdad desde mi opinión.

Yo soy respetuoso de quien opina diferente, pensando una cosa distinta, creyendo otra cosa que no necesariamente es verdad.

 

Me gustaría escuchar esto de una buena parte de los funcionarios públicos actuales

Lo van a hacer cuando estén en campaña, por conveniencia política más que por rendición de cuentas.

 

A la distancia ¿sigues creyendo que la reforma fiscal que se implementó entre 2012 y 2016 era lo que necesitaba el país?

Le faltaron quizá un par de cosas, pero sin duda hoy podríamos decir que esa reforma fiscal vino a estabilizar las finanzas públicas sin haber nosotros previsto lo que nos iba a suceder.

Se hizo a tiempo, se hizo con el ánimo de empezar a poner orden fiscal en el país, pero no se sabía lo que nos iba a pasar con el tema de la plataforma petrolera.

Corrimos con mucha suerte de haber implementado esa reforma en 2014, permitió tener recursos disponibles frescos, para enfrentar una caída en la producción del petróleo y una caída en el precio.

A la sociedad hay que decirle las cosas como son. Hoy Pemex pierde entre 800 y 1,000 millones de pesos diarios.

 

 La reforma fiscal  permitió tener recursos para enfrentar una caída en la producción del petróleo y una caída en el precio.

 

Pemex no perdía eso hace diez años, ganaba muchísimo, producía o extraía petróleo en alrededor de 3.4 millones de barriles diarios y hoy está apenas en 2 millones. Se nos cayó la producción y el precio.

En 2013 todavía el precio del petróleo andaba arriba de 90 dólares por barril; subió un poco el año pasado a 35 y ahorita está como en 49.

Tenemos una caída muy fuerte en los ingresos y si no logras recuperarlos de otra fuente eso se convierte en deuda y por eso el país tiene la deuda que tiene.

En la medida en que dejas de tener ingresos y tienes un gasto que no puedes disminuir -sucede en los hogares- te puedes endeudar con la tarjeta de crédito, eso le pasa al país.

 

Fue una reforma a tiempo, no la que hubiésemos querido porque quedó pendiente el tema del IVA en una tasa que pudiera ser generalizada y simplificarles la vida y la contaduría a los contribuyentes.

 

Pero no procesaba fiscal, social, política y económicamente la propuesta. Iba a ser muy difícil.

Siempre lo he dicho, estoy de acuerdo con el IVA generalizado, tasa a 16% todo: alimentos, medicinas, siempre y cuando puedas resarcir vía transferencias a un segmento de la población que tendría un impacto muy fuerte en la contracción de su poder de compra, porque les tasarías muchos de los bienes donde consumen o gastan el 60% de su ingreso.

 

Pero tampoco se intentó negociar esta parte políticamente para que pasara

Sí, se estudió en Hacienda esa propuesta como muchas otras alternativas, pero la factibilidad política, económica y social no era la mejor para 2013.

Incluso recuerdo que traíamos una contracción en el mercado, había un bajo nivel de confianza del consumidor, se detuvo mucho el ejercicio del presupuesto y no era el momento adecuado para pensar en que lastimaras el bolsillo de los hombres que menos tienen recursos.

 

¿Hay alguna otra cosa de la reforma que sientes que quedó fuera y que era importante incluirla?

Sí, el Impuesto Sobre la Renta.

Si alguien quisiera mapear el cumplimiento de las obligaciones del SAT que están en la ley del Impuesto sobre la Renta no le alcanzarían las planas para poder hacer todo ese árbol de decisiones, de si entonces eres honorarios o eres asalariado o si tienes arrendamiento, si tienes dividendos, si eres parte relacionada, si tienes pagos provenientes del extranjero, etcétera.

Es muy complejo cumplir y eso se deriva de la ley, no es porque el SAT sea ineficiente en desarrollar mejores sistemas nuevos, sino que la ley ya lo hace complejo.

Tiene ahí exenciones, tiene tratamientos en decretos, tiene tratamientos en reglas misceláneas.

Y si tú quieres poner ese marco jurídico regulador en un mapa, no lo vas a terminar, eso también complica los sistemas, complica el cumplimiento. 

 

Tenemos una gran deuda que es hacer más simple el cumplimiento para los contribuyentes y más duras las sanciones a quienes tienen planeaciones fiscales agresivas.

 

Para los abogados de despachos fiscalistas que promueven estas estrategias pero que no se hacen responsables, que embaucan a un contribuyente, lo dejan a merced del fisco con créditos enormes y ellos se lavan las manos después. 

Yo creo que también deben ser sancionados.

 

¿Qué porcentaje de mexicanos ocupados paga el ISR?

Hay 28 millones de mexicanos que están dentro de la ocupación formal, la mayoría de ellos como asalariados, y de ellos la mayoría tiene ingresos por debajo de tres salarios mínimos ¿eso qué significa?

Si bien es cierto que se hace la retención sobre esos tres salarios mínimos, estamos hablando de que el 60% de los asalariados tiene 7,200 pesos de ingresos, no en promedio, si no como máximo.

También hay un subsidio para el empleo que neutraliza la carga tributaria, por un lado se les hace una retención y por otro lado el patrón tiene la obligación de ofrecerles un subsidio para el empleo del mismo valor. En caso de ingresos menores el subsidio le da un ingreso extraordinario al trabajador en estricto sentido.

 

El 60% de los 28 millones no paga Impuesto sobre la Renta, se le está neutralizando o bien está recibiendo un subsidio para el empleo, el otro 40% es el que está pagando una tasa promedio de 13 puntos porcentuales respecto de sus ingresos por sueldos y salarios. 

 

En promedio alrededor de 10 u 11 millones de mexicanos paga una tasa efectiva sobre sus ingresos totales de 13%, es decir, todavía estamos viendo que jala mucho el segmento de aquellos que tienen pocos ingresos, porque ese promedio debería ser entre 25% y 26%.

 

¿Qué porcentaje de empresas pagan impuestos sobre las utilidades?

La mayoría de las empresas pagan un promedio de 2% de tasa efectiva, es decir, del total de sus ingresos por ventas, el Impuesto sobre la Renta representa 2 pesos de cada 100 ¿eso que significa? que la mayoría de las empresas que sí pagan los impuestos tienen un coeficiente de utilidad de entre 6% y 7%. 

Hay otras empresas que por su apalancamiento, inversiones, costos, todavía no llegan al punto de equilibrio, el Impuesto sobre la Renta se neutraliza.

El Impuesto sobre la Renta es sobre ganancias, hay muchas empresas que al estar empezando no tienen las ganancias entonces no pagan el Impuesto sobre la Renta, no obstante que den pagos provisionales, estos pagos resultan de un coeficiente de utilidad que todavía no existe, están empezando.

Hay otras empresas que llevan muchos años, una cementera muy grande en el país por ejemplo, sin embargo, tiene un nivel de apalancamiento que se lleva parte de su coeficiente de utilidad y entonces le neutraliza la base gravada, pero si tu ves grandes contribuyentes de este país, ellos más o menos están pagando entre dos y tres pesos sobre el total de las ventas.

Eso significa que deben traer entre un 6% y 9% de coeficiente de utilidad sobre su operación.

 

¿Cómo comparar internacionalmente estas tasas, especialmente con Estados Unidos?

En otros países anda entre 4% o 5%. A veces se nos olvida, pero la tasa efectiva del Impuesto sobre la renta en Estados Unidos -porque hay tasa federal, estatal e incluso algunas municipales- en el acumulado pueden llegar a 40% sobre el total de los ingresos menos sus deducciones y gastos; en México es de 30%.

 

¿Son respetados los derechos de los contribuyentes? Porque pareciera que el ciudadano se encuentra en una transacción de desiguales a todas luces

 

Sí, sí es desigual, porque una cosa es ser un sujeto activo y la otra un sujeto pasivo, una cosa es ser la autoridad fiscal y otra el contribuyente, te lo digo porque ahora soy contribuyente y estoy viviendo las incongruencias de ese SAT bárbaro y duro que es. 

 

Pero hay que entender el papel del SAT, es una autoridad, la que inlcuso tiene la facultad -constitucional- y la competencia de invadir tu domicilio sin ninguna orden.

 

¿No hay un problema de derecho a la privacidad del ciudadano según lo que dice la Constitución?

No, hay que leer muy bien el 16 constitucional.

Para invadir un domicilio necesitas una orden judicial, excepto tratándose de la confirmación - comprobación de la revisión de papeles de contabilidad de un contribuyente.

El artículo 16 hace una excepción tratándose de una auditoría fiscal y esa la da al aparato recaudatorio de este país, en resumen, al SAT. 

 

¿Se respetan los derechos? Depende, hay contribuyentes que se exceden estirando la ley para no pagar impuestos, que encuentran dentro de esta como hacer un fraude, lo que se llama elusión, no evasión.

 

Encuentran cualquier artificio, artilugio o recoveco legal con el ánimo de ir difiriendo el pago del impuesto.

Ya sea por recursos de provocación, con juicios de inmunidad, con amparos, ocultando la contabilidad, creando una empresa y cerrándola pronto para que no llegue el SAT. De cualquiera de esas cosas se están valiendo los que no quieren pagar impuestos.

Entonces diría, si no son contribuyentes los derechos deberían ser los menos, sin embargo, abusan de la disposición de la ley en esas figuras que existen, pero también hay otros contribuyentes que se sienten indefensos ante la autoridad por la dureza que tiene, por la recurrencia y la frecuencia con que se les hacen las auditorias fiscales.

Para ellos afortunadamente se avanzó, está la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), que hasta 2011 había tenido muchas dificultades para nacer, para constituirse como tal, no obstante que ya había una disposición de ley, incluso hubo una controversia con el ánimo de quitarle las facultades a esta procuraduría y nosotros la empujamos.

Creíamos que el SAT iba a ser tan fuerte como lo fuera la institución defensora de los derechos del contribuyente. 

 

Los grandes contribuyentes usan cualquier artificio, artilugio o recoveco legal para no pagar impuestos.

 

En ese sentido empezó a haber un balance, un mejor equilibrio para poder ofrecer una alternativa de defensa al contribuyente, pero también desde el otro ángulo hay muchos mexicanos que no contribuyen, los informales, por ejemplo.

Los informales pagan el Impuesto al Valor Agregado, pero no el Impuesto sobre la Renta. Quién sabe si tengan base gravable porque sus ingresos son muy bajos, quién sabe si lo tuvieran, pero no están sujetos a esa obligación por una resistencia a formalizarse. La ley los obliga. No lo han hecho. 

A los informales no les podrías conceder un reclamo de que no se están respetando sus derechos porque ni siquiera cumplen con sus obligaciones.

 

De los grandes contribuyentes ni hablar de sus derechos, están abusando de la ley; los informales, ni hablar de sus derechos, no están cumpliendo con su obligación tributaria. Quienes sí están son la clase media, principalmente los asalariados, son quienes sienten indefensión y el ejercicio extremo de la autoridad en la cobranza, es cierto.

 

Cuidamos hacer las auditorias con una sonrisa y que fuera lo más sincera posible porque si no pensaban que nos estábamos burlando, pero la intención cuando yo llegue al SAT era: miren la autoridad no disminuye si eres cordial, la facultad tampoco se demerita si tú eres cortés, hagamos nuestra tarea como lo hacemos en el servicio al contribuyente, hagamos la tarea con calidad y con calidez. Al final vamos a cobrar, a ejercer las facultades.

No sé si eso se logró porque eso es algo que tiene que calificar el contribuyente, pero eso tratamos de hacer.

 

¿Qué piensas de las condonaciones fiscales que aprobaron los legisladores en 2012 a las grandes empresas? 

Creo que fue una herramienta que usaron para pagar favores, para materializar la complicidad que se tiene con quienes hoy tienen ciertos pendientes o ciertas deudas.

Yo publiqué un artículo hace un par de semanas con el ánimo de anticipar que si vemos la historia, recurrentemente están haciendo esa condonación vía ley cada seis años y curiosamente se hace el cierre de la administración para que aplique el primer año de la nueva administración. 

Estoy anticipando que hay que tener cuidado, una condonación como esta desincentiva el cumplimiento fiscal, fomenta la cultura del no pago, es inaceptable para el contribuyente cumplido.

Hoy la sociedad está desencantada, trae un encono social en contra de la autoridad, las instituciones, de todos esos actos de autoridad porque no se sienten en reciprocidad con retorno de servicios, con un buen gobierno, con calidad.

Hoy la sociedad no aguantaría otra condonación.

 

Una condonación desincentiva el cumplimiento fiscal, fomenta la cultura del no pago, es inaceptable para el contribuyente cumplido.

 

 

Estamos hablando entonces de legisladores corruptos

Pero ¿por qué te extrañas? Muchos legisladores son corruptos desde que son palomeados en la lista, ya sea para ser plurinominales o para ir a competir a las urnas, digo que son corruptos desde ahí porque saben perfectamente que pueden hacer politiquería o grilla pero que no tienen la capacidad de legislar.

Si ellos tuvieran un poco de ética y valores sabrían que llegar al Congreso los obliga a legislar en beneficio del ciudadano que es su representado y hacen todo menos eso.

Hablando de la corrupción en un sentido mucho más amplio, desde ahí ya empiezan en la deshonestidad a ser corruptos. 

 

A mí no me extraña que muchos de los legisladores se presten a aprobar este tipo de cosas porque representan precisamente un pago de favores que los hizo llegar ahí o tener contento a su líder. Duele, pero es la verdad.

 

Escribiste el 27 de marzo "Las instituciones están demeritadas, en ellas son más influyentes los hombres que las propias instituciones, la asignación de los titulares al frente de una institución, salvo contadas excepciones, es resultado del amiguismo o de las cuotas de poder, no se utiliza en criterios institucionales si no el de una agencia de colocación." 

Estás hablando de amiguismo en el sector público en general ¿A caso tú no eres producto del amiguismo cuando llegaste a la presidencia del SAT?

Yo he trabajado en el servicio público desde hace 26 años, ingrese por servicio social y me quede ahí. Soy administrador público y estudié en el Politécnico. 

Trabajé la mayoría del tiempo en la administración pública federal, llegué al Estado de México en 2005 no queriendo llegar ahí.

Entonces un poco de aquella hipótesis de si es por amiguismo pues fíjate que no, porque incluso yo, ahora lo agradezco, fue una grata experiencia, pero en un principio yo me resistí a ir al Estado de México, lo digo con honestidad porque además muchos lo saben. Yo me resistía, pero al fin terminé en el Estado de México y fui a trabajar. 

Tuve tres retos. Primero que fuera un proyecto profesional, no era sentarme en una silla a ganar un sueldo, si no que me permitieran hacer mi trabajo como un reto profesional.

Segundo, que me dieran el apoyo sobre todo presupuestal - tecnológico para poder modernizar el sistema tributario en el Estado de México.

Y tercero, que yo tuviera un ingreso competitivo como el que tenía en la federación, trabajaba en financiera rural.

Trabajé en el Estado de México de 2005 a 2012, en este último año me vuelven a invitar a trabajar, ahora con el Presidente Enrique Peña en la materia en la que yo he trabajado más en mi vida, la recaudatoria, la fiscal.

Me invitan al SAT y yo acepto, más allá de amiguismo habría que preguntarles a las dos personas que decidieron invitarme, una al Presidente y otra Luis Videgaray.

 

Aristoteteles Núnez exjefe del SAT y Luis Videgaray exsecretario de Hacienda. 

 

 

¿Te invitó el Presidente?

Luis Videgaray. El Presidente se lo comenta a Luis, acuerdan entre ellos y Luis me hace la invitación formal por encargo del Presidente Enrique Peña Nieto.

Tomar el SAT para muchos hubiera sido una ambición de posición, para mí era un gran reto.

Regresar a la institución que yo fundé con muchos otros miles de mexicanos en 1997 era un reto, por lo que representaba; porque sabía que iba a venir una reforma fiscal; porque sabía que tenía que tener muchos más ingresos para cumplir los proyectos que tenía el Presidente Peña; porque sabía que había un desencanto en el clima organizacional dentro del personal del SAT; porque si algo tenía en 2012 el personal del SAT era que tenían doce años sin un incremento en el sueldo.

Entonces no era tan sencillo, por supuesto que no dudé, pero el resultado de la invitación que me hacen al SAT fue por haber acreditado en el pasado, lo que se hizo en el Estado de México, más allá de un amiguismo.

A Luis Videgaray lo conozco porque fue mi jefe desde 2005, lo conocí el 12 de septiembre del 2005 y empecé a trabajar con él 16 de septiembre de ese año, cuatro días después de haberlo conocido.

 

No llegue por amiguismo al Estado de México y tampoco llegué por amiguismo al SAT. Llegué porque confiaban en que yo podía hacer un buen papel y espero no haberlos defraudado.

 

Retomando este artículo, escribes: “esos funcionarios no tienen capacidad de autocrítica, aun conociendo los actos de corrupción callan,” y agregas “callar es también una forma de corrupción” ¿Has tenido que callar durante tu paso por el SAT?

No. Yo sabía que tenía dos formas de decir las cosas hablándolas o haciéndolas, cuando no las podía hablar las hacía, cuando no las podía hacer las gritaba y decía “no estoy de acuerdo.”

Afortunadamente parte de las reglas con las que a mí me invitan al Estado de México y que de alguna manera fueron acordadas era que, procedimiento que se iniciaba, procedimiento que se terminaba, ni llamada, ni instrucción para parar.

Porque al final las cosas que tú hacías estaban fundamentadas en la ley, si las hacías con convicción, con esa convicción las terminabas. Y me lo respetaron.

Creía que eso iba a ser muy difícil de cumplir, pero me lo cumplieron. Eso generó algunas fracturas, sí. Generó fricciones, sí.  Generó desencantos en el equipo, también.

 

Un día dije a los medios que se habían iniciado auditorías a cinco gobernadores, pues realmente fueron ocho, e incluso se inició auditoría a un expresidente de la República.

 

Yo sabía que eso tarde que temprano iba a generar un problema, pero no me detuvieron.

 

¿Tuviste luz verde para hacerlo?

No. No pedía permiso.

Había elementos institucionales, arrancábamos. No los había, no lo hacíamos. Sí hay muchas formas en las que te invitan a callar sin que te lo digan, pero ante ello yo tenía una fórmula que afortunadamente funcionó y es hacer las cosas.

 

Asumo que no tendremos sorpresas de Casas Blancas, ranchos o casas en Malinalco por parte de Aristóteles Núñez, exjefe del SAT.

No sé si le resulte de interés a la sociedad conocer mi patrimonio, no sé si quisieran saber qué es lo que tengo y cómo lo he hecho.

Mis cálculos a 2014 sumando todos los recibos de pago, depósitos o transferencias bancarias, de la nómina bancaria de los últimos años, etcétera, ascendieron a alrededor de 34 millones de pesos; en esa vida laboral hasta 2014.

De acuerdo con mis declaraciones fiscales, las retenciones que me hacían mis patrones, porque siempre he sido asalariado hasta 2015 que empecé a rentar un departamento y por lo tanto comencé a pagar impuestos por arrendamiento; habían sido al corte de 2014, 13 millones de pesos.

Mi disponibilidad acumulada debería ser como de 21 millones. ¿Dónde están? Los consumí.

Parte es consumo, parte es manutención, parte es la pensión conyugal que tengo para con mis hijos y su manutención, además de la su construcción patrimonial.

¿Qué te vas a encontrar? Una casa en el municipio de Atizapán que compré en 2007, un departamento que tengo en la colonia Cuauhtémoc, que está en la declaración patrimonial, esa es pública, la compré en 2009; y un departamento en Anzures en 2014.

Esas son las propiedades que tengo, las tres cosas las compré con crédito bancario y fueron pagadas con las liquidaciones, con ahorros de mi sueldo o con la nómina que me descontaban para pagar ese crédito.

¿Qué otra cosa? Un vehículo CRV 2016 que compré en noviembre 2015 y ese es mi único vehículo.

Tengo una cuenta bancaria que fue parte de lo que ahorré para el retiro, la tengo en un pagaré a plazo fijo. No estoy haciendo inversiones ni en la bolsa, ni en fondos de inversión. La metí en un pagaré en un banco mexicano porque tarde o temprano sé que la estoy ocupando para pagar la pensión conyugal.

Hoy estoy desempleado.  

Hoy estoy empezando una sociedad civil para dar consultoría tecnológica, pero estoy desempleado.

Soy un emprendedor a los 47 años. Entonces ni ranchos, ni casas lejos, ni departamentos en Miami, ni en Acapulco, eso no lo van a encontrar y si lo encontraran lo regalaría sin problemas.

 

En algún artículo que escribiste (“La feria que viene”) hablas acerca de las elecciones en 2018, dices que “a los políticos les importa más el poder que el país, que ningún partido presentará una oferta de largo plazo que responda a las expectativas ciudadanas en 2018”.

¿Esta es la conclusión de tu vida como funcionario público, por lo menos hasta aquí? Es una conclusión decepcionante.  

Mi voto no es ideológico, es en beneficio del país, entonces sí evalúo las alternativas, más allá de que yo forme parte de un sistema en un partido, mi interés no es tan mezquino para pensar solamente en mi partido y dejar a un lado al país. Yo creo que primero hay que verlo por el país y la sociedad.

Aquí están mis hijos, forman parte de esta sociedad y quieren un país mejor como yo lo quise cuando era pequeño.

Segunda, si analizamos lo que ha sucedido en ese tiempo, ninguno, salvo el reformador que fue (Carlos) Salinas, que la historia lo ha reivindicado, el único que no lo reivindica es Andrés (Manuel López Obrador), pero todos los demás lo han empezado a reivindicar.

Y el siguiente reformador, al que hoy últimamente critican demasiado, después de Salinas, se llama Enrique Peña Nieto. La historia también le va a dar su lugar como gran reformador, con independencia de los episodios personales que tiene.

Salvo ellos dos, ningún otro ha pensado que nuestra población en 2050 va a ser eminentemente vieja; que tenemos un problema en el ahorro para la pensión, que no obstante que es un sistema de cuentas individuales, al estar permitiendo que la base gravable para la aportación sea menor a la real está generando una pensión que no va a permitir mantener tu nivel de vida cuando te retires.

Si nosotros nos damos cuenta la mayoría de los jóvenes tienen un patrón y un hábito distinto al que teníamos las generaciones pasadas, hoy no están buscando tener formas patrimoniales sino consumo-gasto, van a generar una pesada carga en 2050 y 2060 a este país.

Entonces si no están pensando en una oferta de largo plazo para empezar a prevenir lo que tenemos que cubrir de esos saldos pesados que tendremos a partir de 2050 cuando la población mexicana comience a envejecer y se invierta la pirámide poblacional, vamos a tener problemas.

Hasta ahora no veo en ninguna de las ofertas políticas que alguien esté pensando así ¿Es pesimista? Pesimista mi dicho no, pesimista el futuro.

¿Qué es lo que va a suceder? Le van a cargar al Estado la satisfacción de sus servicios. Hoy el Estado no puede, en el 2050 menos.

¿Es pesimista? Sí es pesimista, como un llamado de atención a que empiecen a enarbolar en un plan rector lo que México tiene que hacer en el corto, mediano y largo plazo, pensando en el país no en la elección.

 

No estamos viendo esa otra parte de confianza entre los jóvenes que a la par deben generar las reformas


Esas reformas no las hemos sabido vender, no hemos sabido decirle a la sociedad lo que implican estas reformas. Hoy la sociedad está más atenta a la corrupción y con razón.

 

Hoy la sociedad está desencantada, mejor informada, no es tan sumisa, exige. No hemos sabido contrarrestar el peso de la información de las cosas que ha hecho este gobierno, con todas estas cosas malas.

 

Hemos sido malos comunicadores en el servicio público desde 1995.

 

Pero tú dijiste: “no hay político que piense en el país, hay políticos que piensan en el poder”

Desafortunadamente.

¿Por qué? Tengo una hija de 19 y un hijo de 16, a ellos les va a tocar vivir un México que, si no nos ponemos las pilas hoy, quienes tienen la responsabilidad de generar un mejor país: algunas con la opinión como es mi caso; otros con la acción, como los funcionarios públicos que están vigentes, pero si no están viendo por los jóvenes es un acto de irresponsabilidad.

 

¿Tu vida en el sector público terminó?

Creo que sí, estoy en esta pausa de reflexión en la que 26 años de servicio es un tercio de toda mi vida, quiero disfrutar el último tercio de mi vida con plenitud física.

No soy un hombre de ambiciones, ni que busque tener riquezas o volverse millonario, no traigo más carga que los requerimientos financieros que hoy representa una pequeña de 19 años y uno de 16, a quienes tengo que darles por lo menos una licenciatura donde están y la pensión conyugal a su mamá.

No tengo más presiones financieras que esas y para ello como hicieron mis padres y abuelos lo primero que hice fue asegurar el patrimonio para que cuando lo necesitara, poderme deshacer de ello y poderle dar escuela, que fue lo único que a mí me dieron, escuela.

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