Vienen en camino los autos a la medida
Mismo auto, mismo camino, pero experiencias diferentes.
Si los autos hablaran te dirían características más detalladas de tu personalidad que incluso algunos de tus amigos.
Actualmente la posibilidad de que esto ocurra ya no es tan descabellada, los prototipos de Honda, Chrysler y la empresa emergente Faraday Future lo comprueban.
Una experiencia personalizada es la meta a la que apuntan algunos de estos autos que a través de cámaras infrarrojas e inteligencia artificial aseguran que pueden darte un viaje a tu medida cada vez que estés detrás del volante.
Entre otras capacidades, identificar el estado de ánimo del conductor es una de la novedades de los fabricantes de autos como Ford, que han estado trabajando para lograr identificar el humor de los conductores, de tal manera que los autos puedan responder ante eventualidades que ciertos estados de ánimo puedan generar.
NeuV de Honda.
Ante un conductor enojado un auto como NeuV de Honda puede reproducir música relajante para los sentidos, así como controlar parte de los movimientos agresivos del conductor.
Parte de esta experiencia personalizada radica en la seguridad de reacción, a través de indicadores biométricos el equipo de Continental puede analizar el brillo y el parpadeo de los ojos para identificar la dirección en la mire el conductor con el fin de emitir una alerta si el auto considera que se está distrayendo.
Al igual que con diferentes teléfonos inteligentes, el reconocimiento de huellas dactilares o faciales se convierte en la llave que quita el seguro de un automóvil como el FF91 de Faraday Future, que con ayuda de una cámara montada en el marco de la puerta logra detectar a su propietario.
Cámaras de seguridad del FF991 de Faraday Future.
Sin embargo la seguridad puede fallar, el uso de fotografías desbloquearía cualquiera de estos autos de no contar con un sistema que distinga si lo que está viendo es una imagen plana o tridimensional.
Para mitigar esta posibilidad el uso de cámaras estereoscópicas es una posibilidad; pues a menos que se les engañe con una máscara 3D del propietario, resulta complicado que no distinga la diferencia entre los rostros que se le presentan.
