Trump no es un cristiano sólido
El orgulloso presidente Donald Trump no es un cristiano sólido. Aunque se llama cristiano, nadie –ni él mismo- cree que sea un cristiano sólido porque en el cristianismo la salvación por gracia destruye el orgullo.
Tim Keller habla de Trump, de las religiones, de la migración, del rol de los empresarios, de los millenials y, por supuesto, de los grandes cuestionamientos al cristianismo. ¿Hay razón para creer en Dios? ¿Hay evidencias razonables para tener fe en este tiempo? Son las preguntas a las que Keller se ha enfrentado en Nueva York, donde vive, y en muchos otros lugares de Estados Unidos y del mundo.
La conversación con Arena Pública transcurre durante una breve estancia de Keller en la Ciudad de México. El doctor Tim Keller es uno de los téologos y defensores contemporáneos del cristianismo más reconocidos en el nuevo siglo. Es un prolífico autor, ha escrito 15 libros en la última década, entre ellos los best sellers en la lista del New York Times: The Reason for God: Belief in an Age of Skepticism (La Razón de Dios, Editorial Andamio) y The Prodigal God (El Dios pródigo, Editorial Vida).
Es pastor de Redeemer Presbyterian Church en Nueva York, una de las iglesias de mayor crecimiento multicultural en Manhattan en los últimos años con más de 5 mil asistentes y considerada una de las iglesias más influyentes de Estados Unidos. Keller se ha destacado por participar frecuentemente en ejercicios de diálogo y debate con periodistas, estudiantes e intelectuales escépticos o no creyentes en Dios, tanto en foros académicos como en medios de comunicación.
¿Cómo una iglesia conservadora en Nueva York puede tener tantos asistentes?
Bueno, todos necesitamos varias cosas en la vida: un propósito para vivir, satisfacción personal, libertad, identidad y esperanza.
Es decir, sentir que mi vida tiene propósito, un sentido de satisfacción en la vida, de que soy libre y puedo vivir la vida que quiero vivir, una identidad fuerte y esperanza. Nadie puede vivir sin estas cosas y todos las buscamos. En algún momento, vas a buscar estas cosas.
Así que yo le digo a la gente en Nueva York: el cristianismo te da los mejores recursos posibles para tener estas cosas. Si me das la oportunidad, puedo mostrarte que no hay mejor manera para obtener propósito, satisfacción, libertad, identidad y esperanza que en el evangelio, la buena noticia, de Jesucristo.
Y es que hay muchas personas que están buscando estas cosas en la vida, están en una búsqueda. Y la mayor parte de la gente se da cuenta que no ha encontrado lo que busca. Así que, yo lo planteo en esos términos y si empiezo a brindar explicaciones que puedan hacerles sentido, que los tocan, que les muestran que puedo entender por lo que están pasando, ellos te van a escuchar.
Lo que te puedo decir es que un porcentaje se convencerá, y otro no. Así es. Una minoría de personas quizás oirá el evangelio, la buena noticia de Jesucristo y responderá a ella. Pero es una minoría significativa y es la razón por la que nuestra iglesia de Redeemer ha ido de cero a varios miles en 28 años.
Pero hay esta idea de que la religión realmente está como muerta y que la ciencia ha probado que no hay razón para creer en Dios, ¿qué dirías a eso?
Digamos que tú crees en los Derechos Humanos, que todo ser humano tiene dignidad inherente. Eso no es algo que ciencia pueda probar. No en lo absoluto. Eso es una creencia. Algunas personas lo creemos y otras no. Hay partes del mundo donde eso es considerado una imposición occidental, blanca e individualista. Otras personas creen de manera diferente.
Pero si tú dices “la ciencia ha descartado a Dios” queriendo decir que “no puedes probar que hay un Dios”, bueno, ¿adivina qué?, no puedes probar en realidad ninguno de tus valores morales científicamente. Casi todas las creencias que tú tienes, en donde buscas sentido a la vida, identidad, no las puedes probar tampoco.
Así que siempre que alguien me dice “la ciencia ha descartado a la religión”, yo digo: “bueno, lo único que la ciencia ha mostrado es que no puedo probar científicamente mis creencias religiosas, pero tampoco tú puedes probar tus creencias”.
Así que volvemos a donde empezamos que es… ¿cuál de este grupo de creencia…? (considerando que hay un grupo de creencias seculares también…)
Si tú dices “yo no creo que existe Dios”. Eso es una suposición. Es una creencia. Y si yo digo “sí hay un Dios”. No lo puedo probar. Es una creencia.
Así que tenemos estos diversos grupos de creencias, pero todos estamos buscando identidad, satisfacción, esperanza… ¿Cuál de éstos los provee mejor?
Y es ahí donde puedo argumentar. Cuando la gente me dice esto: “la ciencia ha descartado a la religión”. Yo digo: “no, la ciencia ha mostrado que no puedo probar la religión pero tú tampoco puedes probar tu visión moral tampoco”, así que volvemos al tema de cuál de estas visiones provee esto mejor. Así que no es un argumento definitivo.
Entonces diría que el cristianismo no se puede probar. Solo son creencias que se pueden amoldar a mi estilo de vida y me son convenientes, pero ¿no tienes tú, como ministro cristiano, evidencia de lo que crees?
Mira, todos creemos lo que creemos por tres razones. Uno, hay argumentos racionales; dos, hay sentimientos intuitivos y tres, amistades.
Si tú crees en Dios es porque hay argumentos racionales para creer, intuición y también gente que te influye, amigos que admiras. Y si no crees en Dios, es también porque tienes razones, intuición y amigos, una comunidad que te influencia.
Porque no somos solo seres racionales. Somos racionales, emocionales y sociales. Así que cada quien venimos a nuestras creencias por una combinación de estas tres.
Así que no estoy diciendo que, porque no se puede probar científicamente a Dios, es solo práctico creer en Él porque me hace sentir bien.
No, no, no. Thomas Nagel es un filósofo de la New York University muy prominente. Y recientemente escribió un libro donde habla de esto. Aunque es una persona secular, no creyente en Dios, llegó a la conclusión de que, si no existe Dios en absoluto, no hay valor moral objetivo.
La moralidad es entonces relativa. Entonces la idea de que los derechos humanos son cosas que tienes que obedecer, honrar, pues no tiene base. Él cree que sin una creencia en Dios no puedes creer en estas cosas, y si creer en estas cosas como absolutas, debes creer en Dios.
Eso es racional. No prueba a Dios. Pero hay muchas razones para creer en Dios y en el cristianismo.
Pero entonces hay razones intelectuales, también intuición y también amistad, gente en quien confías que te influencia.
Entonces, tanto creer en Dios como no creer en Dios, creer en el cristianismo, en el budismo, todos se nutren de estos tres tipos de razones mezcladas: lógicas, emocionales y sociales.
Sin embargo eres un ministro cristiano. No crees en un Dios general, sino en un Dios particular, que se basa en Jesús, este hombre que habría vivido en Israel hace 2 mil años. ¿Por qué creer en él? ¿Por qué no creer en otros dioses?
Bueno. Tienes razón. Mira, algunas personas llegan a creer en Dios en general antes de creer en Jesús. A través de su razón y su intuición, llegan a plantearse ¿cómo sé que el verdadero Dios es el Dios cristiano? Y es una manera de llegar al cristianismo.
La otra manera es que puedes no creer en Dios en lo absoluto, y sin embargo, cuando estás leyendo los evangelios de la vida de Jesús en el Nuevo Testamento te convences de que, como dice en el evangelio de Juan capítulo 7. “ningún hombre jamás ha hablado como habla este”.
Tú puedes leer los evangelios y convencerte “este hombre es especial. Quizás de verdad es el Hijo de Dios”. Y puedes quizás previamente no creer para nada en Dios, pero empiezas a creer en Jesús y entonces comienzas a creer en Dios también.
Entonces puedes creer en Dios y luego en Jesús. O puedes creer en Jesús y entonces en Dios.
Pero, yo creo que, mira, si es que Jesús es realmente quien él dice que es, entonces el Dios cristiano es el Dios verdadero. Sé que suena un poco estrecho, pero puedo no puedo impedir eso. Y esta es la razón de por qué: toda otra religión tiene a alguien como Buda o Mahoma quienes dicen “yo vengo de Dios”.
Ellos nunca dirían “yo soy Dios”. Si tú tratas de adorar a Buda o a Mahoma, ellos estarían muy molestos, no estarían felices. Pero cuando la gente adoró a Jesús, él lo aceptó. Tú sabes, cuando Tomás adoró a Jesús y le dije: “mi Señor, mi Dios”. Jesús no le dijo “no digas eso”.
Así que Jesús afirma, no solo que es alguien que viene de Dios, sino que él es Dios que vino en forma humana.
Si realmente él es Dios en forma humana, entonces tiene que haber una forma superior; el cristianismo sí tendría que ser entonces una religión superior. Tendría que ser una mejor manera de conocer a Dios si es que realmente él es Dios.
Ahora, si no es Dios. Si Jesús estaba mintiendo o es un loco, entonces el cristianismo es un fraude.
Así que, el cristianismo o me muestra al verdadero Dios o no me muestra a Dios muy bien en lo absoluto. Pero no puede ser solo una religión entre muchas.
Yo he oído gente, por ejemplo, que dice: “¿Por qué no solo crees en Dios? Si tú eres cristiano, musulmán o budista, ¿no están en realidad adorando al mismo Dios?”. La respuesta es no.
Porque, como digo, o el cristianismo es realmente una forma superior o una inferior para llegar a Dios, pero no puede ser una entre muchas.
Y no es porque a mí me guste decir eso. Yo, de hecho, tiendo a ser una persona pacificadora, que tiende puentes. Mi temperamento no es de confrontar. Pero no puedo no evitar este punto. Porque si Jesús es quien dijo que es, tengo que decir: no, no solo hay un Dios en general allá afuera, Jesucristo es Dios que vino hecho carne y Jesús es “el camino, la verdad y la vida” hacia el verdadero Dios.
Pero, ¿eso no suena arrogante, intolerante, y no lleva eso a tratar a otras naciones u otras personas de otras creencias de manera inferior? Si Jesús es la religión superior, entonces las otras religiones son inferiores. No es éso lo que está en el trasfondo detrás de Donald Trump de decir: “Somos América, somos cristianos y los musulmanes o personas con otras creencias, pueden ser inferiores”. ¿No lleva ese pensamiento a eso de manera natural?
Rousseau alguna vez dijo que es imposible vivir en paz con aquellos que tú crees que están condenados. Es decir, que si tú crees que se irán al infierno, no hay manera en que puedas respetarlos.
Rousseau estaba absolutamente equivocado. Y probablemente es el mismo error que Donald Trump está cometiendo, pero déjame explicar por qué Rousseau estaba equivocado:
Y esto es porque cuando yo digo: si Jesús es el Hijo de Dios, entonces el cristianismo sería la forma superior de entender a Dios, eso mismo me guía entonces a hacerme la pregunta: “¿Cómo me conecto con Dios?”.
Si Jesús es el camino a Dios, ¿cómo me conecto con Dios a través de Jesús? Y el entendimiento del cristianismo sobre eso, lo que llamamos soteriología, la visión cristiana de cómo eres salvado, es que eres salvo por gracia.
Esto no es así en el Islam, por ejemplo. Tengo una amiga musulmana que cuando enseña a sus hijos les dice, “tú pones todas tus buenas obras en una maleta y cuando llegas al cielo abres tu maleta y si tienes suficientes buenas obras, te vas al Paraíso”.
Mira, otras religiones creen que eres salvo por tus buenas obras. Y si tú eres salvo por tus buenas obras, entonces sí eres moralmente superior a las personas que no se salvan. ¿Cierto?
Pero, ¿qué tal si eres salvo por gracia? ¿Qué pasa si tú eres salvo, a pesar de todos tus pecados, solo por el regalo gratuito de Jesús? Entonces, yo puedo ver a mi prójimo que no es quizás un creyente en Dios. Y puedo reconocer que él podría quizás ser mejor padre que yo, podría ser un mejor hombre que yo, una mejor persona moralmente hablando. ¿Por qué? Porque no soy salvo por mi moralidad o mis propias buenas acciones, sino por la gracia de Dios en Jesucristo.
Así que creo que los cristianos son el grupo de personas en el mundo que más debería saber que las personas a mi alrededor podrían fácilmente ser mejores en términos morales que yo. Pueden ser absolutamente mejores. No tengo absolutamente ningún derecho a pensar en ellos como personas de las que no puedo aprender o a las que puedo no respetar.
Entonces, la visión cristiana de la salvación tiende a destruir esa característica de sentirse superiores a otras personas y de pensar “tú no eres cristiano, así que no te respeto”.
Me parece, de hecho, que otras religiones no tienen ese recurso. Y creo que tampoco lo tiene la gente secular, no creyente en Dios. Porque la gente no creyente en Dios siempre tiende a sentirse como muy superior a quienes tienen una religión.
En cuanto al cristianismo debo admitir, sin embargo, que si alguien como Donald Trump, quien nadie cree que sea, por cierto y él mismo no afirma ser un cristiano sólido, parece tener el error de Rousseau. Me parece que no ha sido lo suficientemente profundo en el cristianismo para ver cómo difiere de otras religiones. No creo que él haya visto eso, que la salvación por gracia destruye el orgullo, y por lo tanto, creo que él ésta cometiendo el error de Rousseau.
Tú estás en Nueva York, tienes una gran iglesia en Nueva York. Donald Trump es de Nueva York y allí se está viviendo una gran efervescencia de protestas. Lo vimos hace unos días con las protestas en el aeropuerto. ¿Cómo se está viviendo eso en tu iglesia, cómo impacta al cristianismo en Nueva York? ¿Y qué opinas tú de esta situación?
Donald Trump es de Nueva York. Nació y se crió en Nueva York, habla como un new yorker, tiene un acento neoyorquino, una actitud neoyorquina, pero la gente en Nueva York no lo quiere en muchos aspectos y esto ha sido así por muchos años.
No ha sido respetado por muchos neoyorquinos por muchos años, y ahora que es presidente, la mayoría en Nueva York no están contentos con eso.
Yo tengo una iglesia llena con neoyorquinos que mayormente concordarán con ese sentimiento. En otras palabras, mi iglesia es neoyorquina y la mayoría de los neoyorquinos no creen que él sea una buena persona para ser presidente.
Muchos cristianos evangélicos votaron por Trump y lo apoyaron públicamente en la elección. Y esto choca un poco con lo que decías, de que en el cristianismo no debe haber este orgullo religioso. La verdad es que la historia y los hechos, las noticias a veces nos muestran que el cristianismo no está tomando ese camino. Quizás esa es una de las razones por las que ha declinado, según las encuestas, la población que se dice cristiana. ¿Qué opinas de eso?
Mira, mi iglesia Redeemer tiene muchos coreanos, chinos. No tiene tantos afroamericanos o hispanos, en este momento. Probablemente un poco menos del 40% de la iglesia sean blancos anglo estadounidenses, descendientes de europeos. Solo un 40%. Eso explica en parte porque en mi propia iglesia ha habido mucha alarma sobre la candidatura y elección de Trump.
Pienso que, en el centro de Estados Unidos, donde la mayoría de la gente son este tipo de estadounidenses, blancos angloparlantes, y no tienen amigos del Medio Oriente o de México, no conocen a nadie del resto del mundo, pues no se dan cuenta del impacto de algunas políticas de Trump en la vida de las personas, porque no tienen a nadie que se los haga ver.
Entonces creo que algunos no están conscientes de eso. Y muchos votaron por Trump porque prometió hacer otras cosas en su beneficio, como la nominación para la Suprema Corte o cómo hablaba acerca de cómo está a favor de la vida y en contra del aborto y otras cosas así.
Así que creo que, para la gente en el centro de Estados Unidos, que no tiene amigos de otras parte del mundo, las afectaciones no se perciben como reales para ellos, no ven el impacto y votaron por él.
En lugares como Nueva York, en contraste, hay muchos cristianos evangélicos… también en ciudades como Los Angeles, etc. en donde las iglesias son más multiculturales y multiétnicas, pues se tiene otra perspectiva.
Ahora, ¿esto ha afectado al cristianismo?
Entre la gente a la que estoy tratando de llegar, la gente de Nueva York, secular, escéptica, claro. Ha sido terrible, duro para el cristianismo evangélico. Un desastre para tratar de hablar con la gente sobre esto.
Porque yo creo francamente sigo creyendo que el evangelio de Jesucristo está por encima de la política. No creo que haya una forma cristianamente exacta de votar. Nunca diría en alguna elección que un cristiano debe a fuerza de votar por tal o cual candidato. Así que a mí no me gusta ser arrastrado a eso.
Por otra parte, es cierto que muchos cristianos sí reflejaron orgullo y falta de interés por personas de otras partes del mundo. Yo diría que sí.
Eres un ministro cristiano. ¿Qué tiene que decir la Biblia sobre el tema de la migración? Sé que dijiste que esto está por encima de la política, pero te pregunto por el tema bíblico. ¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre la migración, los refugiados?
Bueno, incluso en el Antiguo Testamento, Dios le dice a los israelitas que deben recibir a los extranjeros y a los inmigrantes, que no deben oprimirlos, que deben darles el mismo sueldo que a los de la nación.
Dios dice: “tú fuiste inmigrante y refugiado en Egipto, y yo te saqué de ahí. Así que no debes tratar mal a los migrantes que están vulnerables. No debes explotarlos, porque yo cuidé de ti cuando tú eras vulnerable”.
Y yo pienso que cualquiera que lea la Biblia puede ver esto.
Sé que una de las razones por las que el pueblo de Israel podría tener miedo de recibir a los inmigrantes y refugiados, era la seguridad. El decir, “esta no es nuestra gente ¿cómo sabemos que no son espías?”. Y Dios dice “no me importa. Tú debes cuidarlos, como yo te cuidé a ti”.
Creo que la Biblia nos dice también hoy esto a nosotros. Cuando algún estadounidense me dice: “¿y cómo sabemos si un refugiado no se convertirá en un criminal o cometerá un acto terrorista?”, yo creo que Dios le diría a los israelitas “sí, claro que puede no ser seguro, pero aún así quiero que los recibas y cuides como te yo te cuidé a ti”.
Entonces, creo que es muy fácil ver lo que la Biblia dice sobre cuál debe ser nuestra actitud hacia los refugiados e inmigantes.
Ciertamente, cada país debe estar preocupado sobre sus fronteras y sobre quién entra por ellas. No digo que no debería haber reglas para la migración, pero esta nueva actitud y retórica de hostilidad simplemente no cuadra con lo que la Biblia dice.
Es uno de esos puntos, concuerdo, en donde lo que dice la Biblia se acerca mucho al tema político. Cuando lo hacemos político, si alguien toma lo que dice la Biblia y lo hace política, estamos muy cerca de la Biblia hablando de política. Es verdad.
Sé que también has escrito libros sobre emprendedores, sobre empresarios, que tienes una iniciativa sobre acercar la fe a este tipo de personas. ¿Cuál crees que es el mensaje que tiene el cristianismo hoy para los empresarios?
Bueno, Dios es un emprendedor. Él creó al mundo.
Y haciendo eso, uno podría decir que creó muchos trabajos, jaja. Creó al mundo, creó a Adán y Eva y luego dijo: “vayan y multiplíquense y cultiven la tierra”.
Una forma de verlo es que Dios creó espacio para otras personas, que tomó su riqueza y poder y creó un mundo en donde la gente pudiera prosperar y crecer.
Hay cierta forma de ver en donde un emprendedor…
Vaya, un emprendedor puede decir: “yo solo quiero generar riqueza para mí mismo”. Pero un emprendedor puede también tener una mentalidad cristiana y decir: como Dios, voy a ver una necesidad, voy a resolverla, voy a junta recursos, y eso va a generar empleos y, de alguna manera, hacer el mundo un lugar mejor, porque voy a crear un producto y la razón por la que generará dinero es porque el producto va a solucionar algo, la gente lo va a querer, hará sus vidas mejores.
Así que creo un producto que no solo genera dinero, sino que mejora la vida humana, al crear empleos para la gente. Eso es muy cercano a lo que Dios hizo en la creación.
Entonces, hay un modo de pensar en los negocios como una manera de yo volverme rico. Pero hay otra manera de encararlo, como una forma excitante e innovadora de mejorar la raza humana, de enriquecer a la comunidad.
Hablo un poco de eso en un libro que escribí, que no sé si esté en español y su título, pero en inglés se llama Every good endeavour (Cada buen esfuerzo).
Creo que es un mensaje muy importante para los emprendedores hoy.
En general, ¿qué opinas de los jóvenes, los millenials? ¿Cómo ves a esta generación? ¿Crees que les interesa Dios?
Bueno… ahora mismo creo que los millenials están más… creo que el mayor obstáculo entre ellos y religión es una idea sobre la identidad.
El mensaje es que la manera cómo encuentras tu identidad es ver dentro de ti mismo y decidir qué ves ahí. De alguna manera tú determinas tu propia identidad.
Mira, tradicionalmente, yo diría que en lugares por ejemplo como México, en las pasadas generaciones, tú obtenías tu identidad de afuera. La gente te decía “esto es lo que eres”.
Dirían “necesitas ser un buen padre, una buena madre, hijo, hija; un buen ciudadano”.
Es decir, tú ibas afuera y se te decía quién deberías de ser para sentirte bien sobre ti mismo.
Obtenías tu identidad de afuera, tu sociedad, tu familia, y entonces venías a ti y reordenadas tu vida, de acuerdo a eso.
Hoy en día, a la juventud se le dice: “no, tú vas adentro, dentro de ti, para encontrar quien eres, tu identidad. Y entonces vienes afuera y le exiges a todos que reconozcan esa identidad”.
Es completamente diferente.
Solía ser “estoy alineado con lo que la sociedad dice” para obtener mi identidad. Ahora es “veo dentro de mí, decido quién soy y salgo para que la sociedad se alinee a lo que yo digo que es mi identidad”.
Yo argumentaría que esa manera de verlo, el acercamiento millenial esté equivocado. Y creo que en varias cosas, aunque se podría platicar más largo sobre eso.
Pero crea, en cierta manera, una identidad frágil, y esa identidad necesita constante reconocimiento. La gente me tiene que validar todo el tiempo. Así que es frágil e insegura. Además, hay que comprar muchos productos para verme bien y pueda sentir que este es quien soy.
Pero admito también que el acercamiento y enfoque de sus padres también fallaba.
Tengo un abuelo italiano que vino a Estados Unidos porque vivía en un pueblo cerca de Napolés, y su papá hacía ollas de barro.
Y él dijo “yo no quiero seguir haciendo ollas”. Pero su papá le dijo “nadie te contratará, porque tú eres un Clemente y los Clemente hacemos ollas”.
“Bueno”, dijo: “¿y qué tal si voy a otro pueblo para que me den un trabajo”. Y le contestó su papá: “No, nadie te contratará. Dirán, ´tú eres un Clemente, tú vives en Korifa. No te vamos a dar un trabajo´”.
En otras palabras, a él le decían quién tenía que ser y no tenían absolutamente ninguna opción.
Entonces, entiendo por qué los millenials quieren tener opciones. Pero si la vieja forma era impositiva y la nueva manera es insegura, debo decir que hay una manera cristiana.
Y la manera cristiana de encontrar tu identidad es encontrarla en Jesús.
Es algo que tú eliges, es definitivamente algo a lo que te tienes que entregar, pero es liberador porque no se basa en tu propio desempeño. No se basa en agradar a tus padres, pero tampoco en agradar a los seguidores en tu Facebook.
Pero es una identidad en Jesús que es liberadora.
Asi que ése es mi mensaje para los millenials. Y creo que, siempre que presentes el Evangelio de Jesús en una forma que tu audiencia entienda, que tenga que ver con lo que están viviendo en su vida, algunos de ellos creerán y se convertirán y transformarán su vida.
Y eso está pasando en Nueva York, no con toda la gente, pero con mucha.
Por último Tim. Estás en México. Estamos en Latinoamérica. ¿Cuál crees que es el mensaje del cristianismo que necesita Latinoamérica?
Bueno, ahora mismo, yo percibo, me parece ver, que hay dos lados.
Por un lado, un escepticismo creciente, gente que rechaza a las iglesias, que no quieren la tiranía de la iglesia, que no quieren mucho a la religión.
Y, por otro lado, tanto en la Iglesia Católica, como en iglesias cristianas, sobre todo pentecostales, hay un cierto grado de lo que llamaría dureza. Condenamos a la gente que está pecando, condenamos la gente que no está viviendo como debería vivir. Y creo que eso está llevando a más gente al escepticismo y lejos de la religión.
Creo, de hecho, que el Evangelio de Jesús, de que uno se salva por gracia, y que destruye el orgullo y esa actitud condenatoria y de dureza, es algo que se necesita más en Latinoamérica y creo que puede vencer toda esa polarización.
No es el único lugar donde hay eso. Hay un muy fuerte legalismo condenatorio y una nueva corriente de relativismo liberal que está creciendo aquí como en muchos otros lugares del mundo.
Pero creo que el cristianismo no es ninguna de esas dos cosas, sino el que cristianismo real sería algo que une a la gente y que tiene una suave y agradable influencia. Vaya, esa viaje clase de cristianismo bíblico.
Así que yo diría esto: el Evangelio de Jesús aún tiene mucho que aportar en Latinoamérica.
(Todos los derechos reservados. Arena Pública SA de CV, 2017)